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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un presupuesto irreal para Madrid

La portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento sostiene que Carmena gasta millones de euros sin conocer exactamente su destino

Han pasado más de seis meses desde el relevo en la Alcaldía y, a estas alturas, uno tiende a pensar que el -ya no tan nuevo- gobierno municipal habría llegado a la realidad de la gestión y abandonado sus orígenes portasolinos. La realidad nos demuestra lo contrario. El presupuesto para 2016, el primero redactado por Ahora Madrid, no conjuga el alivio fiscal para familias y empresas que impulse la economía con el aumento de la dotación a políticas sociales y al resto de las áreas.

Es un presupuesto hecho para gastar sin mirar demasiado, bordeando la irresponsabilidad. Gastos financieros aparte, sube 326 millones respecto a 2015, hasta incumplir el techo de gasto que impone el Estado. La subida de tributos supone ya un sablazo a los madrileños y a nuestro tejido económico de 168 millones, ya que el acuerdo del Pleno que reducía el tipo impositivo del IBI no se va a respetar totalmente al subir determinados tipos diferenciados.

Todas las partidas previstas tienen dos denominadores comunes: gastar de forma desordenada y allí donde es posible –el papel lo aguanta todo-, regar con subvenciones a las asociaciones y colectivos más afines al partido gobernante. En el fondo se vislumbra la heterogénea composición del gobierno, donde se han creado áreas en función del político responsable, cada una con sus propias redes clientelares que se van generando.

"Todas las partidas previstas tienen dos denominadores comunes: gastar de forma desordenada y allí donde es posible"

Prueba de ello son las 56 enmiendas presentadas a su propio presupuesto, como por ejemplo los 500.000 euros que se iban a destinar, en el distrito de Arganzuela, a asambleas de afines a un sector de Ahora Madrid, fuertemente reducidos ahora por un concejal que ha enmendado la plana a otro.

Como ejemplo de este desaguisado, se prevé iniciar la construcción de decenas de nuevos equipamientos, cada uno de ellos con un coste de varios millones de euros, pero adjudicándoles una partida muy pequeña a cada uno (de 100.000 o 200.000 en muchos casos). Un gobierno sensato hubiera hecho un estudio serio sobre la viabilidad de cada obra y dotar plurianualmente la totalidad de cada construcción. El único motivo es contentar por el momento a todos los barrios, pero en 2017, cuando el ritmo de las obras obligue a dotar esas partidas con varios millones de euros cada una y se supere el techo de gasto, llegará la decepción con obras paralizadas y proyectos en los cajones. Y es que nadie puede razonablemente pensar que el presupuesto puede crecer ilimitadamente año tras año.

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"Gastar por gastar. Incluso aunque no sepamos muy bien en qué"

Gastar por gastar. Incluso aunque no sepamos muy bien en qué. Casos paradigmáticos son los 30 millones de euros de un llamado Fondo de Cohesión Territorial que el propio gobierno no sabe a qué destinará concretamente o los 31 millones que se quedarán en la Coordinación General de la Alcaldía, para un ramillete de competencias que incluye una nueva partida destinada a cooperación internacional. Mientras, las actuaciones destinadas a mejorar el tejido económico quedan postergadas. La amortización de deuda –Madrid sigue triplicando al siguiente ayuntamiento más endeudado- tampoco es ya una prioridad.

Frente a eso, Ciudadanos quiere mejorar el presupuesto en el trámite de enmiendas, para hacerlo más realista, más responsable en la gestión y menos lesivo para el bolsillo del contribuyente. Las reglas del juego son que los grupos políticos –los representantes de los madrileños- no podemos cambiar entre Áreas de Gobierno el destino de los fondos que constan en el proyecto presupuestario. Partimos de los compartimentos estancos que ha decidido el equipo de Carmena.

Nuestro grupo ha presentado 214 enmiendas para reconducir este presupuesto, eliminando gasto superfluo y duplicidades, y reduciendo las partidas que se destinan a estudios y proyectos que pueden hacer los trabajadores municipales. En total, defendemos reducir el gasto en casi 76 millones de euros, lo que, de no ser por estos compartimentos estancos, nos permitiría no subir los impuestos a quienes crean empleo o duplicar el gasto que va a la atención e inclusión social.

"Defendemos reducir el gasto en 76 millones de euros, lo que nos permitiría no subir los impuestos"

Así las cosas, adoptar nuestras enmiendas supone enviar 62 millones de euros directamente al superávit de final de año, para que en 2017 pueda dedicarse a reducir la deuda, a bajar los impuestos o a incrementar el gasto social; así como introducir en el presupuesto 13,8 millones más para gasto social: 8 millones de euros para la rehabilitación de viviendas en zonas especialmente necesitadas y 5,8 para atención e inclusión social, familia e infancia.

En resumen, nuestra propuesta es la de un presupuesto que parte de la realidad de la ciudad, de su realidad y que reconoce los efectos que una presión fiscal contenida tiene en la economía y el empleo. Y sobre todo, un presupuesto que no depende de nadie, sin apriorismos ideológicos o redes asociativas que lo tutelen, sin otro objetivo que el interés general de los madrileños. Frente a eso, tendremos un presupuesto difícil de ejecutar, irreal y determinado por los condicionantes originales del gobierno de la ciudad.

Begoña Villacís es portavoz del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid.

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