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Termina el invierno más seco y más cálido en Comunidad Valenciana

Las lluvias son un 90% inferiores a lo normal y Valencia registró una mínima de 19 grados

Ignacio Zafra
La cosecha de cítricos se ha visto afectada por las altas temperaturas.
La cosecha de cítricos se ha visto afectada por las altas temperaturas.ÁNGEL SÁNCHEZ

El invierno que acaba de terminar ha sido "extremadamente seco" y "extremadamente cálido" en la Comunidad Valenciana, y ambos parámetros han batido récord desde que empezaron a acumularse registros, en el año 1950, según ha informado este lunes la delegación territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Ello convierte al trimestre invernal —que comprende los meses de diciembre, enero y febrero— en "climatológicamente extraordinario".

La temperatura media ha sido de 10,5 grados centígrados, lo que representa 2,1 grados por encima del promedio normal de 8,4. Aemet solo conserva otro registro extremadamente cálido de un invierno, y fue el de 1966, aunque no alcanzó la cota del actual.

Los responsables de la agencia en la Comunidad Valenciana han atribuido el fenómeno climatológico a la situación anticiclónica y al hecho de que hayan predominado los vientos de poniente, que se caracterizan por ser más secos y cálidos. En marzo, coincidiendo en parte con la celebración de las Fallas, las tornas han cambiado y tanto las temperaturas como las precipitaciones se sitúan por encima de los registros históricos.

El día que más calor hizo en la Comunidad Valenciana en los tres meses considerados invernales por Aemet —pese a que oficialmente la primavera no empieza hasta finales de marzo— fue el 13 de febrero, cuando los termómetros superaron los 25 grados en numerosas poblaciones de la autonomía. En esa jornada, la mínima nocturna en la ciudad de Valencia fue de 19 grados.

Las temperaturas inusualmente altas han sido señaladas por la Consejería de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural como responsables de que la cosecha de cítricos haya sido más baja de lo normal, con una caída del 22% en la campaña de 2015-2016.

Las lluvias también han sido notablemente más bajas de lo que es habitual. La precipitación media ha sido un 85% inferior al promedio climático del periodo de 1981 a 2010. El único episodio de lluvias de entidad se produjo a finales de febrero, los días 26 y 27, al interior del extremo norte de la provincia de Castellón, en la comarca de Els Ports.

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Temporal de nieve

El episodio se inició con fuertes lluvias el viernes 26 que se convirtieron en nieve a partir del sábado 27. Se llegaron a acumular 52,8 litros por metro cuadrado y el espesor de la nieve alcanzó los 43 centímetros medidos en zonas resguardadas de la ventisca. Se trató del fin de semana en que dos senderistas murieron de frío en la zona, en concreto en la Tinença de Benifassà, después de perderse junto a un tercer excursionista a causa de la tormenta de viento y nieve y verse obligadas a pasar la noche al raso.

La "casi total ausencia de lluvias" ha sido la tónica general en el resto de la Comunidad Valenciana, una situación que se inició el 3 de noviembre. En el 80% del territorio la lluvia acumulada ha estado por debajo de los 25 litros por metro cuadrado. Y en el resto, por debajo de los 10 litros por metro cuadrado. Los 4,1 litros registrados en Valencia también convierten a este invierno en el más seco de la historia de la ciudad desde que hay registros. En buena parte de los medidores, las precipitaciones registradas se han situado un 90% por debajo de lo normal. Y en Antella, municipio de la provincia de Valencia, un 99%, con un acumulado de un litro por metro cuadrado.

Marzo más frío

La tendencia ha cambiado en febrero, con temperaturas "relativamente frías", en torno a un grado por debajo de la media y en contra del patrón climático normal en la Comunidad Valenciana, que señala que a partir de enero la temperatura media empieza a subir. "El poco frío de este invierno se ha registrado a final de febrero y en marzo", señala Aemet.

Entre el 1 y el 20 de marzo se ha recogido más lluvia que en los tres meses anteriores. Si bien "estas precipitaciones están lejos de equilibrar el déficit acumulado en el año hidrológico", cuyo arranque se sitúa el 1 de octubre. Si se toma globalmente desde entonces, las precipitaciones son la mitad de las que indica el promedio climático normal.

La previsión para primavera —marzo, abril y mayo— es que las temperaturas se sitúen igualmente por encima de la media histórica y las lluvias por debajo de lo normal. Los días de Semana Santa se presentan relativamente estables hasta el domingo 27 de marzo. A partir de entonces aumenta la posibilidad de precipitaciones.

Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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