La Sagrada Familia tendrá y pagará licencia en 2017
Una comisión del Consistorio y el templo estudiará la regularización
El Ayuntamiento de Barcelona y la Junta Constructora de la Sagrada Familia han acordado crear la comisión técnica que estudiará cómo regularizar las obras del templo. La intención del consistorio es que tenga licencia y la pague el año que viene.
El coste de la licencia, difícil de calcular
En Barcelona las obras pagan una licencia en función de su dimensión y un impuesto de obras (el ICIO) en función del coste que tienen. En el caso de la Sagrada Familia, no paga ni pagará ICIO, porque la Iglesia está exenta de hacerlo.
Pero ¿y la licencia? ¿Cómo se calculará la edificabilidad de seis torres que se asientan sobre una manzana entera, pero que por dentro estarán vacías? Este parámetro, se calcula en base al llamado techo edificable. Lo que se puede pisar en un edificio, para entendernos. Aquí, está por ver qué cálculo acuerdan el Ayuntamiento y la Junta. "Se tendrá en cuenta todo, la superficie, la volumetría...", ha dicho sin concretar la teniente de alcalde de Urbanismo.
El templo se construye desde hace más de un siglo sin otra licencia que un comunicado del arquitecto Antoni Gaudí al desaparecido ayuntamiento de Sant Martí de Provençals. Una “anomalía”, según el consistorio. Además, el edificio afronta la construcción de las seis torres más altas que tendrá, la mayor, de 172 metros. Un reto técnico que el consistorio quiere vigilar de cerca. Y quiere aprovechar la comisión para analizar también los efectos que la actividad del templo genera sobre su entorno: la movilidad y el espacio público.
Monumento más visitado
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, explicó que el consistorio espera poder tramitar y comenzar a cobrar la licencia a lo largo de 2017. También el presidente delegado de la de la Junta, Esteve Camps, subrayó la voluntad de diálogo y de llegar a un acuerdo “bueno para las dos partes” sobre el que, señaló, es el monumento más visitado de España. La licencia tiene también connotaciones también jurídicas que las dos partes comenzarán a negociar en los próximos días.
Con esta comisión se pretende cerrar la última tormenta de las muchas que se han desatado sobre el templo. Fue en septiembre, en el pleno municipal, cuando el concejal de Arquitectura, Dani Mòdol (independiente dentro del PSC), calificó el templo de “mona de Pascua gigante”. La expresión reabrió el debate sobre la obra y mientras el Ayuntamiento advirtió de que fiscalizará las obras, los vecinos anunciaron que denunciarán al templo porque las columnas de la fachada de la calle de Mallorca pisan la acera.
Sobre esa fachada y las escaleras que de acuerdo al proyecto de Gaudí cruzarían el vial, Sanz recordó que esta parte no es prioritaria para el equipo de gobierno. De ejecutarse, comportaría modificar el Plan General Metropolitano para derribar varias fincas: una situación que se arrastra desde hace décadas sin que ningún alcalde haya gestionado qué desenlace tendrá. El exalcalde Xavier Trias (CiU) instó al gobierno a abandonar “polémicas estériles” y a abordar la ordenación urbanística del entorno del templo.
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