¿Cómo será la selectividad del 2017?
La asignatura propia de la modalidad de cada bachillerato elegida en la fase general también servirá para subir nota en la fase específica
Todavía faltan cuatro meses para los exámenes de selectividad pero algunos cambios en la prueba de acceso a la universidad (PAU) anunciados por la Generalitat han soliviantado al alumnado preuniversitario. Incluso han abierto una petición en la plataforma change.org para exigir “que no se cambien las reglas de juego al final de la partida”. La demanda, bajo el título “Nos jugamos el futuro: no a los cambios de última hora en las PAU 2017”, cuenta con más de 17.700 firmas.
Aunque la estructura de las PAU se mantiene, en esencia, como las anteriores convocatorias y los cambios que preveía la LOMCE han quedado en saco roto, sí es cierto que hay una serie de variaciones con respecto a los exámenes de años anteriores.
La selectividad seguirá estructurada en dos partes. La fase general es obligatoria para todos los alumnos, está formada por cinco exámenes y la media de todas estas materias sumará una nota máxima de 10 puntos. La fase específica es voluntaria, para subir nota, y los alumnos puede seleccionar, entre un saco de 20 materias, hasta tres asignaturas para examinarse. Los correctores tendrán en cuenta para la nota final de selectividad las dos materias con la nota más alta (cada una puede sumar dos puntos adicionales). Un examen perfecto constaría, por tanto, de 10 puntos de la fase general y cuatro más de la parte específica. Una nota de 14 es la máxima calificación de la selectividad.
Los cambios en las PAU 2017 son los siguientes:
Elección de materias troncales: En la parte general, los alumnos se examinan de cuatro materias comunes —lengua castellana, catalán, la primera lengua extranjera (inglés, alemán, francés o italiano), e historia o historia de la filosofía (a elegir una de las dos)— y de otra asignatura troncal. El primer cambio es, precisamente, en esta materia troncal: hasta el año pasado, los alumnos podían escoger entre una veintena de asignaturas para examinarse. Sin embargo, este año, para cumplir una orden ministerial, la secretaria de Universidades limitó la oferta a cuatro materias, una propia de cada modalidad de bachillerato. Así, además de las cuatro materias comunes, los alumnos han de decidir, independientemente del bachillerato que hayan cursado, si examinarse de matemáticas, matemáticas aplicadas a las ciencias sociales, latín, historia y fundamentos del arte (o historia del arte, según la nomenclatura de cada centro).
La petición de change.org surge precisamente de esta modificación, pues los alumnos consideran que se pueden ver perjudicados al limitar la selección de materias troncales de las que examinarse en esta parte general. Muchos estudiantes preveían escoger cualquier otra asignatura de las 20 disponibles hasta el año pasado y dejar la propia de la modalidad de su bachillerato, que suelen llevar más preparada, para examinarse en la parte específica porque en la parte específica pondera más (hasta dos puntos). Por ejemplo, un alumno del bachillerato de ciencias sociales, podía decidir examinarse de la materia de geografía en la parte general y guardarse la asignatura de matemáticas aplicadas a las ciencias sociales, obligatoria en su bachillerato, para presentarse en la parte específica.
Ante el aluvión de críticas, Universidades lanzó una circular a los institutos para calmar los ánimos y explicar una modificación en las ponderaciones que, pese a la reducción de materias a elegir en la parte general, beneficia a los alumnos.
Ponderaciones. Universidades ha explicado en una circular a los centros un cambio técnico a la hora de ponderar las asignaturas en la fase específica y en la general. La asignatura de la discordia, aquella propia de la modalidad de bachillerato que los alumnos tendrán que elegir para examinarse en la fase general, también contará para subir nota en la fase específica. Por ejemplo, si un alumno de ciencias se presenta a matemáticas en la fase general, la nota de esta materia ponderará tanto en la parte general como en la específica sin necesidad de que vuelva a repetir el examen. La única exigencia para que esta asignatura pondere también en la fase específica es que la nota de esta materia en la fase general sea superior a 5.
Así, aunque la parte específica es voluntaria, este año todos los alumnos que saquen más de un 5 en la asignatura propia de la modalidad seleccionada en la fase general tendrán, de facto, una nota adicional también en la parte específica que les permitirá subir nota.
Doble corrección en catalán. Debido a los cambios ortográficos (los acentos diacríticos, por ejemplo) ejecutados hace unos meses por el Instituto de Estudios Catalanes (IEC), Universidades avanzó que las pautas de corrección del examen de catalán y de las pruebas que se realicen en esta lengua darán por válido tanto el uso de la norma antigua como el de la nueva. Además, debido a la nueva normativa, el examen de catalán será sometido a una doble corrección para dar todas las garantías al alumnado. La moratoria se prolongará durante los próximos cuatro años.
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