Cae un 45% la recaudación por sanciones a las terrazas de los bares en Madrid
El descenso llega tras un fuerte repunte de 2015 y la diversificación de controles por parte del Consistorio
Las terrazas de bares y restaurantes son uno de los dolores de cabeza constantes del Ayuntamiento de Madrid: los hosteleros presionan para ofrecer un servicio que puede suponer para ellos la diferencia entre el éxito y el fracaso mientras los vecinos se quejan de las molestias de unos veladores que ocupan el espacio público y, en muchas ocasiones, se saltan las normas (la mayoría de los de Centro tiene abierto expediente). Sin embargo, en el primer semestre de 2016 el número de sanciones a terrazas cayó un 38% y la recaudación por las mismas, un 45%. Un descenso que llega tras el fuerte repunte de la recaudación en 2015 y la diversificación de los controles por parte del Consistorio. Los vecinos de Centro, donde se ubican gran parte de los puestos, admiten que quizá se esté cumpliendo más, pero insisten en que ocupan demasiado: más de 15.000 metros cuadrados.
Entre enero y junio de 2016, se abrieron en la ciudad de Madrid 72 expedientes sancionadores a terrazas de bares y restaurantes, 44 menos que en el primer semestre de 2015 y 133 menos que durante el mismo periodo de 2012, según datos del Ayuntamiento. La recaudación vinculada a las sanciones (que va más lenta) cayó de 974.628 euros en el primer semestre de 2015 a 533.709 en el mismo periodo de este año; se cobra por la multa (de 750 a 3.000 euros en función de la gravedad y reincidencia) y también por el espacio ocupado sin declarar, ya que el importe de la tasa municipal está impuesto en relación con los metros cuadrados de velador.
El número de terrazas en la capital sigue creciendo: el Ayuntamiento no tiene en estos momentos datos centralizados, pero la patronal CEIM calcula que son 4.300, unas 500 más que en 2012; y en el distrito de Centro son 652, un 6,7% más que en junio de 2015 y un 23% más que hace dos años, según datos, estos sí, del Consistorio. Así que habría dos explicaciones al descenso de la cifra de sanciones: que se ha relajado el control o que se infringe menos la normativa.
En el caso de Centro, que concentra buena parte de los veladores, el concejal responsable del distrito, Jorge García Castaño, explica que la estrategia es combinar los expedientes con la retirada del mobiliario “que puede ser más eficaz que los expedientes”, asegura el edil. También se puede leer el descenso actual de expedientes como una reacción de los locales al apretón del año pasado, cuando el Ayuntamiento recaudó casi 1,7 millones de euros con las sanciones, un 74% más que en 2014.
Centro: uno de cada cuatro bares tiene velador
La Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid La Viña insiste en la importancia de las terrazas para hacer rentables los negocios de hostelería en Madrid (sobre todo desde que se prohibió fumar en el interior de los bares) y la importancia del sector para el empleo: la restauración madrileña daba trabajo en el segundo trimestre de 2016 a 186.400 personas, un 23,9% más que en el mismo trimestre del año anterior, asegura la Viña.
Sin embargo, muchos vecinos se quejan de la saturación que se ha alcanzado en algunas zonas, hasta llegar a hacerlas a ratos invivibles. Por ejemplo, en el distrito de Centro había el 5 de agosto 652 terrazas, lo que supone que una de cada cuatro, en torno al 25% de bares y restaurantes (2.576 a 1 de enero de 2016, según datos del Consistorio) tiene velador. Si se añaden las que no tienen permiso, el porcentaje llega al 32%.
Así, estos datos son probablemente un pequeño rayo de sol en un contexto de conflicto inagotable en el que los hosteleros no tienen suficiente, los vecinos se quejan de que hay demasiadas terrazas y provocan ruidos y suciedad y el Ayuntamiento no da abasto para controlar la situación: en junio, 8 de cada 10 terrazas de Centro o tenían un expediente abierto o eran ilegales. En este último mes y medio transcurrido, el número de expedientes a terrazas abiertas sin autorización en el distrito se ha reducido en seis: ahora son 192.
Desde la coordinadora de asociaciones de vecinos del distrito de Centro, Esteban Benito admite que es posible que algunas terrazas, ante el mayor control del nuevo Ayuntamiento (Ahora Madrid gobierna desde el verano pasado), estén cumpliendo con la ordenanza. El problema, aparte de que los niveles de incumplimiento siguen siendo muy altos pese a la mejora, es que consideran que esas normas son demasiado permisivas y que la presencia de veladores es excesiva: solo en Centro ocupan 15.437,84 metros cuadrados, el equivalente a 1,5 veces el campo de fútbol del Santiago Bernabéu.
Nueva ordenanza
Los hosteleros, por su parte, defienden que se debe cumplir la ley: “Lógicamente, el Ayuntamiento debe ejercer su labor de control, y lo hace”, dice el director general de la Asociación La Viña, Juan José Blardony. Pero también reclama agilidad al Consistorio a la hora de tramitar las solicitudes de licencia. “Deben contestar en dos meses, y en distritos como Centro, Salamanca o Tetuán están tardando entre seis meses y un año”, protesta Blardony.
García Castaño responde que parte de ese atasco se debe a la concesión de licencia de actividad (que centraliza la Agencia de Actividades), previa e ineludible antes de acceder al permiso para el velador. Además, recuerda que se está preparando una ordenanza de terrazas, a la espera de la cual han retrasado el proceso de renovación de permisos que este agosto debían acometer muchas terrazas.
En el proceso de redacción de esa nueva norma, que el Consistorio prevé que pueda estar en vigor el año próximo, volverán a saltar chispas entre hosteleros y vecinos a cuenta de los horarios (la Comunidad ha planteado adelantar la apertura de las diez a las ocho de la mañana), de cuántas terrazas se permiten, cuánto espacio público ocupan y cómo lo hacen. “Las terrazas son positivas”, por razones económicas y de seguridad, pero “hay que evitar que los centros de las ciudades se acaben convirtiendo en un parque temático” sin posibilidad de vida residencial por la presión de ocio y el turismo, dice García Castaño. Así, con esta idea, con medidas para “garantizar el cumplimiento de la norma” (como centralizar los expedientes sancionadores o retirar la licencia a quien incumpla reiteradamente) y con mecanismos para que empresarios y vecinos acuerden los repartos de espacio, la nueva regulación tratará de cuadrar el círculo de las terrazas en Madrid.
Seis millones en permisos
El Ayuntamiento de Madrid recaudó en el primer semestre de 2016 algo más de 6,5 millones de euros por las tasas que pagan los bares para tener terrazas; en todo 2015 fueron 10,6 millones, y 8,6 millones en 2014.
Sin embargo, insisten los vecinos, se está cediendo el espacio público muy barato, pues el precio por metro cuadrado de velador se cobra en las principales calles a 73,98 euros por temporada (ocho meses, de marzo a octubre), un dinero que, aunque puede llegar a ser más del doble si se instalan setos, sombrillas, etcétera, está muy lejos de lo que vale el metro cuadrado de alquiler de un local comercial en las mejores zonas de la capital: más de 150 euros al mes.
“Seguramente [el precio de la tasa] sea más barato que el de mercado. Y me parece bien que sea así, pero debemos ser todos conscientes de ello”, dice el concejal responsable de Centro, Jorge García Castaño.
“Es ridículo lo que se cobra comparado, por ejemplo, con el estacionamiento regulado”, dice Esteban Benito, de la coordinadora de asociaciones de vecinos del distrito Centro. El Consistorio recaudó 89 millones de euros el año pasado por el Servicio de Estacionamiento Regulado en los barrios que caen dentro de la M-30.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.