La presión turística alcanza a los hospitales y a la atención primaria
El Departamento de Salud ya ha desplegado un contingente de 464 profesionales adicionales para reforzar las zonas costeras
La sanidad catalana tampoco se salva de la avalancha turística que afecta Barcelona y todos los municipios costeros por estas fechas. Sabedores del volumen de potenciales pacientes que pueden requerir asistencia sanitaria y saturar, en cosa de dos meses, la puerta de entrada al sistema sanitario, el Departamento de Salud ya ha desplegado un contingente de 464 profesionales adicionales para reforzar hospitales y centros de atención primaria (CAP) de las zonas de costa que en verano duplican o triplican su población. El perfil de paciente extranjero son ancianos con dolencias de base que se descompensan y jóvenes con patologías leves, como contusiones o quemaduras.
Con los indicadores turísticos camino de batir nuevos récords el sistema sanitario se refuerza para hacer frente al incremento de población susceptible de precisar asistencia sanitaria. Los hospitales de las zonas más turísticas cuentan con equipos de traducción e incluso en Barcelona, el hospital del Mar y el Sant Pau, tienen contratados los servicios de una empresa externa que asiste administrativamente a los pacientes extranjeros con intérpretes y trámites con la aseguradora. Además, el plan de verano del Departamento de Salud incluye un refuerzo de profesionales para las zonas de costa. Algunos municipios llegan a sextuplicar su población en verano, como Roses (Alt Empordà), que durante el año tiene censadas unas 20.000 personas y en verano alcanza las 120.000.
Los sanitarios consultados explican que el incremento de actividad en verano es “espectacular” con respecto al resto del año, pero apenas han notado la diferencia entre esta temporada y la anterior. Pese al aumento anual de turistas que registra Cataluña, los médicos aseguran que el año del cambio fue 2015. “A nivel de actividad hay un incremento. En 2010, la actividad decreció en torno al 2% y al 4%, pero a partir de 2015 ha empezado a aumentar”, explica el doctor Marc Pérez, director de la Unidad de Urgencias del Hospital de Palamós. Precisamente, el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) ha aumentado un 52% el personal de refuerzo en centros de atención primaria (CAP) y hospitales desde 2015. Este año contarán con 179 médicos, 183 enfermeros y 102 auxiliares administrativos adicionales.
Patologías leves
El cierre de camas en los hospitales, que tanta alarma causa entre los autóctonos, no impacta en los turistas porque las patologías por las que visitan al médico acostumbran a ser leves y no suelen requerir ingreso. “A pesar del aumento de población, la gente viene sana. Además, no todo el mundo utiliza el sistema público”, puntualiza Sara Rodríguez, directora de Atención Primaria del Instituto Catalán de la Salud (ICS) en Girona.
Con todo, el perfil del paciente baila según la zona. “Aquí vemos dos tipos de turismo: por un lado, el crucerista, que es paciente de edad avanzada, con patología de base, como una enfermedad pulmonar o una cardiopatía, que se descompensa; y por otra parte, está el joven de 17 a 20 años que sufre una intoxicación por consumo de alcohol o drogas”, apunta Isabel Figuera, jefa del servicio de urgencias del Hospital del Mar. Por su ubicación, al lado de la playa de la Barceloneta, punto neurálgico del visitante en la capital catalana, el Mar es el hospital que asume el grueso de la presión turística en la ciudad. Los grandes festivales de música también suponen un revulsivo que impacta en el centro sanitario, en concreto en el aumento de visitas por consumo de tóxicos. “Tenemos encima eventos como el Sónar en los que llegan casos de coma, agitación, caídas, agresiones, politraumatismos...”, enumera.
Unas 5.000 urgencias al año en el Mar
International Care Patient Assistance, la empresa que gestiona las visitas hospitalarias de extranjeros en el Mar y el Sant Pau, registró el año pasado unas 5.000 visitas de turistas a las urgencias del hospital del Mar. El Sant Pau, por su parte, reportó unas 2.700, casi el doble que en 2015. Los ingresos, no obstante, son menores. El Mar está alrededor de los 80 al año y el Sant Pau, sobre los 60.
Tanto el Sant Pau como el Mar están ubicados en zonas estratégicas para el turismo: el primero al lado de la Sagrada Familia y el segundo junto a la playa). International Care Patient Assistance da asesoramiento administrativo a los turistas con sus seguros médicos y pone a disposición de los hospitales un servicio de traducción e interpretación para facilitar la comunicación entre médico y paciente.
En los pueblos de costa, sin embargo, el perfil de paciente cambia ligeramente, aunque las patologías de consulta se repiten. “Aquí tenemos turistas de una semana de vacaciones y turistas de segunda residencia, que pasan aquí entre tres y cinco meses”, explica Rodríguez. Las dolencias se parecen a las de la ciudad. “Traumatismos leves, un golpe, problemas dermatológicos, quemaduras... También vemos algunos procesos infecciosos, como otitis o infección de orina, y pacientes con enfermedades crónicas”, añade.
En los pueblos de costa, los circuitos están tan especializados que si un médico detecta un turista con una enfermedad crónica que va a pasar varias semanas allí, le asigna un profesional de referencia para que le haga un seguimiento. Según Rodríguez, los CAP pueden atender, de media, unas 70 visitas más al día.
Pese al alto nivel de prevención que toman los gestores sanitarios para afrontar el incremento de población, la presión turística pasa factura, irremediablemente, a los profesionales. “Este volumen de actividad lo asumen los servicios sanitarios del centro con un nivel de estrés añadido como puede ser un problema de comunicación con el paciente”, avisa Xavier Palet, responsable de la empresa que asiste al extranjero en el hospital del Mar y Sant Pau.
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