37 niños de Aldeas Infantiles evacuados por el fuego
Los incendios forestales en Galicia engullen más de 1.500 hectáreas desde el lunes. Un centenar de personas son desalojadas del 'camping' de Baroña
Las llamas y el humo negro y espeso fueron tragándose el monte y llegaron a 200 metros de sus casas. El fuego declarado ayer en el municipio pontevedrés de Soutomaior se embraveció en cuestión de minutos y reservó lo peor para cuando alcanzó el ayuntamiento vecino de Redondela, trepando aprisa, empujado por el viento, hasta los lugares de Ventosela y Reboreda, donde tuvieron que ser desalojadas varias viviendas, entre ellas las de Aldeas Infantiles. En la tarde más pavorosa que recuerdan, con el ejército desplegado en la ladera para reforzar los trabajos de extinción, sus 37 niños y ocho cuidadores fueron trasladados en coches, primero hasta un polideportivo y después, definitivamente, hasta la base de la Brilat (Brigada Ligera Aerotransportable) en Figueirido (Vilaboa, Pontevedra), donde han tenido que pasar la noche y volverán a dormir la que viene. Desde este hogar para menores declarados en situación de riesgo o desamparo, se podían ver ayer por la tarde varios focos de fuego que cercaban la localidad y en los que todavía trabajan los agentes tratando de sofocarlos. Porque la tarea no se presenta fácil en los límites entre Redondela y Soutomaior. Por momentos, las llamas se avivan buscando la tierra que todavía queda sin quemar. La mancha ennegrecida, hacia las cinco de la tarde, rondaba hoy el gran castillo de origen medieval que se encarama en lo alto de Soutomaior y domina el valle del río Verdugo. Los medios aéreos de emergencia han acabado aterrizando en el propio jardín del recinto amurallado, que alberga árboles centenarios catalogados y protegidos por la Xunta. Al otro lado de los muros de piedra, el monte arde a apenas 300 metros y, también en Soutomaior, se ha declarado un nuevo fuego en Arcade, ya cerca del mar, que se puede ver desde la playa y otra vez amenaza viviendas.
La sequía y el calor de este verano en Galicia, sin demasiados precedentes en este siglo y en el pasado, se alían con una vegetación desmandada por las intensas y pertinaces lluvias de los meses pasados y con el viento, fuerte e incesante, que barre la comunidad desde ayer al mediodía. El frondoso territorio dominado por las plantaciones de eucalipto de las provincias atlánticas ha llegado al mes de agosto convertido en un polvorín y desde el lunes se han multiplicado en A Coruña y, sobre todo, en Pontevedra, incendios forestales que no han llegado a superar, según las cifras oficiales que facilita la Consellería de Medio Rural, las 400 hectáreas y que en conjunto ya rebasan la cifra total de 1.500. Se han declarado varias decenas de focos que, por lo general, no logran sobrepasar las 10 o 20 hectáreas. La Xunta considera que buena parte de estos fuegos han sido provocados e investiga a supuestos autores. En Redondela, vecinos de Vilar de Infesta, un enclave cercano al lugar donde se declaró el fuego, han hallado un posible ingenio incendiario todavía sin prender: un montón de hojas y ramas secas, papeles y un cacharro de hojalata en medio, dispuestos sobre un palé.
Los incendios forestales de esta semana, a pesar de no alcanzar las dimensiones de los grandes fuegos de otros años en Galicia, tienen como común denominador que se han declarado en terrenos próximos a núcleos habitados y han obligado a los desalojos de casas e incluso de un polígono industrial (Vilagarcía). Los pequeños focos se han multiplicado desde la tarde del lunes pero los fuegos que entrañaron mayor peligro han sido los de Cotobade (365 hectáreas), Caldas de Reis y Vilagarcía (300), Mondariz (200) y Soutomaior (200), todos ellos, según el Gobierno gallego, "controlados" o "extinguidos". Además, hasta media tarde de hoy la Xunta no ha considerado "bajo control" otro incendio que permanecía activo desde ayer y amenazaba inmuebles en el extrarradio de la ciudad de Pontevedra, en el barrio de Lérez.
En Ourense, en concreto en el ayuntamiento de Avión, la Xunta solo ha informado de un fuego que por momentos parecía aproximarse a las casas aunque luego ha avanzado en sentido contrario. En A Coruña, dos fuegos arrasaron el lunes 82 hectáreas en Ribeira (unas 30 dentro del Parque Natural de las Dunas de Corrubedo) y otro más ha calcinado desde ayer unas 100 hectáreas en Cee. Ha habido desalojos en Rois y ayer vecinos de Padrón decidieron dejar sus casas también por el miedo al fuego. A estas horas siguen creciendo sendos incendios forestales en Fisterra y Fecha (Santiago), y se ha declarado uno más en Porto do Son, en las proximidades del Castro de Baroña. Este y el de Santiago están obligando a los bomberos a desalojar varios núcleos de población e incluso un camping, en Baroña, donde veranean varias decenas de personas.
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