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La Generalitat eleva la retribución de cada vehículo que pase por la C-17

La Administración revisa las previsiones de uso de la vía tras asumir la deuda de la concesión

Dani Cordero
Vista aérea de la C-17, gestionada por la concesionaria Cedinsa.
Vista aérea de la C-17, gestionada por la concesionaria Cedinsa.

La Generalitat asumió el pasado abril un crédito de 206,7 millones de euros de la concesionaria Cedinsa, incapaz de renegociar esa deuda con los bancos, tal y como estaba previsto desde 2007. No fue aquella la única concesión que tuvo que hacer el Ejecutivo catalán con la concesionaria de la autovía C-17 (Centelles-Vic-Ripoll). En la renegociación del contrato suscrito en septiembre pasado, para asegurar la viabilidad de la concesión, los departamentos de Territorio y de Economía asumieron pagar más por cada coche que utilizara la vía y, a la vez, rebajar las previsiones de paso, según explicaron fuentes próximas a la compañía.

La C-17 se financia por peaje en la sombra, una fórmula en la que es la Generalitat y no los propios conductores la que asume el coste del paso de cada vehículo. Asumir esas nuevas condiciones de la concesión era más barata que un rescate puro de la concesión, cuyo coste habría superado los 400 millones de euros. Ahora, el coste para la Administración será de 309,6 millones de euros.

Desde que se firmó el acuerdo financiero, la Generalitat se ha convertido en la banca de Cedinsa, que le paga cuotas semestrales a unos bajísimos tipos de interés, actualmente del 1,4% y que irán subiendo paulatinamente hasta el 4,05% al final de plazo, en 2034, según consta en sus cuentas económicas de 2014. Su competidora Abertis paga ahora un tipo interés medio por su deuda en España del 3,7%.

Cedinsa tiene un problema con las previsiones de uso que marcaron el concurso que ganó. Actualmente pasan por la autovía unos 22.000 vehículos diarios, tanto turismos como pesados. El objetivo que consta en el contrato de concesión para su primer ejercicio de explotación (2009) ya superaba esa cifra, al estimar que pasarían 26.574. Para el año pasado preveía que esa cifra alcanzara los 35.829 vehículos (con lo que han pasado un 38% menos de lo estimado) y para el final del contrato, en 2039, se tenían que alcanzar los 58.987 vehículos.

Como esa cifra ha quedado del todo desvirtuada —en parte por la crisis—, la Generalitat y Cedinsa acordaron rebajarla y establecer que la rentabilidad máxima prevista para la compañía se redujera un 5%. Pero esa rebaja solo será real si se produce un crecimiento sustancial del uso de la vía.

El pago por uso de la carretera que ingresa Cedinsa se suma a los 2,064 millones de euros anuales que las arcas públicas desembolsan como subvención a la concesión por la disponibilidad de la carretera. El resto, eran recursos asumidos en función del uso y que este año tendrían que haber sido de 21,6 millones si se hubieran cumplido las expectativas.

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En cambio, para evitar el rescate, la Generalitat sí ha asumido que pagará más por cada vehículo que utilice la vía, que originalmente tenía que ser de 1,652 euros por cada coche que cruzara la carretera desde Centelles y Ripoll (menos de 14.000 el pasado año). El plan de viabilidad de Cedinsa le ha costado el puesto al director general de la compañía, Joan Manuel Manrique, tal y como avanzó el diario Ara.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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