“Intentamos pasar muy poco tiempo al aire libre”

En la avenida del Cardenal Herrera Oria los vehículos se suceden uno tras otro. Esta vía conecta los barrios de Montecarmelo con Tres Olivos y Las Tablas. Las zonas de vivienda nueva con una de las áreas empresariales de la ciudad. “Aquí no dejan de pasar coches, hay muchísima circulación. Siempre se ha notado la contaminación”, comenta Maribel Ginés, una vecina, mirando la nube de contaminación que vigila desde lo alto el barrio.

La estación del Barrio del Pilar fue el pasado jueves la que detectó los niveles más altos de concentración de dióxido de carbono en toda la ciudad, con 286 microgramos de NO2. Este valor doblaba a la mayor parte del resto de medidores. Esa ha sido la tónica habitual de la última semana, cuando el Barrio del Pilar ha superado en 17 ocasiones el límite de 200 microgramos por metro cúbico. Es la estación que más veces ha rebasado el máximo permitido.

Los residentes de El Pilar se quejan del ambiente cargado que se cierne sobre ellos, aunque reconocen estar ya acostumbrados. “Claro que se nota, desde hace mucho tiempo. Lo peor es por la noche, cuando te notas que después de haber pasado el día en la calle te cuesta un poco más respirar y tienes los ojos muy secos”, confiesa Isabel Muñoz, que lleva 14 años viviendo en el barrio. María del Mar López nació aquí y ahora son sus hijos los que no se pueden beneficiar de la calidad del aire que tenían antes. “La situación empeora cada año. Nosotros intentamos pasar muy poco tiempo al aire libre, porque después te notas el dolor en la garganta y en las vías respiratorias”, cuenta esta vecina.

La contaminación a debate

La contaminación se ha convertido en tema de debate en el barrio. David Mateos trabaja en un quiosco del barrio y reconoce que son muchos los clientes que le comentan “la capa de contaminación” que tienen arriba. Él dice no notarlo más que en otros puntos de la ciudad. Sin embargo, Francisco Javier Gayoso, encargado de un puesto de la ONCE en la calle de Fermín Caballero, asegurar percibir la diferencia. “Llevo aquí desde julio, pero en agosto me mandaron un mes a Tres Cantos. No hay color, menuda diferencia en la calidad del aire”.

La densa circulación de coches por las calles del barrio y, principalmente, por la avenida del Cardenal Herrera Oria son identificados como el origen de la contaminación por muchos vecinos y comerciantes. “Sales del metro, bajas por la avenida y ya llegas con los pulmones cargados. Se nota en el olor”, asegura Jorge Velázquez, trabajador del centro deportivo municipal La Masó, situado en Herrera Oria.

Desde Ecologistas en Acción aseguran que el tráfico no es la única causa. Las estaciones no detectan en el instante la emisión de dióxido de carbono de los coches, sino que es una vez ha bajado el sol cuando desciende la capa de contaminación. “Si la atmósfera fuera completamente estable la nube estaría donde se ha originado, pero hay corrientes de viento que la desplazan. Ahora estamos en un momento en el que la llevan al Barrio del Pilar”, explica Paco Segura, coordinador de Ecologistas de Acción. “Va a rachas, no conocemos la razón”.