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Mas ofrece paralizar el macroproyecto de hoteles y casinos de BCN World

Convergència defendió desde el inicio el proyecto de Enrique Bañuelos, que abandonó el plan el pasado mes de mayo

Lluís Pellicer
De izquierda a derecha, Xavier Adserà; el secretario del Gobierno catalán, Germà Gordó; Enrique Bañuelos; Andreu Mas-Colell; el presidente de La Caixa, Isidre Fainé; Artur Mas; Lluís Recoder, y Francesc Xavier Mena.
De izquierda a derecha, Xavier Adserà; el secretario del Gobierno catalán, Germà Gordó; Enrique Bañuelos; Andreu Mas-Colell; el presidente de La Caixa, Isidre Fainé; Artur Mas; Lluís Recoder, y Francesc Xavier Mena.Andreu Dalmau (Efe)

La última propuesta de Junts pel Sí a la CUP contempla la paralización BCN World, el macroproyecto para crear un gran resort turístico con casinos en la Costa Daurada. A pesar de las críticas que generó el plan, el Gobierno de Artur Mas lo defendió a capa y espada desde el principio, hasta el punto de tomar sus riendas una vez su promotor, el empresario valenciano Enrique Bañuelos, abandonó el barco el pasado mes de mayo. El proyecto, anunciado tras el portazo del magnate Sheldon Adelson para levantar EuroVegas en Barcelona, fue justificado por el Ejecutivo de Mas en la necesidad de “romper el techo” de cuatro millones de turistas de la zona y atraer más viajeros internacionales.

La oferta de JxSí recuerda que en su programa proponían “revisar e impulsar” esos complejos turísticos en Tarragona para "concretar la apuesta de captación de mercados lejanos y de protección económica del territorio, en el segmento del turismo familiar y de los acontecimientos y convenciones, en un marco de compromiso con el turismo de calidad, responsable y sostenible". Con esa expresión trataba de conciliar el entusiasmo de Convergència y el rechazo de ERC. La CUP  ha sido desde el principio una firme detractora del proyecto. La coalición propone, por ello, crear un “grupo de trabajo” para revisar el plan. Hasta que se tome una decisión “por consenso”, el plan urbanístico queda suspendido.

De materializarse el acuerdo, muy atrás quedará la fotografía que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, regaló al empresario valenciano Enrique Bañuelos en septiembre de 2012. El promotor regresaba a España por todo lo alto después del fiasco de Astroc, una promotora inmobiliaria que se convirtió en el símbolo de la burbuja y cuyo modelo de negocio se basaba en la especulación con el suelo, y sus inversiones fallidas en Brasil. El macrocomplejo debía levantarse en unos terrenos de La Caixa cercanos a Port Aventura, pero la idea inicial fue desfigurándose hasta que Bañuelos saltó del barco el pasado mes de mayo después de haber conseguido incluso que la Generalitat rebajara el impuesto sobre el juego del 55% al 10%.

Entonces la Generalitat asumió las riendas del proyecto e incluso se hizo con la opción de compra de esos terrenos, que expira el año que viene. Entre las empresas interesadas estaban el operador chino Melco y el grupo estadounidense Hard Rock, que el pasado verano confirmó su interés en el proyecto pese a la salida de Veremonte (la sociedad controlada por Bañuelos) en una entrevista a EL PAÍS. A estas dos compañías se unía Grupo Perelada. Entre las tres debían levantar un gran complejo con oferta hotelera, comercial y de juego.

El Gobierno catalán siempre negó que la operación tuviera un carácter inmobiliario, pero fuentes del sector explican que lo tuvo desde el principio. Según estas fuentes, desde hace lustros se venía barruntando la idea de una urbanización de lujo en esa zona, pero los estudios de mercado que se habían hecho sugerían que eso era inviable, a menos que se encontrara un catalizador para reconventir el tipo de turismo que frecuenta ese territorio. Y ese era el complejo de casinos. El plan urbanístico que quedará en suspenso, de hecho, permite construir hasta 3.600 viviendas en la zona.

Sin embargo, el proyecto nunca ha logrado despegar. El propio consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, admitía el pasado mes de julio que sin la entrada de un gran inversor el proyecto peligraba. "Esto no consistirá en cambiar un casinito de aquí para ponerlo en otra parte", dijo el titular de Economía. Poco después, Melco renunciaba a uno de los casinos que había proyectado. Para lograr la investidura, Mas ahora ofrece deshacer lo andado con esa propuesta turística.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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