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CÓMIC

El legado de Trueno

La exposición ‘Tras los pasos del héroe’ profundiza en el cómic Capitán Trueno y su creador Víctor Mora

Dibujo de Ambrós para uno de los tebeos originales del Capitán Trueno.
Dibujo de Ambrós para uno de los tebeos originales del Capitán Trueno.
Pablo León

Progresista, subversivo, justiciero a favor de la democracia y defensor de los débiles. Con estos adjetivos describía el escritor y guionista Víctor Mora (1931-2016) a su personaje más carismático: el Capitán Trueno. Sus aventuras, dibujadas primero por Ambrós aunque posteriormente varios ilustradores dieron forma al héroe y su troupe (su pareja Sigrid, el gran Goliath, y el joven Crispín), arrancaron hace seis décadas, el 14 de mayo de 1956, y se publicaron, de manera ininterrumpida, durante 13 años. Sin querer rendir un homenaje a la efeméride, ni al reciente fallecimiento de Mora (el pasado 17 de agosto), el Círculo de Bellas Artes inauguró este lunes la exposición Tras los pasos del Héroe (hasta el 29 de enero de 2017), organizada en colaboración con Acción Cultural Española (ACE), que pretende hacer girar la expo por el resto de España.

“Este cómic fue una ventana visual, una formación, para los niños de los años cincuenta y los sesenta que pudieron visitar paisajes y lugares extraños que no se veían en la época”, resume el filósofo Patxi Lanceros, comisario de la muestra. Su objetivo: profundizar en los vínculos entre Trueno y la literatura universal, la arquitectura y la técnica sin olvidar la habilidad de Mora de inocular, entre bocadillo y bocadillo, un discurso sociopolítico en las antípodas de la España franquista.

A pesar de que el Capitán Trueno es un cruzado, que habita en el siglo XII, por sus viñetas aparecen robots, globos aerostáticos, ciudades incas o escafandras de buceo. “Sus aventuras, en realidad, están vinculadas a grandes hitos literarios y mitológicos”, añade Lanceros. “Muchos de esos jóvenes al leer grandes novelas de la literatura universal, pensarían: ‘Esto ya lo he leído en el Capitán Trueno’”, añade el filósofo en referencia a Julio Verne, Edgard Allan Poe, Jean Rhys o H. G. Wells.

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Mora, que vivió una infancia sin nigún tipo de comodidades porque su madre era viuda de un republicano, era un lector empedernido. Esas lecturas le llevaron a entrar a trabajar en la editorial Bruguera antes de cumplir los 18 años: “Pasé de niño casi sin escolarizar a escritor”, contaba el guionista en una entrevista publicada en 2011 y recogida en el cuidado catálogo de la exposición.

“Aunque la exposición no se centra en su faceta política, no hay que olvidar que [Mora y su Capitán Trueno] fue una de las primeras voces críticas al franquismo desde dentro de España”, añade el comisario Lanceros. A pesar de que el grito de guerra del Capitán Trueno (“Santiago y cierra España”) pudiera parecer un ardid de Mora para que su personaje pareciera más cristiano y español, no lo era; el escritor lo eligió porque encajaba con el personaje; era una proclama de las tropas medievales durante la Reconquista. Pero además de esas odas al santo, en otras tiras —algunas de ellas presentes en la exposición— se podían leer frases como: “O la guerra o la represión”.

Una pareja amoral

“La moralidad burguesa de Kant también está en la épica, donde no solo se aprende a matar al enémigo sino también valores”, apunta el comisario Lanceros. De hecho, la obra de Mora —que fue detenido con su mujer acusados de “masonería y comunismo”, pero no por sus viñetas sino por estar afiliados al PSUC; ambos pasaron seis meses en la cárcel— destila resistencia a la moralina meapilas de la dictadura en muchos detalles de su obra. Quizás una de las más representativas sea la relación entre Trueno y Sigrid, belleza rubia, criada por un pirata y heredera del trono de Thule; la pareja no estaba casada lo que le dio muchos dolores de cabeza a Mora: “Nunca los casé, aunque al Ministerio de Información y Turismo no le hiciera gracia que anduvieran juntos sin vínculos matrimoniales, como publicó en un oficio”.

Aunque la aspiración final de la publicación del Capitán Trueno, como producto de la cultura popular, fuera el éxito comercial, “el prestigio solo se consigue si está todo muy bien armado” argumenta Lanceros. Y en este caso lo estaba: “El Capitán Trueno resume la totalidad de la aventura épica de la Humanidad”.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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