Un mapa de estética medieval para redescubrir Malasaña
Comercios del barrio lanzan un plano hecho a mano con locales y lugares de interés
"Malasaña no son los cuatro locales de moda”, “La zona tiene una identidad”, “Hay una Malasaña muy rica de día”. Estas frases intentan definir al barrio de Universidad, conocido popularmente como Malasaña, una de las áreas más modernas y vivas de Madrid, que además es un hervidero de comercios y locales. Todo ello ha quedado plasmado en un mapa gratuito ilustrado a mano por la artista Raquel Angulo, donde aparecen 40 locales y 17 lugares de interés. Una manera de redescubrir el barrio donde surgió la Movida.
El mapa fue impulsado por la asociación de comerciantes Vive Malasaña en colaboración con el periódico digital Somos Malasaña, con una subvención del Ayuntamiento para promocionar el pequeño comercio. “En el futuro queremos que, a través de publicidad, el mapa sea sostenible”, dice Antonio Pérez, director del diario impulsor de esta iniciativa. De momento, han lanzado una tirada de 5.000 ejemplares que casi han agotado. Tienen preparados otros 10.000 para publicar próximamente y pretenden renovarlo cada cuatro meses. “Más adelante incluiremos la zona de Conde Duque”, añade Pérez. El efecto mapa ha conseguido que 20 nuevos comercios se inscriban en Somos Malasaña, donde pagan una cuota mensual de 15 euros.
En el plano ilustrado aparecen establecimientos como Lolina Vintage Café, un local que sirve tartas, cócteles y cafés hechos con “mucho mínimo”, según su dueña, Laura Pérez. “Necesitamos que la gente redescubra el barrio”, señala. Ayer por la mañana solo le quedaban tres mapas disponibles en su café.
Además de los comercios, el mapa muestra zonas de interés y lugares instagrameables, es decir, aquellos puntos donde hacerse una bonita foto y publicarla en la red social Instagram. “Hay zonas más fotografiadas y otras con menor afluencia pero que también tienen interés”, explica el director de Somos Malasaña.
Raquel Angulo, la artista encargada de dibujar el plano, cuenta que el mapa se ilustró con un lápiz azul especial, fue entintado a mano y posteriormente digitalizado. “No está hecho a escala; tiene un punto artístico”, señala Angulo, que lo completó en un mes. La inspiración parte “de la tradición de los planos clásicos, como el de Texeira”, que dibujó en el siglo XVII. “Y, al igual que los mapas antiguos, tiene alguna sorpresa, como un huevo de Pascua”, concluye la artista.
El cronista de la Villa Pedro Montoliú alaba la iniciativa para dinamizar una zona “con mucha identidad”. “Es un barrio que necesita ser revitalizado otra vez después del boom de los ochenta y noventa. Tiene una situación privilegiada, pero necesita peatonalización y más limpieza”, asegura Montoliú.
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