Un hombre niega haber ordenado la muerte de su examante
Piden 52 años de prisión para el inductor y el mediador del crimen
“¿Ha ordenado usted matar a Yalennys? No. ¿Ha pagado para que la maten? No”. Así de rotundo ha contestado Isauro López, el empresario gallego de 67 años juzgado por encargar a un sicario el asesinato de su examante. En la primera sesión del juicio, celebrado este viernes en la sección Primera de la Audiencia de Castellón, el acusado ha negado que ordenara la ejecución de su expareja, una joven cubana 30 años más joven que él, después de que ella decidiera romper la relación.
El asesinato se produjo en junio de 2005, cuando un sicario ejecutó de dos tiros en la cabeza a Yalennys Valero y a Juan Manuel Mata, amigo de ésta, en la casa de la joven en Càlig. En 2008 se condenó a 44 años de prisión a Emilio P. como autor material de los hechos. Pero en ese proceso quedó claro que el asesino actuó por encargo.
Ahora, un jurado popular decidirá si fue el empresario quien planificó y pagó por la ejecución, y si Manuel Antonio M., también acusado en este proceso, actuó como mediador entre el sicario y el empresario. Fiscalía y acusación piden 52 años de prisión para los dos acusados, por dos delitos de asesinato y allanamiento de morada.
El empresario se ha empeñado en restar importancia a la relación que mantenía con Yalennys. De hecho, no ha querido calificarla como su amante y la ha definido como "una amiga con derecho a roce, con la que mantenía relaciones sexuales" cuando viajaba de Santiago de Compostela a Benicarló por trabajo.
"No la puedo considerar mi amante ya que no era la única", ha puntualizado el acusado, para añadir que, además de Yalennys, tenía otra relación extramatrimonial con otra mujer, a la que sí consideraba amante y pareja sentimental y con la que llegó a tener un hijo. "No era mi querida, yo no estaba enamorado. Venía una vez al mes, pasaba unos días con ella y teníamos relaciones. Soy un golfo, señoría, ¿qué quiere que le diga?", ha finalizado el empresario.
El acusado ha intentado rebatir las tesis que lo consideran un hombre celoso, que quería mantener permanentemente el control sobre la vida de la víctima, y que encargó su muerte por despecho y celos. El empresario ha negado que controlara la agenda, el teléfono o las cuentas bancarias de la joven, ni que amenazara a sus amistades. Isauro también ha negado cualquier relación con Manuel Antonio M., también acusado en este proceso por poner en contacto, presuntamente, al empresario y al sicario.
Isauro ha explicado durante la vista que conoció a la víctima en una sala de fiestas de La Habana, donde ella ejercía la prostitución. Según el acusado, ella le pidió ayuda para venir a España y él se prestó a ayudarla con los trámites, para ella y para su marido que era su proxeneta.
"Me parecían buenas personas y les ayudé por humanidad, pero a su marido lo detuvieron antes de salir de Cuba y no pudo venir", ha declarado. Ya en España, según ha relatado, asumió la hipoteca de un piso para Yalennys, le facilitó un coche, un Audi A2, y le buscó trabajo en una empresa de su socio. El acusado ha añadido que fue él quien decidió romper cuando la relación se deterioró y cuando vio que la hermana de Yalennys, que vivía en la misma casa, practicaba la santería "con pollos y botellas de tequila", por lo que decidió echarlas de casa.
El doble crimen de Càlig conmocionó en 2005 a este pueblo de cerca de 2.000 habitantes situado al norte de la provincia de Castellón, cuando se descubrieron los cadáveres ejecutados a tiros de Yalennys y de Juan Manuel Mata.
Según el relato de los hechos, Yalennys y su hermana volvían a casa después de una noche de fiesta, cuando sufrieron un accidente de tráfico. Llamaron entonces a dos amigos para que las socorrieran. Uno de ellos, Juan Manuel Mata, acompañó a Yalennys hasta su casa para buscar los papeles del seguro del coche. En el interior de la vivienda les estaba esperando Emilio P., quien los asesinó por encargo. Diez años después se sientan en el banquillo los acusados de planificar y mediar en el asesinato.
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