Traspasos tras cuatro meses de parón
Los nuevos consejeros toman las riendas del Ejecutivo con el fin inmediato de llevar unos Presupuestos al Parlament
El traspaso de carteras es un acto protocolario, casi a medida de las cámaras. Apenas hay tiempo para un encaje de manos y alguna broma. Ayer, sin embargo, la fotografía en la sede del Departamento de Economía propició una reunión de trabajo de más de una hora entre los consejeros saliente y entrante. El nuevo vicepresidente, Oriol Junqueras, asumió la cartera más compleja del Ejecutivo catalán. La primera tarea que tiene adelante es la de llevar unos Presupuestos para este año al Parlament, para los que Junqueras buscará apoyos más allá de la CUP. En general, el traspaso de ayer sirvió para volver a engrasar la maquinaria del Gobierno tras cuatro meses en funciones.
Los republicanos se estrenan en la consejería de Economía con la misión de cuadrar el sudoku que debe llevar a unos nuevos Presupuestos y que debe permitir desplegar parte del plan de choque acordado con la CUP. Junqueras afirmó que el Ejecutivo quiere “ir más allá de la mayoría con los anticapitalistas y contar con más grupos”. Entre esos nuevos socios podrían estar los diputados de Catalunya Sí que es Pot (CSQP), cuyo líder, Lluís Rabell, ayer no se cerró a posibles acuerdos.
La dificultad para alcanzar un acuerdo de legislatura, no obstante, puede llevar al escenario opuesto. En ese caso, Junts pel Sí (JxS) no podría recibir la luz verde de la Cámara a sus cuentas. En ese caso, el vicepresidente sostuvo que habrá pórroga. A pesar de que JxSí puso como condición para ejecutar las medidas del plan social la aprobación de los Presupuestos, Junqueras confió en que estas puedan desplegarse sin las cuentas de 2016.
La otra gran tarea será preparar la legislación para la llamada “Hacienda propia” y la agencia que gestionará una eventual Seguridad Social catalana. Ambas, según el pacto con la CUP, deberán discutirse en el Parlament en febrero. “Trabajaremos para disponer de todas las herramientas necesarias para que la recaudación fiscal de Cataluña esté en manos de las instituciones públicas catalanas”, afirmó Junqueras, quien recordó que ahora el 95% del “esfuerzo fiscal” de la sociedad catalana “lo controla, gestiona y recauda el Gobierno español”. Junqueras ofreció diálogo al ministro en funciones Cristóbal Montoro, si bien advirtió de que la predisposición a hablar del titular de Hacienda no es la misma que otros, y citó a Jorge Fernández Díaz.
En otra consejería económica, la de Empresa, Jordi Baiget relevó a Felip Puig, que abandona su carrera política para iniciar una carrera en el mundo de la empresa. Puig, quien fuera hombre fuerte de Convergència y de Artur Mas, descarta volver al partido.
Un filósofo en Salud
Más parco en palabras fue el traspaso de carteras en el Departamento de Salud, la consejería catalana con mayor presupuesto. Con un “mucha suerte”, Boi Ruiz cedió el testigo a Antoni Comín (JxS). El nuevo consejero, el primero del período democrático que no es médico, está licenciado en filosofía y ciencias políticas y es profesor de ESADE. Otrora militante del PSC y diputado entre 2003 y 2010, en 2014 rompió su carnet socialista para acercarse a la órbita de ERC. Pese a no tener vinculación con el ámbito sanitario, participó en las negociaciones del plan de choque social con la CUP. “Dejas muy buena herencia. Aguantar el sistema público en estas circunstancias no es fácil”, agradeció Comín.
El nuevo consejero mostró en su estreno un perfil reservado —se negó a hablar con la prensa—, una actitud diferente a la que ha representado en su faceta como tertuliano o, incluso hace unos días, ya cuando sonaba su nombre dentro del equipo de Puigdemont, al revelar las prioridades del nuevo Gobierno en materia de salud. Revertir privatizaciones y reducir las listas de espera son, según Comín, los temas más apremiantes.
Pero aparte de estas cuestiones, incluidas dentro del plan de choque y condicionadas a la aprobación de nuevos presupuestos, Ruiz deja a Comin otras patatas calientes con las que tendrá que lidiar. La continuidad del controvertido consorcio sanitario de Lleida, suspendido temporalmente a la espera de lograr un consenso, es uno de ellos. ERC retiró su apoyo en este tema en el último momento y en víspera de elecciones municipales. Para la CUP es una línea roja infranqueable. Otro tema conflictivo es el proyecto VISC+ de venta de datos sanitarios, que sigue en marcha pese a la oposición de casi todos los partidos, especialmente la CUP.
La consejera ‘indignada’
Dolors Bassa recibió ayer de las manos de Neus Munté el testigo del departamento de Bienestar Social. La nueva consejera incluirá además en su ámbito el área de empleo (el Servicio de Ocupación, por ejemplo), lo que convierte a la cartera de la ex secretaria de UGT en Girona en una megaconsejería. “El trabajo es la mejor política social”, justificó el cambio la debutante.
Bassa llamó ayer la atención durante la toma de posesión por lucir una chapa de las tijeras, el símbolo contra los recortes. “A partir de hoy, intentaremos que se acaben todos los recortes”, aseguró la nueva consejera, una meta que insistió que solo se conseguirá con la independencia. Tirar adelante el plan de choque pactado con la CUP y la lucha contra la desigualdad serán las prioridades de la nueva consejera. Munté, que liderará el área social del Ejecutivo de Puigdemont, restó importancia a que la consejería que se encargará los Servicios Sociales no esté bajo su mando sino del de Junqueras. “Todo se coordinará en el Consejo Ejecutivo”, zanjó.
Continuidad en Enseñanza
La nueva consejera de Enseñanza conoce muy bien la casa. Meritxell Ruiz se desempeñó en el anterior mandato como directora general de Atención a las Familias y a la Comunidad Educativa y era una de las personas de confianza de Irene Rigau. Ruiz aseguró que la implementación de la llamada ley Wert queda en suspenso a la espera de ver qué sucede con el nuevo Gobierno central. “Nuestra referencia seguirá siendo la Ley de Educación de Cataluña, que preserva el modelo de inmersión y la escuela en catalán”, añadió.
Un azote para Renfe
Josep Rull tomó el relevo de Santi Vila en el Departamanto de Territorio con una advertencia a Renfe y Adif, las empresas estatales que están detrás de uno de los mayores problemas del transporte público de Cataluña: la red de Rodalies, con continuas incidencias que afectan a sus usuarios. “Seré un corcó”, señaló. Rull, buen conocedor del área que ahora asume, podrá hacer en febrero lo que Vila no ha logrado pese a desencallar la finalización de las obras: inauguarar el tramo de la línea 9 del metro que llegará hasta el aeropuerto. El nuevo consejero ha fichado como número dos a Ferran Falcó, que estuvo imputado en el caso Adigsa, que investigaba el pago de comisiones de adjudicatarios de obras.
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