Colau gastará en políticas sociales 96 millones del superávit previsto
CiU alerta de que el plan puede afectar la liquidez del ayuntamiento
El Ayuntamiento de Barcelona no esperará al próximo presupuesto para visualizar su giro social y antes de diciembre invertirá 96 millones de euros del superávit previsto en políticas sociales. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha explicado este miércoles que este gasto adicional será posible porque las previsiones del superávit de 2015 se han disparado de los 16 millones estimados a 120. La modificación del presupuesto necesitará el apoyo de la minoría simple del pleno.
Los 96 millones se repartirán entre mejoras urbanísticas y del espacio público (41 millones), medidas sociales y de atención a la infancia (29), mejora al acceso a la vivienda (12), mejora y renovación de equipamientos, servicios generales y planes de empleo. Todas estas inversiones deben ser ejecutables antes de que acabe el año.
El superávit previsto por anterior ejecutivo en los presupuestos de este ejercicio se ha multiplicado por siete: ha pasado de 16 a 120 millones, porque algunas partidas de ingresos han resultado superiores a lo previsto, ha explicado el gerente de Economía, Jordi Ayala. Ingresos como el IBI (27 millones más), plusvalías, liquidación negativa de las transferencias del Estado o el reconocimiento de la Generalitat de deudas históricas, como 20 millones de la Ley de Barrios, un compromiso del presidente Artur Mas en julio pasado.
Pisarello ha explicado que este aumento de las inversiones se ejecutará si aumentar el déficit, pero que técnicamente requerirá de la elaboración de un Plan Económico Financiero (PEF). Este plan supone, por un lado, que deberá aprobarlo una mayoría simple del plenario; y por otro, que debe autorizarlo y supervisarlo la Generalitat. Sobre la aprobación en el plenario, Pisarello ha asegurado que han presentado el plan a PSC y ERC, los dos grupos que votaron la investidura de la alcaldesa Ada Colau, y que "en principio, la filosofía de gastar el superávit, la ven bien".
El titular de Economía ha defendido la inversión de 96 millones "que en lugar de quedarse en la caja se destinarán a satisfacer necesidades básicas de la ciudadanía" y que no impactarán en el cierre de las cuentas. "Las finanzas seguirán equilibradas, pagaremos a 30 días y mantendremos el nivel bajo de deuda", ha subrayado.
Desde el grupo municipal de CiU, sus integrantes han lamentado el "menosprecio" que entienden que el ejecutivo tiene "hacia el principal grupo de la oposición", al tiempo que han echado de menos referencias a su autoría del presupuesto. Además han alertado de que el aumento del gasto "no va a cuenta del superávit --que técnicamente no existe hasta que se cierran las cuentas el próximo marzo-- sino del remanente de tesorería, lo que podría afectar la liquidez" de las arcas municipales. Por último, fuentes del grupo de CiU han alertado de que por el hecho de hacer un PEF, "dejas de ser un ayuntamiento en situación de estabilidad presupuestaria y que perderla impide cuestiones como, en el mandato pasado, aumentar la plantilla de la guardia urbana"
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