Alerta de la Generalitat por una “estigmatización del turismo”
Generalitat y hoteleros lamentan que se culpe al sector de la subida de alquileres o el incivismo
Ya son casi la mitad de los barceloneses la que piensa que el turismo en la capital catalana está llegando “al límite”. Este malestar, que se suma al de otras poblaciones de la costa, ha puesto en alerta al sector hotelero y al Departamento de Empresa. El consejero Jordi Baiget advirtió recientemente de que el sector turístico en Cataluña sufre una “estigmatización”, y de que hay una tendencia a “culpar en exceso al turismo” por fenómenos como la subida de los alquileres o el incivismo. Para atajar este problema, Baiget anunció un plan para implantar un modelo sostenible y paliar sus efectos negativos.
El turismo en Barcelona acumula, año tras año, cifras de récord y, después del éxito de la Semana Santa, la tendencia no parece que vaya a cambiar. En 2016, Cataluña recibió 18 millones de turistas extranjeros, y 7,49 millones de viajeros llenaron los hoteles de la capital catalana, un 5,5% más que en el año anterior.
No vuelvan a Lloret el año que viene
El Consistorio de Lloret de Mar se vio obligado a presionar durante esta Semana Santa a los organizadores del evento privado SportVest para que cancelaran parte de sus actividades, y les pidieron que no volviesen el año que viene a la ciudad costera. El motivo es que, aunque Lloret de Mar pretende impulsar el turismo deportivo y de congresos para recortar en turistas de sol y playa, este evento era exactamente esto: hasta dos mil visitantes que vienen a hacer deporte pero, sobre todo, a salir de fiesta por la noche.
A más turismo, más peso va teniendo la idea de que es un factor responsable de algunos males de los que se quejan los ciudadanos, que ya sitúan el turismo como su segunda preocupación. Según el informe del Ayuntamiento, aunque más de un 80% de los barceloneses están de acuerdo con la promoción del turismo, también un 78,6% de los vecinos cree que la mayor presencia de turistas contribuye a la subida de los precios del alquiler o al incivismo en barrios céntricos.
El Gobierno catalán considera que esta lectura es “injusta” y quiere reivindicar el turismo como el motor económico que genera empleo y riqueza en el territorio. El turismo supone casi el 12% del PIB catalán y genera alrededor del 13% de la ocupación.
Los hoteleros coinciden en que, a pesar de que el turismo no pierde fuelle, empieza a notarse cierto malestar social, que viene acompañado de algunas de las acciones que ha impulsado el gobierno de la alcaldesa Ada Colau, como la moratoria de hoteles en la ciudad. “Hay una sensación de agresividad, de demonización del turismo, por parte de algunos sectores de la sociedad, que está fomentado por ciertas líneas políticas”, añade Bruno Hallé, de la consultoría turística Magma.
Hallé considera que es un “grave error” comparar la actividad de los hoteleros con la de los alojamientos turísticos ilegales. “Hay que controlar la oferta no reglamentada, esto es importantísimo, porque ahí es donde va todo el turismo que no nos gusta; pero impulsar una moratoria contra alojamientos normativos y legales es absurdo, el hotelero se siente acusado y culpado”, argumenta el consultor turístico, que cree que hay que dejar que “la oferta se regule por sí misma”.
Sin embargo, el conflicto no se ciñe al sector hotelero. La llegada masiva de pasajeros de los cruceros que amarran en el puerto de Barcelona es otro de los elementos que pone a los vecinos en alerta. Solo en 2016, 2,68 millones de cruceristas se apearon, aunque solo fuera por unas horas, en la capital catalana.
Entre los turistas también hay la percepción de que Barcelona está algo colapsada. El pasado verano, una encuesta del Ayuntamiento revelaba que el 56% de los turistas consideraban que la ciudad está demasiado masificada. Aunque un eventual cambio de ciclo todavía está lejos, existe en el sector una cierta inquietud, que la consejería de Empresa y Conocimiento quiere atajar redefiniendo el modelo de turismo de Cataluña.
Un plan sin fecha de redacción
El Plan Territorial Sectorial, que todavía no tiene fecha de redacción, es según Baiget la oportunidad para que el turismo catalán “integre una parte importante de la estructura económica de Cataluña y genere oportunidades y riqueza para las empresas del sector, para sus trabajadores y para el territorio”. La intención de la Generalitat es sentarse con los diferentes actores del sector turístico y definir las líneas generales de cómo tiene que crecer el turismo: desde las infraestructuras que se necesitan hasta la movilidad con la que se dirigen los flujos de viajeros. “No podemos prohibir a los turistas que vengan a Barcelona, pero podemos impulsar otras destinaciones y ofrecérselas”, destacan desde el departamento.
El plan servirá para definir el modelo de gobernanza del turismo: “La cuestión no es si turismo sí o no; sino cómo gestionamos la cantidad de turistas que nos visitan y si de la manera como lo hacemos se derivará un buen o un mal gobierno del turismo”, afirma el consejero. Además del plan, la Generalitat se compromete a luchar contra los sueldos bajos y los malos contratos que hay en el sector, para garantizar que el empleo que genera el turismo sea de calidad.
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