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El tropiezo del patinete

Barcelona intenta regular la circulación de vehículos eléctricos entre quejas del sector y confusión

Carlos Orquín
Turistas en patinete por Barcelona
Turistas en patinete por BarcelonaAlbert Garcia

La eclosión del turismo en Barcelona ha multiplicado los vehículos con los que los viajeros se mueven por el atestado distrito de Ciutat Vella. Entre segways, trixies, triciclos y patinetes eléctricos de tipo scooter, el barrio de la Barceloneta y el frente marítimo se ha convertido en una pista, en ciertos momentos intransitable para peatones y los vecinos. El Ayuntamiento ha limitado temporalmente algunas opciones, por ejemplo, los segways —un tipo de patinete eléctrico— por el paseo marítimo y los scooter por toda la ciudad. 

Algunas empresas de alquiler han puesto el grito en el cielo por el grave perjuicio económico que la medida les supone. Otras, sin embargo, aseguran que ni han oído hablar de la limitación y muchos agentes de la Guardia Urbana no sabe cómo actuar. La policía local tiene dos semanas de margen, por lo que, de momento, los artefactos siguen circulando.

Los vehículos que estudia el Consistorio

Segway: un patinete con dos ruedas paralelas que se controla con el balanceo del cuerpo del conductor. La mayoría de empresas organizan tours por la playa con un guía para el grupo. Están prohibidos en el frente marítimo.

Trixi: un bicitaxi que lleva conductor. El nombre no es del vehículo, sino de la empresa, y es la que tiene más zonas permitidas para circular. Además, lleva publicidad, algo de lo que se quejan las empresas de patinetes.

Triciclo: estos vehículos pueden ir solo por los carriles bici y fueron los que empezaron a alquilar las primeras empresas, pero han sido superados por los vehículos con motores eléctricos.

Patinetes tipo scooter: con prohibición total en la ciudad hasta que haya una nueva regulación.

“Hay empresas pirata sin licencia y con patrañas circulando que perjudican a los que sí cumplimos la normativa”, protesta Svetlana Molokhova, encargada de la tienda Smart Electric World Wide y presidenta de una asociación de estas empresas. La organización ha criticado la prohibición municipal porque, según su versión, apareció sin avisar, en un díptico repartido entre las instalaciones y tiendas de la Barceloneta. “El decreto municipal del pasado febrero determinó que los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) [así los denomina el Consistorio] podrían circular con permiso expreso del Ayuntamiento dentro de unas rutas establecidas”, explica la organización.

El folleto marca las rutas por las que puede ir cada vehículo catalogado —hacerlo fuera de las zonas establecidas tiene una multa de 90 euros— y sobre los patinetes dice: “La circulación de los patinetes a motor está prohibida en toda la ciudad por tratarse de vehículos no homologados”. El Consistorio decidió cortar por lo sano al verificar que muchos scooter inspeccionados no están supervisados por la Dirección General de Tráfico (DGT). Las empresas alegan que esto no es así porque no los consideran un vehículo.

La DGT no se pronuncia pero prepara una regulación sobre el tema ante la proliferación en muchas ciudades. La idea es que con esa regla Barcelona pueda hacer su propia normativa. Pero los cambios en normas de movilidad precisan consenso político, por lo que fuentes municipales apuntan a final de año como mínimo. Hasta ahora las empresas de alquiler se amparaban en licencias que les permitían tener en circulación patinetes que no superen los 25 kilómetros por hora y midan 80 centímetros de ancho. Sin embargo, algunas lo superan. La compañía eScoot, por ejemplo, tiene modelos de 51 kilos que se anuncian en su página web sin problemas. Otras tiendas con scooters de la Barceloneta que sí cumplen las medidas desconocían esta semana la prohibición y aseguran que no han bajado su facturación, en contra de la versión de Molokhova. El precio suele ser de 25 euros por hora.

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Varios agentes de la Guardia Urbana de la zona aseguran no tener muy claro qué vehículos están permitidos. “Hasta ahora avisamos en las tiendas de que solo pueden dejar alquilar patinetes por el Frente Marítimo pero no por la ciudad”, explica un agente. Molokhova dice que les han llegado a confiscar algún vehículo “de forma inapropiada”.

El Gobierno local señala que, tras dar la orden, se acordó un margen de flexibilidad de 15 días, por eso continúan circulando. “Es una medida provisional mientras se consensúa la ordenación de VMP y los ciclos de más de dos ruedas en la ciudad”, informó el Consistorio. Las bicis quedan excluidas porque ya se rigen por la ordenanza de circulación.

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Sobre la firma

Carlos Orquín
Periodista especializado en política, trabajó en la redacción de Barcelona de EL PAÍS y, después, en diferentes proyectos de televisión -en La Sexta, TV3, La2-, y radio en SER Catalunya. Actualmente, concentrado en la comunicación institucional y política, lo que compagina con comer a tiempo completo y escribir a tiempo parcial en El Comidista.

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