Suculenta mezcla

Lo ecléctico se lleva, pero el primerizo se confunde un poco al ver en la carta un plato tan asturiano como cachopín de ternera junto a ceviche de corvina o pato azulón con arroz chaufa. La osadía de esta mezcla impensable, compuesta por la contundencia de la cocina asturiana, la sutileza de la fusión japo-peruana (nikkei) y los sabores caseros de los platos chinos que tanto gustan en Perú (chifa), tiene nombre apellidos: Mario Céspedes.

Y, a juzgar por lo concurrido que está su restaurante madrileño Ronda 14 (General Oráa, 25; de 25 a 35 euros por persona), también tiene éxito. El chef limeño, formado en España en cocinas tan prestigiosas como las de El Celler de Can Roca, Kabuki y Ramón Freixa, abrió en Avilés hace seis años Ronda 14 junto a su socia y pareja la jefa de sala Conchi Álvarez. La mezcla funcionó en Asturias. La carta de su local en Avilés, muy parecida a la que ofrece en Madrid, es el resultado de su paso por dos grandes restaurantes del Principado como son El Real Balneario de Salinas y El Corral del Indianu. Céspedes incorpora tanto productos como elaboraciones de la cocina tradicional asturiana y presenta platos tan logrados como los cachopines de ternera con queso de cabra, setas y crema de pimientos del piquillo junto a recetas que le evocan las de su niñez como el pato azulón a la plancha con maracuyá y arroz chaufa al wok con verduras.

El local de Madrid, que se llama también Ronda 14 por el nombre de la calle y el número en el que se ubica su restaurante de Avilés, abierto desde septiembre de 2015, dispone de dos salones y unas 76 plazas en total. El techo del salón principal está recubierto con cuadrados de lienzo blanco que amortiguan buena parte del ruido ambiente. No ocurre lo mismo en la planta baja, donde es algo más difícil mantener una conversación en la mesa.