Madrid justifica dar sin concurso el contrato del callejero franquista
El PP pide la dimisión de la concejal de Cultura por "incitación al odio"
El Ayuntamiento de Madrid defendió ayer la legalidad del contrato con la Cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense (para eliminar los nombres franquistas de las calles) por un euro menos de la cuantía que exige un concurso público: 17.999 euros. Indicó que la concesión fue directa por ser la “única [cátedra] en España que reúne las condiciones”.
Fuentes del Área de Cultura y Deportes indicaron que el “procedimiento habitual” en cualquier contrato menor —como este de 17.999 euros más IVA— y no solo en los concursos públicos es pedir tres ofertas para después elegir una de ellas. “En este caso solo hay una cátedra universitaria dedicada a la memoria histórica del siglo XX, por lo que solo hay un proveedor y por eso no caben más ofertas”, destacaron fuentes del departamento que contrató a la cátedra de la Complutense para determinar cómo aplicar la Ley de Memoria Histórica.
Esa entidad propuso los 30 primeros nombres de calles relacionadas con el franquismo que deben ser eliminados del callejero madrileño según el acuerdo plenario del pasado 22 de diciembre, entre ellos la plaza de Arriba España, Caídos de la División Azul, la plaza del Caudillo, calle Primero de Octubre, avenida del General Fanjul o Comandante Zorita.
Dimisión de Meyer
Ayer, la portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, pidió la dimisión de la concejal delegada de Cultura y Deportes, Celia Mayer, por los errores “incitadores al odio” que figuran en el trabajo sobre el cambio de nombre de calles franquistas. “No vamos a entrar en el juego político, no tenemos nada que decir”, respondieron desde el Ayuntamiento que gobierna Ahora Madrid.
El Ayuntamiento defiende que su relación contractual con la Cátedra Complutense de Memoria Histórica del Siglo XX, que ayer adelantó Abc, “se plasma en un contrato menor de servicios” y remarca que para esa entidad trabaja “un sólido y variado equipo donde prima la interdisciplinariedad, con más de 70 historiadores, juristas sociólogos, etcétera”.
La cátedra está dirigida por Mirta Núñez Díaz-Balart, hija de la primera esposa de Fidel Castro. “Al ser el trabajo que se tiene que realizar de un perfil técnico y científico muy especializado no hay otra cátedra”.
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