El sorprendente jazz de Stefano Bollani, en el Jamboree

El jazz es la música de la sorpresa. Una afirmación ampliamente difundida y aceptada entre los aficionados. Y si es cierta, que lo es, una de las reencarnaciones más rotundas e indiscutibles del aserto es, sin lugar a dudas, Stefano Bollani.

A pocos músicos el directo les sienta tan bien como a Bollani. El pianista italiano (Milán 1972) ha grabado más de cuarenta discos con todo tipo de formaciones, del solo a la orquesta sinfónica, en su mayoría de alta calidad musical pero que desmerecen su trabajo sobre la tarima donde se trasmuta hasta convertirse en un auténtico volcán en erupción. Esta noche y mañana podremos volver a comprobarlo ya que Bollani ofrecerá cuatro actuaciones (dos por día a las 20 y a las 22 horas) en la sala Jamboree de la plaza Reial añadiendo a su habitual apabullante directo la cercanía de un pequeño club.

El jazz de Bollani es totalmente abierto caminando desde lo más clásico a lo más experimental sin perder nunca el contacto con el público. Bollani puede grabar una canción de Serrat (La tieta), versionar a piano un aria de ópera italiana o un puñado de temas de Frak Zappa, grabar en dúo con el mismísimo Chick Corea, interpretar obras clásicas o contemporáneas en una sala de conciertos (su Gershwin con la orquesta del Gewanhause de Leipzig y Ricardo Chahilly es una referencia) o repartir papeles entre el público para que anoten su canción favorita y después tocarlas todas, absolutamente todas en un largo y vibrante medley (así sucedió hace unos años en el Auditori barcelonés).

Un concierto de Stefano Bollani sobrepasa los límites del jazz y hace suya la afirmación inicial: su música es la música de la sorpresa.