Universidad pública en época de postcrisis
El sistema universitario ha experimentado un recorte presupuestario y la subida de las tasas
A lo largo de casi una década hemos vivido una crisis financiera, fiscal y económica que ha amenazado, y en cierto modo lo continúa haciendo, nuestro modelo de Estado de Bienestar. Las hondas implicaciones sociales de esta crisis, aún persistentes, tardarán en cicatrizar en un tiempo caracterizado por un débil crecimiento y un mercado de trabajo pendiente de recuperación, donde más de la mitad de las y los jóvenes se encuentran en situación de desempleo.
Los datos macroeconómicos evidencian que una mejor formación y nivel educativo permitirá un mayor acceso a un empleo de calidad, el desarrollo de nuestros tejidos productivos a partir del uso intensivo del conocimiento y, de este modo, poder incrementar los niveles de bienestar económico y social. La universidad pública ha contribuido a lo largo de las últimas décadas a la creación de un capital humano sólido, a la incorporación de la mujer a la actividad profesional, a la creación cultural y difusión científica y al desarrollo de una I+D+i internacionalizada. Los parques científicos universitarios han impulsado el desarrollo de nuevos sectores productivos; se ha apostado por la investigación, generando dos terceras partes de la producción científica de España, situando nuestro sistema científico en posiciones internacionales superiores a las de nuestro PIB.
No obstante, a lo largo de este tiempo de severa crisis el sistema universitario público ha experimentado un importante recorte presupuestario, un incremento de las tasas académicas a las y los estudiantes junto a una insuficiente dotación de becas; se han modificado las condiciones laborales de las y los trabajadores universitarios y se ha impuesto una tasa de reposición de personal que ha condicionado el desarrollo profesional del profesorado y la incorporación de nuevos profesionales a la universidad pública.
El futuro de la universidad pública española en una época postcrisis requiere, como mínimo, acometer dos grandes cambios de políticas que garanticen la sostenibilidad del modelo universitario público y la recuperación de la inversión en I+D+i. La sostenibilidad del modelo universitario público pasa, necesariamente, por recuperar los niveles presupuestarios reales previos a la crisis; la eliminación de la tasa de reposición de efectivos; el reforzamiento de la autonomía universitaria; la consistencia estatal de los niveles de tasas académicas y unas políticas de tasas y becas que favorezcan el acceso a la universidad pública en condiciones de igualdad.
Sólo con unos niveles de I+D+i comparables con los de las economías más avanzadas podremos recuperar el impulso productivo y la competitividad internacional. Un sistema universitario público de calidad requiere de estos niveles de compromiso mínimos para seguir contribuyendo al desarrollo social y de nuestro modelo social europeo.
Esteban Morcillo es rector de la Universitat de València
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