Un grupo de técnicos analizará la viabilidad de la Marina de Valencia

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El contador se pone a cero. El Consorcio Valencia 2007, que gestiona la Marina, uno de los espacios más emblemáticos de la capital, dispone ya de un consejo rector operativo que, entre junio y agosto, deberá aprobar presupuestos, despejar licitaciones y decidir qué hacer con el peliagudo problema de la deuda, que hoy asciende a más de 450 millones de euros.

Las dos administraciones valencianas -local y autonómica- han estado unos seis meses sin que nadie de la Administración del Estado les cogiera el teléfono, hasta que el pasado marzo el Consejo de Ministros nombró a sus representantes en el Consorcio. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, el consejero valenciano de Hacienda, Vicent Soler, y el secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, se ha reunido este martes de manera informal en Valencia.

El Consorcio, que vive de la gestión de los amarres y el alquiler de espacios de la Marina, aprobará antes de agosto su presupuesto para 2017, unos siete millones de euros, y creará un comisión de técnicos encargada de analizar qué hacer con los 450 millones de euros que se adeudan al ICO y a otras entidades bancarias por las obras que permitieron la celebración de la Copa del América en Valencia.

"No tenemos una decisión tomada respecto a la deuda", ha reconocido el secretario de Estado de Hacienda y vicepresidente del Consorcio, José Enrique Fernández de Moya, después de que las dos administraciones valencianas hayan dejado claro que su deseo es que el Estado se haga cargo de la totalidad de la deuda, como en su día se encargó de los fastos de la Expo de Sevilla, los Juegos Olímpicos de Barcelona o la Expo de Zaragoza.

Hasta la fecha el Gobierno español no ha accedido a hacerse cargo o condonar la deuda pese a las reiteradas peticiones de las autoridades valencianas. La posición del Ministerio de Hacienda hasta la fecha ha sido eludir la condonación de la deuda. 

"Hay un cambio significativo del Gobierno español. En positivo", ha reconocido el alcalde Joan Ribó. "Un cambio de no hablar a hablar es importante", ha comentado el regidor. Por su parte, el consejero Vicent Soler ha insistido en que este espacio "necesita quitarse la losa que tiene encima", ha dicho en alusión a la deuda.