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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Temas y temitas

El CIS ha sido muy duro con la más que probable realidad que le espera al PSOE y a su capitanía el día después

J. Ernesto Ayala-Dip

1. Albert Rivera dispara con balas de fogueo cuando pide que Rajoy se haga a un lado, eufemismo que se ha puesto de moda para indicar que estás apestado y debes marcharte lo antes lo posible para no fastidiar más. Rajoy es una excusa para disimular las compatibilidades ideológicas de Ciudadanos con el P.P. Compatibilidades que también alcanzan al modelo de Estado y a la manera de enfocar la tarea económica, maquillada ésta en capítulos francamente retrógrados en materia de bienestar social.

Ciudadanos se prepara, en el fondo, para cohabitar con el PP en un probable gobierno de coalición con el Partido Socialista Obrero Español de Susana Díaz y sus baronías. Albert Rivera sin embargo sí disparó con balas de verdad cuando acusó en el debate televisivo del lunes por la noche a Podemos de estar financiado por Venezuela y el presidente Maduro. Este constante recurrir a Venezuela, Chávez y el madurismo comienza a dar un poco de pena. Si con ello Albert Rivera (y muchos egregios columnistas que no tienen nada que ver con Ciudadanos) cree que así podrá restarle votos, está absolutamente equivocado.

El votante de Podemos está fuertemente ideologizado (con todo lo bueno y lo malo que eso pudiera ser) y le da lo mismo sus posibles veleidades venezolanas de antaño. Si el futuro votante de Podemos es algo más que el producto del desencanto anterior, el de Ciudadanos es el voto líquido, desideologizado, de las capas medias que no han sido castigadas por la desigualdad, el paro de larga duración y la desesperanza ocupacional.

2. Pedro Sánchez tiene todos los números en contra. Yo le hago mucho caso a los datos estadísticos del CIS. Las encuestas de los diarios solo me sirven para tener alguna idea de por dónde van los tiros (además de olerme algunas tendenciosidades), algo así como las pruebas del colesterol a bulto que te puedes hacer en las farmacias.

El CIS ha sido muy duro con la más que probable realidad que le espera al PSOE y a su capitanía el día después. En el debate del lunes, el líder socialista dijo algunas cosas muy interesantes como para no volver a ser líder de nada en el futuro. Dijo que a Iglesias solo le importa el poder y controlar la TV y el servicio de inteligencia. No sé si Sánchez sabe que cuando uno está en política lo primero que tiene que hacer es diseñar una estrategia que le dé la posibilidad de alcanzar el poder, sin el cual no podrás poner en marcha tú programa. Y si alcanzas el poder, claro que tendrás que ocuparte, entre otros menesteres, de elegir a las personas idóneas para dirigir la televisión pública, (una dirección, desde luego, lo más colegiada posible para garantizar su pluralidad).

También estoy seguro de que a Iglesias le gustaría que no hubiera espías en el mundo. Un mundo sin espías, qué maravilla. Pero un elemental principio de realidad nos dice que por el momento los espías son necesarios, aunque no tengan esa tristeza tan literaria que les atribuye John LeCarré con tanta maestría narrativa. Respecto al tema territorial no tiene razón Pedro Sánchez cuando le reprocha al líder de Podemos que no hiciera nada para preparar el camino de una reforma constitucional. Iglesias habló de un referéndum en Cataluña. ¿Qué hizo el líder socialista ante esa propuesta, muy arriesgada todo hay que decir? Comprobar el ceño fruncido de los barones y de Susana Díaz y salir a la palestra a defender la unidad patria al lado de PP y C's, no fuera que alguien en su partido lo creyera entregado a la furia desarticuladora de España.

3. Pablo Iglesias habló estos días de un tema (y no temita) que debería obligarnos a quitarnos algunas telarañas mentales. La socialdemocracia. ¿Existe tal cosa en el mundo socialista? ¿Existe una verdadera discusión sobre este concepto? ¿Y sobre el populismo? ¡Menudos temas! La segunda y tercera gran cuestión de España, junto a su estructura territorial.

He leído en este mismo periódico, estos días, un artículo de la socióloga belga Chantal Mouffe titulado El momento populista. No pregunto si Rajoy y Rivera lo han leído, ellos que tanto se llenan la boca del populismo de Podemos, porque sé que ese tipo de elucubraciones no va con su ADN. Pero Pedro Sánchez sí debería leerlo. A lo mejor así se lo piensa mejor el día 28 de este mes para ponerse en disposición de pactar con quien deberá. Que se cuide, Meritxell Batet ya está por esa labor en Cataluña.

J. Ernesto Ayala-Dip es crítico literario.

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