A los pequeños les gusta el swing
El jazz se abre paso en la enseñanza musical como herramienta de formación y creatividad
Los jóvenes alumnos cambian por unas horas las pulsaciones de las nuevas tecnologías por los sonidos jazzísticos de The Sheik of Araby, la banda sonora de los felices años veinte narrados por el escritor F. Scott Fitzgerald. Forman parte de la Sedajazz Kids Band, la primera banda infantil estable que debutaba hace cuatro años promovida por el colectivo Sedajazz, esta comunidad de músicos independientes que arrancaba a caminar en 1991 con el jazz como filosofía vital. Desde su creación, el colectivo Sedajazz ha movilizado energías sirviendo de encuentro y laboratorio para los músicos del país y de otros territorios como espacio creativo. Un taller de “aprendizaje continuo”, como señala su director musical, el saxofonista Francisco Ángel Blanco Latino, alma máter del proyecto.
Entre las actividades didácticas que en estos años se han ido incorporando en la oferta del centro se encuentra el jazz para niños, una propuesta que en palabras de sus promotores busca “introducir a los niños en el mundo de las músicas creativas”. “Ofrecemos una enseñanza alternativa a la mayoría de centros ya que el jazz no está contemplado en el plan de estudio de los conservatorios”, señala el director Francisco Blanco.
A las virtudes ya conocidas del aprendizaje de la música clásica como herramienta de formación y educación, el jazz, por sus características como estilo musical vocacionalmente abierto y creativo, se ha ido sumando en estos últimos años en la agenda de estudios de algunos centros de formación.
“La música despierta todas las habilidades de los pequeños”, apunta Blanco. “El jazz promueve la innovación, trabaja la creatividad por medio de la improvisación como método de desarrollo musical”.
“Actualmente tenemos en funcionamiento la Sedajazz Kids Band, la Happy Band y la Young Band, agrupaciones musicales de niños que oscilan entre los cinco y los 16 años”, señala Francisco Blanco entre los proyectos protagonizados por los más pequeños.
“La música crea una armonía que no produce ninguna otra disciplina artística. Desde muy temprano, el niño descubre el universo musical a través del juego y la improvisación, a divertirse aprendiendo música, a utilizar la voz y el cuerpo como instrumentos musicales y expresivos, a relacionarse con los demás”, prosigue. “Además de aprender, demuestran todo su arte con las distintas audiciones y actividades didácticas paralelas que SedaJazz va programando durante el curso”.
El instrumento primero: del funky al blues
“Nuestro objetivo es que el niño aprenda desde el principio con los instrumentos, no solo con los libros y la teoría”, destaca Francisco Ángel Blanco. “Eliminamos barreras para que se sienta confortable y se exprese con naturalidad”. Al jazz, el centro suma otros géneros. “Hemos creado conjuntos instrumentales, los llamados combos, donde se trabajan repertorios adecuados al nivel de los alumnos, temas y arreglos de swing, dixieland, reggae, ska, música jamaicana, funk, blues...”.
Con el objetivo de compartir la experiencia pedagógica y creativa que ha supuesto la SedaJazz Kids Band, la formación realiza encuentros con otros centros e instituciones educativas dentro de su programa de actividades. La banda también ha participado en numerosos festivales. El año pasado la banda editó su primer disco, en el que se incluye el tema original Cantant en valencià, creado con motivo de las Trobades d’Escoles en valencià.
“El balance y la experiencia han sido totalmente enriquecedores y de éxito. Mediante las audiciones y los conciertos de las bandas infantiles se ha puesto de relieve que el jazz puede ser interpretado desde muy temprana edad, y lo más significativo, que lo disfrutan tanto ellos como el público”, dice el músico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.