Barcelona no ampliará su oferta de nudismo en piscinas públicas
El Ayuntamiento dijo en noviembre que estudiaría la demanda y de momento concluye que no es necesario
Si Madrid permitirá un 'Día sin bañador' en las piscinas públicas que quieran este verano, Barcelona tiene sus propios 'sábados sin bañador' en una de las instalaciones municipales. La de Bernat Picornell, en Montjuïc, es la única que de momento permite el nudismo entre las 50 que hay en la ciudad. Eso sí, solo entre las 21h y las 23h los sábados en verano, a lo que el resto de la temporada se añade entre las 16:15h y las 18h los domingos. El Ayuntamiento de Barcelona, a petición del grupo de ERC el pasado noviembre, se planteó si debía ampliar la oferta y según fuentes municipales, concluye que de momento no hay demanda suficiente.
Con todo, de los 8.000 abonados de Bernat Picornell, los usuarios de estas franjas nudistas son, de media en todo el año, de 20 personas. Muchos de los usuarios de la piscina dudan de que la demanda aumente, ya que, teniendo playa, hay más posibilidades de practicar nudismo en otros sitios, al contrario que en Madrid.
La relación de la ciudad de Barcelona con el movimiento nudista tiene altibajos en la historia. El colectivo, muy asentado en Cataluña, consiguió en 2004 que el Consistorio (entonces gobernaba PSC-ERC e ICV-EUiA) subvencionara unos trípticos de dos entidades que invitaban a ir desnudos por la calle afirmando que el Ayuntamiento reconocía ese derecho. Sin embargo, en 2010 el mismo Ejecutivo local (PSC-ICV-EUiA) modificó la ordenanza de civismo para introducir un título con el nombre de Práctica del nudismo o seminudismo —ir en traje de baño— que supone multas de entre 120 y 500 euros. Las organizaciones naturistas lo denunciaron, pero el Supremo respaldó la norma en 2015.
Más allá de la citada piscina, en Barcelona hay al menos una playa autorizada para nudistas: la de la Mar Bella. Históricamente también era habitual la práctica del naturismo en la de Sant Sebastià, pero en 2011 el Consistorio del convergente Xavier Trias persiguió la práctica y ahora es muy poco habitual. Ampliando el cerco unos kilómetros, cerca de la ciudad hay bastantes más opciones.
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