Lleida se niega a retirar las calles a sus alcaldes franquistas
La familia de un activista antifranquista rechaza que se bautice una calle con su nombre hasta que el alcalde no cambie el nomenclator
Los familiares del activista leridano antifranquista Antonio Cantano rechazan que se dedique una calle al sindicalista y militante comunista mientras el Consistorio de Lleida mantenga ocho calles dedicadas a personalidades franquistas en la ciudad.
Cantano fue uno de los fundadores del sindicato CC. OO. en la ciudad, pasó varios meses en prisión tras participar en la Asamblea de Cataluña en 1973 y fue concejal del PSUC entre 1979 y 1983. Murió en agosto de 2013 y en 2015 el Ayuntamiento de Lleida anunció que una de las nueve calles de la ciudad del barrio de Magraners llevaría su nombre.
Rosa Peñafiel, nieta de Cantano, reivindica que el nombre de su abuelo no figure en el callejero de Lleida hasta que no desaparezcan las calles en homenaje a personalidades franquistas. "Es por simple coherencia”, explica. Peñafiel asegura que realizó la protesta al propio alcalde de Lleida, Àngel Ros (PSC), “me dijo que pese a mis quejas, bautizaría igualmente la calle”. La nieta del activista comunicó la protesta a todos los grupos municipales y recibió el apoyo de la CUP y en Comú de Lleida.
“Creemos que si mi abuelo estuviera vivo lucharía porque se eliminarán las placas con los nombres de todos estos señores”, reivindica Peñafiel. La calle que en principio se va a bautizar con el nombre del sindicalista está en uno de los barrios periféricos de la ciudad, en Magranes. “El emplazamiento es casi lo de menos, pero es cierto que las calles de los franquistas están en el centro de la ciudad. El legado de mi abuelo es muy diferente al de estas personas, es una posición política”, sentencia.
Peñafiel es la representante de la familia. “Le pregunté a mi abuela, Natividad Redondo, si le parecía bien que emprendiéramos esta lucha, ella me dijo que sí y que nos daba todo su apoyo desde la residencia donde vive”.
Los familiares presentaron esta semana el manifiesto Lleida Lliure de Franquisme que ha alcanzado casi un millar de apoyos. El documento muestra un informe del historiador David Sancho donde se describen los personajes franquistas que tienen una calle dedicada en la ciudad.
¿Qué franquistas tienen calle en Lleida?
Alcalde Recasens. Dedicada a Joan Recasens, un leridano que participó en el alzamiento militar en Lleida y fue nombrado alcalde el 18 de julio de 1936. Murió fusilado ese mismo año.
Alcalde Areny. Ramon Areny fue un empresario que fue alcalde entre 1939 y 1941. El historiador David Sancho asegura que durante el mandato de Areny en Lleida coexistieron una prisión y tres campos de concentración.
Carmelo Fenech. Fue delegado de hacienda en Lleida y presidente del Caliu Ilerdenc, una sociedad compuesta por la burguesía leridana defensora del régimen franquista.
Casimiro Sangenis. Fue alcalde franquista entre 1967 y 1974 y presidente de la Diputación de Lleida. Fue miembro de la Falange y delegado provincial del movimiento.
Casimiro Sangenía Bertran. Padre del anterior fue miembro de la Unión Patriotica de la dictadura de Primo de Rivera y apoyó el alzamiento del 1936.
Miquel Montaña. Alcalde entre 1974 y 1976.
Germans Recasens. Jesús y Lluís Recasens participaron activamente en el alzamiento militar.
Lluís Besa. Carlista que fue concejal de la ciudad entre 1933 y 1936. Apoyó el alzamiento y fue fusilado
Àngel Ros: “Ahora no toca”
Además de estos, los firmantes del manifiesto se oponen a la decisión del Consistorio de bautizar una nueva calle como Juan Manuel Nadal y Gaya. Nadal fue durante la dictadura el presidente de la Cámara Oficial Agraria de la provincia de Lleida y cuando llegó la democracia militó en UCD.
Entre los que firman el manifiesto hay colectivos como la Amical Mauthausen, Asociación de Expresos Políticos del Franquismo, la Comisión de la Dignidad, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cataluña, la Asamblea Nacional Catalana; o partidos como la CUP, ERC, ICV, Comú de Lleida, Podem o sindicatos como CGT.
Por su parte, el alcalde de Lleida aseguró el pasado miércoles que la petición de la plataforma “ahora no toca”. El alcalde argumentó, durante el tradicional almuerzo navideño con los medios de comunicación, que los cambios fueron una prioridad en 1979 cuando el alcalde Antoni Siurana cambió 40 nombres de calles franquistas. Ros acusó de “demagogos” a aquellos que piden cambiar el nombre de las calles y no lo consideró una prioridad para la ciudad.
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