Beuys ‘vuelve’ a Cadaqués

Joseph Beuys (1921-1986) nunca estuvo en Cadaqués, la bella localidad costera de la Costa Brava situada en el extremo noreste de la península, al final de una carretera tortuosa de infinitas curvas. La dificultad no impidió que en 1981 fuera aquí donde se pudo ver Don't forget, la primera exposición en España de este controvertido artista alemán impulsor de la performance, el happening y el videoarte.

Fue en la galería que el arquitecto italo-suizo Lanfranco Bombelli había abierto en 1973 tras rehabilitar una antigua fábrica de anchoas que ocupaba un almacén encalado de blanco y que comenzó a utilizarse como sala de exposiciones. También reformó el resto del edificio para acoger a jóvenes artistas. A los pocos años, la Galería Cadaqués se convirtió en uno de los focos más activos del arte contemporáneo internacional de todo el panorama catalán y casi español. Además de Beuys, aquí pudo verse por primera en la península, la obra de 67 artistas, entre ellos la de Marcel Duchamp, que a lo largo de diez años, hasta su fallecimiento en 1968, se instalaba a veranear durante tres meses en Cadaqués. Otros artistas, entre otros muchos, fueron Richard Hamilton, John Cage, David Hockney, Max Bill o Jasper Johns. El arquitecto Bombelli acabó convirtiéndose en un promotor de las vanguardias.

Coincidiendo con los 35 años de la primera exposición de Beuys y los 30 de su fallecimiento, Huc Malla, responsable de la sala desde su reapertura en 2003, junto al escritor y crítico de arte Vicenç Altaió y la artista Erika Prüfert, han organizado la exposición A Joseph Beuys, con la intención de homenajearlo a partir de alguno de sus trabajos, el de algunos de sus amigos, discípulos y seguidores y el de otros jóvenes creadores que de alguna forma u otra se sienten influidos o vinculados por el inconformista artista vinculado al grupo Fluxus.

En total, 34 piezas de 26 artistas, incluido el homenajeado, del que se pueden ver tres piezas. Entre ellas, 17 grabados de la conocida Suite Schwurhand producida por el artista entre 1949 y 1970 y la no menos conocida Rosa para la democracia directa, formada por una probeta y una rosa que el artista fue cambiando durante los cien días que estuvo abierta la Documenta de Kassel de 1972, como símbolo de conciliación entre el arte y la ciencia.

Junto a esas obras, pueden verse las piezas de tres artistas históricos amigos del alemán, como fueron Marcel Broodthaers, Richard Hamilton y Dieter Roth. Entre sus alumnos aventajados destacan dos pinturas de Jörg Immendorff que explican en imágenes el accidente de 1944 que sufrió Beuys y que le cambió la vida cuando su Stuka se estrelló en Crimea y, a punto de morir congelado, fue salvado por los habitantes tártaros del lugar que lo envolvieron con grasa y fieltro, dos elementos que se son casi omnipresentes de su obra.

Entre los artistas que no han querido perderse el homenaje a este artista están Alfredo Jaar con su obra Cultura = Capital , basada en eslogan beuysiano Kunst = Kapital , Oscar Murillo, que expone por primera vez en España una obra suya, Juergen Teller, presente con dos obras realizadas de forma explícita para la exposición, Peter Fillingham y Mathieu Pernot, entre otros.

Y entre los españoles están Perejaume, Antoni Muntadas, Jordi Benito, Concha Jerez, Fina Miralles, Eulalia Valldosera, Jesús Galdón, Jordi Mitjà y Rosa Tharrats que han ocupado la media cúpula del antiguo oratorio de la galería para forrarlo con pantalones vaqueros. Según Beuys, creador de Pantalones para el siglo 21, el cuerpo humano ve el futuro a través de las rodillas. Por eso, la artista ha agujereado las rodillas de las prendas, y los ha colocado en paredes y techo creando un paisaje de los nuevos tiempos.

La exposición se completa en una sala anexa con una muestra con todas las ediciones de la galería en los 25 años que estuvo abierta bajo Bombelli, convertidas hoy en auténticas joyas bibliográficas difíciles de localizar.