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La sombra de Mas amenaza el liderazgo de Puigdemont

El presidente de Convergència ha potenciado su discurso en plena refundación del partido

Dani Cordero
Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y Artur Mas.
Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y Artur Mas. Albert Garcia

Carles Puigdemont cumplirá esta semana sus primeros cuatro meses como presidente de la Generalitat. En este tiempo se ha convertido en el tercer líder político más popular, según las encuestas del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, superado sólo por Albert Rivera y Oriol Junqueras. Pero la sombra de Artur Mas, que se ha reactivado como presidente de Convergència y líder de su refundación, amenaza la proyección pública del jefe de la Administración catalana al complementar y corregir sus intervenciones.

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En sucesivas ocasiones, Mas ha puesto a Puigdemont como ejemplo de los dirigentes que deben emerger en la nueva Convergència. Pero el presidente de la Generalitat todavía no ha tenido tiempo de consolidar su liderazgo y su antecesor no le pone fácil que pueda tener luz propia. Centrado en la refundación de Convergència Democràtica y con la intención de que el partido marque perfil propio, Mas ha optado por atarlo en corto.

El pasado martes, pese a no tener despacho allí, Mas se encontraba en el Palau de la Generalitat mientras Puigdemont se estrenaba presidiendo una cumbre con alcaldes y entidades sociales para escenificar un frente común contra el Gobierno de Mariano Rajoy por haber recurrido la ley catalana contra los desahucios y la pobreza energética. Otra jornada significativa, el 23 de abril, Mas programó una rueda de prensa después del tradicional discurso que ofrece el presidente. Rompía así una regla que impuso su propio equipo: los grandes días, ningún cargo del Gobierno podía protagonizar actos que restaran protagonismo al jefe de la Administración catalana.

Pese a que afirmó dar un paso al lado por la exigencia de la CUP, que reclamó su cabeza como condición ineludible para entregar la Generalitat a Junts pel Sí, Mas se ha situado un paso por detrás de Puigdemont. Cuando el presidente de la Generalitat hace una referencia a la declaración unilateral de independencia de Kosovo, el de Convergència puntualiza que el modelo catalán es el de Escocia y el referéndum pactado. Cuando Puigdemont abre las puertas a ser candidato de CDC, Mas remarca que las suyas no están todavía cerradas. El expresidente de la Generalitat no critica. Pero apunta, subraya, corrige.

Desde el gabinete de Presidencia aseguran que los pasos que dan uno y otro son coordinados. Se ven cada lunes por la mañana. Fuentes vinculadas a Esquerra niegan que las apariciones de Mas apaguen la luz del presidente de la Generalitat, pero el exalcalde de Girona está entre dos fuegos: la independencia con la que juega el republicano Oriol Junqueras en el Govern y la presión que le imprime el presidente de su partido.

Fuentes de Convergència argumentan que Mas se ha puesto a disposición de Puigdemont y niegan en redondo una intención de marcaje. La relación entre ambos es fluida, dicen, y añaden que no existe un consejo nacional de Convergència en el que no haya elogios al papel de Puigdemont. Un problema, no obstante, es que la formación nacionalista ha caído en los últimos años en todas las elecciones y su intención de voto continúa descendiendo en las encuestas. Artur Mas tiene en sus manos revertir esa situación de cara a las próximas convocatorias electorales y, sobre todo, en el camino que concluirá en el congreso del partido el próximo mes de julio.

Convergència se plantea si renovarse o refundarse. En el nuevo escenario, el partido se juega su futuro marcando perfil propio y sus afiliados creen necesario que el partido tenga un presidente ajeno a los cargos institucionales, a imagen y semblanza del Partido Nacionalista Vasco.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

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