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DÍA SIN COCHES

“Útil para concienciar, inútil para solucionar la contaminación”

El Día Sin Coches divide a Barcelona entre los que están a favor y los detractores de la iniciativa

Carlos Garfella
Un motorista, una ciclista y un policía en la Via Laietana
Un motorista, una ciclista y un policía en la Via LaietanaJOAN SÁNCHEZ

Algunas retenciones, pocos incidentes y diversidad de opiniones en el polémico Día Sin Coches celebrado este jueves en Barcelona. Mientras algunos barceloneses han definido la iniciativa “como un postureo de Colau”; otros, sobre todo los habituales de las dos ruedas, se han mostrado favorables a la descongestión de 56 calles. “Como cada día he cogido la bici para ir a trabajar”, ha explicado un ciclista que ve en la iniciativa una medida "útil para concienciar a la ciudadanía, pero inútil para solucionar el problema de la contaminación de Barcelona".

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“Pues ya ves como está esto”, suspiraba un conductor en la plaza Joan Carles I, en medio de una de las retenciones que esta mañana ha vivido Barcelona. Declarado en “rebeldía” contra el Día Sin Coches, el conductor aseguraba que hoy “no le había dado la gana” dejar el coche en casa para ir a trabajar. “Yo no pago un impuesto de circulación para que ahora venga la señora Colau y me prohíba coger el coche”, ha añadido indignado.

Otros conductores, sin embargo, aseguran que han decidido coger el coche “por necesidad”. Sobre todo los que han venido de trabajar desde fuera de Barcelona. “Las conexiones desde Sant Just son muy malas y no me ha quedado otra”, cuenta otra conductora, no del todo desencantada con la iniciativa. “Ayuda a concienciar a la ciudadanía”, ha añadido. También los había de más despistados: “Nos cortan 50 calles y no nos avisan”, explicaba un padre que acompañaba (bastante tarde) a su hijo al colegio.

La mayoría de ciclistas que se han visto esta mañana por la ciudad eran de por sí, habituales de las dos ruedas.“Esto es como dar 10 euros un día a una ONG para quedarte tranquilo”, ha dicho un ciclista que ha propuesto que, como en París, se limite la entrada de turismos a la ciudad: “Hay que reducir las plazas de parking. Lo que colapsa la ciudad no son los coches de aquí, son los de fuera”.

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En una de las vías principales que se han cortado totalmente, Gran de Gràcia, entre Diagonal y Lesseps, los ciclistas han empezado a ser, junto a los autobuses y taxis, los amos y señores de la calzada. Entre ellos, Augusto Tortonose, un arquitecto argentino que hoy ha decidido cambiar la moto por la bicicleta. “Pensé que esto iba a ser un caos, pero al final no ha sido para tanto”.

Nora Vázquez, vecina del barrio de Gràcia, también pertenece a esa minoría de barceloneses que esta mañana ha contribuido a reducir el tráfico de la capital catalana (un 4,3% menos en el primer balance del mediodía). “Normalmente, voy en coche, pero hoy he cogido la bicicleta”, ha dicho minutos después de que la Guardia Urbana cortara el tráfico de la calle. La mayoría de los trabajadores que hoy han decidido dejar el coche en casa se han decantado por el autobús, el metro o el taxi.

“A las 8.00 íbamos a petar”, ha explicado un conductor de la L24 de Paralel al Carmel, que ha asegurado haber tenido que dejar “tirados” a algunos pasajeros en el paseo de Gràcia porque el vehículo ya no daba para más. “Aunque a partir de las 10.00 todo ha vuelto a la normalidad”.

En Via Laietana, la otra calle principal cortada, los taxis han hecho su particular agosto en diferido. “No he parado en todo el día”, explica Elisabeth Carrera, una de las taxistas que no han dejado de subir y bajar la vía durante toda la mañana: "Sobre todo son barceloneses que van al trabajo" precisaba haciendo referencia al tipo de cliente que ha recibido. Los que sin duda lo han pasado mal han sido los transportistas, que en su mayoría han acumulado retrasos en la entrega de sus pedidos. "He tardado 20 minutos en recorrer 300 metros", aseguraba uno de ellos en Comte d‘Urgell. 

A pie de calle, los comercios, que durante los últimos días habían alertado del “colapso” que podría sufrir Barcelona, apenas han notado un cambio respecto a otros días. "Las ventas más o menos han sido las mismas, quizás ha dejado de venir gente de fuera de Barcelona, pero casi no se ha notado", explicaba un dependiente de ropa en Via Laietana. Otra encargada de un comercio de electrodomésticos aledaño, sin embargo, sí había notado un "pequeño bajón" en el consumo: "Nuestros clientes vienen a propósito a comprar, y si cortas el tráfico les cierras las puertas".

Los que sin duda han disfrutado de la jornada, sin peros que valgan, han sido los alumnos de los distintos colegios que han participado en la jornada con distintas actividades. Como el colegio Maria Auxiliadora, en la calle Calabria, que esta mañana ha sacado los pupitres a la calle para impartir geografía y matemáticas a los alumnos de cuarto de primaria. La escuela Vedruna ha aprovechado el corte de tráfico en la plaza Dels Àngels para impartir un taller de circo durante todo el día. "Somos un colegio concienciado con el medio ambiente, y la propuesta nos ha parecido fantástica", ha explicado el subdirector del centro, Eduard Ruidavets mientras los más pequeños hacían equilibrios, saltaban en camas elásticas y jugaban con un monopatín. 

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Sobre la firma

Carlos Garfella
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

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