Salud reduce a la mitad el concierto con el privado Hospital General
El consejero Comín rebaja de 12,2 a cinco millones el acuerdo con el centro sanitario
El Hospital General de Cataluña, un centro privado propiedad del grupo Quironsalud, seguirá este año en la red hospitalaria pública (Siscat). El consejero de Salud, Toni Comín planeó en enero de 2016 con echarlo del Siscat —al igual que hizo con la Clínica del Vallès (CdV), del mismo grupo— pero ante la imposibilidad de trasladar la actividad a otro hospital público le ha obligado a desdecirse y mantener el acuerdo. Aunque eso sí, lo justo y necesario. Comín ha reducido a la mitad el contrato con el HGC en 2017: la previsión es una partida de 5,5 millones de euros para camas de hospitalización, radioterapia y cateterismos cardíacos.
Comín asumió el cargo en enero de 2016 anunciando “la gran desprivatización del sistema sanitario”, que pasaba por sacar de la red hospitalaria pública a los centros con ánimo de lucro (unos cinco en Cataluña). El consejero apeló al espíritu de la Ley Orgánica de Sanidad de Cataluña (LOSC) para defender la prioridad de los proveedores públicos o privados sin ánimo de lucro por encima de compañías mercantiles. Según la LOSC, solo se recurrirá a entidades con afán de lucro cuando no haya suficientes recursos públicos. Sobre esta tesis, Comín rechazó renovar el contrato con la Clínica del Vallès el pasado verano (trasladó su actividad al Parc Taulí de Sabadell, la Mútua de Terrassa y el Consorcio Sanitario de Terrassa, los tres públicos o sin ánimo de lucro) y quería hacer lo propio con el HGC, que terminaba el contrato a finales de 2016. Sin embargo, el consejero reculó al percatarse de que los hospitales públicos del entorno, ya bastante tensionados y con una fuerte presión asistencial, no podía asumir esa actividad adicional.
Aunque la asistencia pública que realiza el HGC es inferior a la que hacía la Clínica del Vallès, su nivel de complejidad es mucho mayor. El Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) le contrataba alrededor de 6.200 ingresos por unos 13,5 millones de euros en 2015, el 21% del presupuesto total del hospital. El HGC asumía las derivaciones de los hospitales del entorno, como el Parc Taulí de Sabadell, para reducir la lista de espera o descongestionar las urgencias. Además, realizaba sesiones de radioterapia e intervenciones de cirugía cardíaca.
Según ha podido saber EL PAÍS, el HGC llegó a tener un concierto de 17,1 millones de euros en 2012, durante el gobierno de Artur Mas. A partir de 2015, no obstante, la partida se ha ido reduciendo a medida que bajaba la actividad contratada. En 2016, Comín redujo a cero la cirugía cardíaca, que se centralizó en varios hospitales de referencia. Además, la puesta en marcha de un acelerador lineal en Manresa, empezó a contener las derivaciones de radioterapia, que pasaron de 830 a 717 pacientes. El circuito de derivaciones desde el Taulí se redirigió hacia el Consorcio Sanitario de Terrassa y el HGC perdió hospitalizaciones y consultas externas.
Sin embargo, el gran tijeretazo en el concierto del CatSalut con el HGC se ha producido este 2017 al pasar el contrato de 12,2 millones en 2016 a 5,5. Es decir, siete millones menos. Fuentes consultadas aseguran que la diferencia irá destinada a centros públicos y la previsión que maneja Salud es que la clínica privada atienda 450 casos de radioterapia (un 37% menos que en 2016), otros 452 cateterismos cardíacos (un 49% menos), 262 implantes quirúrgicos (un 70% menos), 450 ingresos hospitalarios (un 68% menos) y 750 consultas externas (un 56% menos que en 2016).
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