Una judoka corona la selectividad con una nota final de 9,8

Patricia Torres ya apuntaba buena maña con los estudios a los 13 años, cuando la adelantaron de curso por sus sobrecapacidades. No hizo segundo de ESO, pasó directamente de primero a tercero. Y este jueves, con cinco años más —y uno antes de tiempo— coronó la selectividad con la mejor nota de Cataluña: un 9,8. "Fallé en detallitos, cosas de las que no te acuerdas en el momento", explica la joven, que prevé realizar un doble grado de bioquímica y biotecnología. Patricia entrará a la universidad con 17 años cumplidos, un año antes de lo que le correspondería por edad.

El otro día le preguntó a su madre qué quería ser de mayor cuando era pequeña. Ella no lo recuerda. "Mi madre dice que no solía decir nada. Yo el primer recuerdo que tengo es de cuando estaba en primaria, que ya quería estudiar bioquímica. Es curioso, no sabía lo que era [bioquímica se empieza a estudiar en el bachillerato] pero ya quería estudiarlo", apunta la joven. Le gusta la investigación desde siempre y reconoce que siente más interés por la investigación química forense —"como C.S.I"—. Tampoco le disgusta la rama sanitaria, no en vano realizó su trabajo de fin de bachillerato sobre las mutaciones que provocan enfermedades aplicado a los miembros de su propia familia. 

Patricia es metódica, pero no neurótica con los estudios. "Intento llevar las cosas al día, hacer los deberes y trabajos para sacarlos de delante cuanto antes", explica. Lleva años compaginando sus estudios con las tres horas diarias que entrena judo. Es cinturón negro y desde primero de ESO, judoca de competición con varios oros en campeonatos españoles y un bronce en europeos. Con el tiempo libre que le dejan las rutinas de estudio y deporte, sale con sus amigos, que son los mismos con los que entrena.

La joven, que ha cursado bachillerato de ciencias en el instituto Pons d'Icart de Tarragona, reconoce que no ha estudiado especialmente para selectividad. "No estudié demasiado. Selectividad es un repaso del curso y lo aprendido ya está aprendido. Sólo tienes que repasar alguna fórmula olvidada y ya está", resume. Pero no le ha ido nada mal. La asignatura de física tiene la culpa de las décimas que le faltan para la nota redonda. "Saqué un punto menos que en las demás. Me faltó tiempo. Si tuviese un cuarto de hora más, hubiese sacado más nota", explica la joven. En cualquier caso, va sobrada para matricularse del doble grado que quiere en la Universidad Rovira i Virgili.