Cotino declara que Rita Barberá le advirtió de la mala situación de Emarsa
"Yo no me explico nada", dice el exconsejero sobre el alto número de dirigentes del PP acusados de corrupción
La privatización de la Empresa Metropolitana de Aguas Residuales Sociedad Anónima (Emarsa), que fue presuntamente víctima de un gran desfalco, se inició en 2010 con la llamada de la entonces alcaldesa de Valencia Rita Barberá al exconsejero de Medio Ambiente Juan Cotino. La regidora advirtió a Cotino de que debían "tomarse decisiones" para evitar una "repercusión grave en las playas de Valencia", que podían "quedar contaminadas en pleno verano" debido a la mala situación de la entidad pública, según ha contado este jueves el segundo en el juicio que se está celebrando en la Audiencia de Valencia. El exconsejero ha declarado como testigo.
Emarsa fue liquidada y sus instalaciones privatizadas tras confirmarse la existencia de un agujero de 17 millones de euros, por el que ahora están siendo juzgadas 25 personas, casi la mitad de las cuales han reconocido los delitos que les atribuyen la fiscalía, Hacienda, los socialistas y la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos, que era la propietaria de Emarsa.
Cotino ha entrado y salido de la Ciudad de la Justicia de Valencia sin detenerse a hablar con la prensa. Ante la pregunta de cómo explica que tantos miembros del anterior Gobierno valenciano, del PP, al que él perteneció, estén ahora imputados, procesados o condenados por corrupción, Cotino ha respondido lacónico: "Yo no me explicó nada".
El propio Cotino será juzgado por una de las piezas separadas de Gürtel, en concreto la relacionada con la contratación por parte de Canal 9 de pantallas y altavoces para cubrir los actos de la visita del Papa a Valencia en el año 2006.
Emarsa estaba controlada por una asamblea formada por 30 municipios. Pero debido a su peso, Valencia rozaba por sí sola la mayoría del voto ponderado en la entidad. De ahí la importancia de la llamada de Barberá, fallecida en noviembre, al consejero.
Cotino ha afirmado, sin embargo, que el primer aviso de la situación crítica que atravesaba la empresa pública se lo dio el exgerente de la entidad de saneamiento de la Generalitat, Epsar, Juan Morenilla, ahora en el banquillo de los acusados.
"Me dijo que había un coste elevado y que era bueno que quizá se sacara la empresa a subasta porque quizá la gestión no era la más adecuada. Él fue el que me informó en primer lugar de que la empresa no funcionaba bien y que tenía problemas económicos", ha afirmado Cotino.
Emarsa tuvo diferentes planes de financiación sin que aparentemente nadie detectase el agujero que se iba acumulando en la empresa que gestionaba la mayor depuradora de aguas residuales de España, situada al sur de la ciudad de Valencia, en la pedanía de Pinedo.
Cotino firmó el convenio de financiación de 2010, pero según ha declarado nunca se detuvo a examinar los detalles. "Cuando uno tiene responsabilidades en la consejería, los documentos se preparan por los distintos departamentos y al consejero no le llega todo el expediente, solo un resumen. Yo personalmente no comprobaba los datos, lo hacían los funcionarios".
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