Mas aprovecha la campaña electoral para apuntalar su liderazgo
El presidente presenta a Homs como su mano derecha para lograr la independencia
Democràcia i Llibertat, la marca de Convergència para las elecciones generales, ha diseñado la campaña para ensalzar la figura de Artur Mas en un momento en que su investidura sigue sin estar garantizada. Aunque el candidato al 20-D es Francesc Homs, Mas tiene previsto participar en casi todos los grandes mítines para dar el mensaje de que él es la garantía de que el proceso independentista avance. Homs emplazó a la CUP a “tomar decisiones” y aseguró que, si no, los partidos volverán a “encontrarse con las urnas”.
Mas fue el principal orador en el acto de apertura de campaña y también en el de este viernes celebrado en Reus (Baix Camp). Los carteles y anuncios electorales de Democràcia i Llibertat reparten el protagonismo entre Homs y Mas casi a partes iguales. Y el mensaje de fondo de la campaña es que la independencia es posible, algo de lo que pretenden convencer a sus votantes con el argumento de que la pseudoconsulta soberanista del 9 de noviembre de 2014 fue una realidad por el empeño personal de Mas. El presidente de la Generalitat en funciones se presenta, pues, como garantía de consecución de la independencia.
En los actos electorales Mas presenta a Homs como su “mano derecha” cuya misión en el Congreso será “dialogar” para lograr la independencia. El presidente en funciones de la Generalitat obvia aspectos como la resolución independentista aprobada por el Parlamento catalán y que aboga por no reconocer al Tribunal Constitucional ni acatar las leyes que no provengan de la cámara autónoma. Eso sí, se presenta como la garantía de que la independencia se “hará bien”, es decir, sin traumas que puedan asustar a las clases medias, el granero de votos convergente.
El ensalzamiento de la figura de Mas también se visualizó en el acto de ayer en Reus. El candidato por Tarragona Ferran Bel pidió el voto para defender los resultados del 27 de septiembre, pero también por otra cosa. “Si tenemos que ir a votar es por la persona que ha hecho posible lo que parecía imposible y que ha sido muy maltratado: Artur Mas”.
El presidente catalán centró su discurso en dejar claro que, pase lo que pase con su investidura, el proceso independentista saldrá adelante. Y comparó el momento actual con un bebé. “No sé si saldrá por parto natural, investidura, o por cesárea, que serían las elecciones, pero habrá un gobierno que llevará adelante lo que estamos haciendo”, aseguró.
La sombra de la corrupción y el ‘caso Innova’
Democràcia i Llibertat es la marca que CDC ha adoptado para el 20-D. Uno de los motivos que explican el cambio de nombre es el desgaste por los escándalos de corrupción que han afectado al partido. Y Reus, donde ayer recaló la campaña, es el epicentro de uno de ellos, el caso Innova, que afecta también a otros partidos.
Pese a que CDC ha prometido tolerancia cero con la corrupción en el acto nadie habló del caso Innova, que acumula más de cincuenta imputados, entre ellos la exteniente de alcalde de Reus y hasta hace pocas semanas diputada convergente, Teresa Gomis.
Presión a la CUP
En un último intento de presionar a la CUP para facilitar la investidura, Mas vino a decir que no sería dramático ir a unas nuevas elecciones. “Si hemos esperado tres siglos podemos esperar tres meses más”, dijo en referencia a la independencia.
Ante las críticas por las cesiones que está haciendo Convergència para conseguir el apoyo de la CUP, Mas no dudó en olvidar los recortes sociales que ha impulsado su gobierno y aseguró que el plan de choque social forma parte de la cultura política de su partido. “Es urgente que haya un plan de choque social. Los primeros interesados en el plan somos nosotros, que hemos trabajado en él los últimos años”, dijo.
Mas también realzará este domingo su perfil presidencial participando en la Cumbre del Clima de París, algo que combinará con un homenaje a las víctimas de los atentados del pasado noviembre.
Democràcia i Llibertat ha optado, de momento por cargar solo contra los partidos antiindependentistas, singularmente contra el PP y Ciudadanos, formación a la que se refieren como la “marca blanca” de Mariano Rajoy. Aunque Democràcia i Llibertat rivaliza directamente con ERC, de momento las críticas a este partido son mínimas y veladas. Mas, por ejemplo, pidió ayer el voto por Francesc Homs porque, según él, “tiene experiencia en Madrid”, algo de lo que carece el candidato de ERC, Gabriel Rufián.
Homs, por su parte, se centra en decir que no irá a Madrid a “defender intereses particulares” sino a “la gente de Cataluña”, en un intento claro de dejar atrás la imagen de CiU como defensora de lobbies. Este sábado, precisamente, participará en Madrid en un acto para explicar cómo, según él, quiere conseguir la independencia dialogando con el Estado.
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