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Unos 300 policías municipales protestan por los “continuos atropellos” de Carmena

Los agentes piden la dimisión del concejal de Seguridad y la alcaldesa les emplaza a reunirse tras las elecciones sindicales

Manifestación de policías municipales ante el Ayuntamiento de Madrid contra la política de su concejal Javier Barbero.
Manifestación de policías municipales ante el Ayuntamiento de Madrid contra la política de su concejal Javier Barbero.Kike Para

“Imposición no, negociación sí”, han clamado al unísono los casi 300 agentes que se han concentrado este miércoles en la plaza de Cibeles, sede del Ayuntamiento. El Colectivo Profesional de Policía Municipal (CPPM), mayoritario, se queja de “continuos atropellos y faltas de respeto” por parte de la alcaldesa, Manuela Carmena. También han acusado al equipo de Gobierno de firmar un acuerdo “ilegítimo” con un sindicato afín, la Unión de Policía Municipal (UPM), para rebajar la jornada laboral. Los manifestantes han aprovechado para exigir de nuevo el cese del concejal de Seguridad, Javier Barbero. La alcaldesa ha emplazado al colectivo a reunirse después de las elecciones sindicales, que se celebran el 26 de octubre.

“Llevamos un año y medio tratando de sentarnos con la alcaldesa para trasladarle las quejas e inquietudes de la plantilla, que no son pocas”, ha subrayado Julián Leal, portavoz de CPPM. Admite que han escrito “infinidad” de cartas a la regidora y que no les recibe. Sin embargo, el 30 de septiembre, la alcaldesa se reunió con tres directivos de la Asociación de Jefes de la Policía Municipal de Madrid (AJPMM), que transmitieron sus reivindicaciones sobre el funcionamiento del Cuerpo. Carmena explicó que no tenía constancia de ninguna irregularidad y se comprometió a estudiar las quejas sobre las horas extraordinarias. Los jefes policiales solicitaron a la regidora mantener abierto un canal de comunicación y esta se mostró dispuesta a atender sus demandas “siempre que se basen en datos objetivos”.

Interrumpido constantemente por silbados y gritos, Leal ha sostenido que el equipo de Gobierno “no quiere herir sensibilidades de ciertos colectivos” y ha denunciado diferencia de trato. Se queja de que mientras a ellos la alcaldesa no les recibe, “a los manteros lo hace inmediatamente”. Fuentes municipales confirmaron que Carmena tenía programado para el 16 de septiembre, y desde hace meses, el encuentro con las asociaciones de emigrantes. El portavoz de CPPM también acusa a Carmena de restar importancia a la agresión que sufrieron varios agentes hace semanas por parte de dos manteros, aunque los ánimos se caldearon cuando la portavoz municipal, Rita Maestre, dudó de la agresión. “No les lincharon de milagro. La alcaldesa dijo que no era nada y luego no rectificó en público”, reprocha Leal.

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“La gota que ha colmado el vaso”

La guerra entre el equipo de Gobierno y la policía municipal no es nueva. Durante la legislatura han sido varios los encontronazos. “La gota que ha colmado el vaso es el acuerdo que se suscribe con un sindicato afín (UPM), que tiene nula legitimidad porque no tiene número suficiente para llevarlo adelante”, destaca Leal. A su sindicato, CPPM, están afiliados “más de la mitad de policías municipales”. La plantilla de agentes es de 6.140 según sus cálculos. Sin embargo, UPM, que cuenta con 1.800 policías de la capital entre sus filas, destaca que el acuerdo suscrito el 14 de septiembre “solo habla de aplicar las 35 horas semanales a los agentes. No hay nada más”. El portavoz de esta organización, Luis Martínez, sostiene que gracias a ese acuerdo, los agentes municipales trabajarán las mismas horas que el resto de trabajadores del Ayuntamiento “en el cómputo anual”, ya que estos sí tienen reconocidas dicha jornada (que ha sido recurrida por la Delegación del Gobierno de Madrid).

“El acuerdo se lleva negociando cinco meses en la mesa de policía. CPPM solo ha puesto trabas y ha estado engañando al colectivo porque ha hecho propuestas que no cabían en esa mesa”, afirma Martínez. En su opinión, las propuestas que hacía CPPM “debían desarrollarse en el acuerdo del convenio, que se negociará a posteriori”. Martínez destaca que todos los agentes pudieron expresarse sobre el acuerdo suscrito con el Consistorio cuando, el 28 de septiembre, lo sometieron a consulta. “El 65% de los votantes (podían votar todos los agentes, afiliados o no) aprobaron la medida”. Sin embargo, UPM no especifica el número de papeletas emitidas.

“Repartir besos y abrazos”

La protesta de este miércoles trascendía las reivindicaciones laborales, como demuestran las reiteradas proclamas utilizadas: gritos de “perroflautas” y peticiones de cese del concejal de seguridad, Javier Barbero, del que portaban caretas con su rostro. “Queremos que (en la policía) manden los que saben, que no nos pongan comisarios políticos. No los vamos a aceptar. Los gestores de barrio tampoco, hay que respetar a la democracia. Para eso tenemos a los jueces y a los tribunales”, ha indicado Julián Leal, portavoz de los manifestantes, que no pueden ir a la huelga porque la ley se lo prohíbe al ser agentes de la autoridad. “Si no se rectifica con esta actitud, vamos a continuar estos actos”, proclamó Leal tras leer un manifiesto en el que afirmó que el equipo de Gobierno pretende que los agentes “se dediquen a repartir besos y abrazos a todos los infractores”.

En febrero, el sindicato CPPM ya organizó una concentración en la plaza de la Villa para protestar contra la gestión del concejal de Seguridad y el director de la Policía Municipal, Andrés Serrano. CPPM consideró que se estaba desmantelando el Cuerpo al suprimirse una de las dos Unidades Centrales de Seguridad (UCS). Aquella reunión evidenció las posturas alejadas que mantienen ambas partes del conflicto. Además, Barbero tildó de fascistas a los agentes que habían protestado aireadamente contra él en plena calle, algo que aún los manifestantes parecen no haber perdonado al convertir la protesta en un acto reivindicativo de su cese.

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