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El edificio caído en Tetuán también había pasado la inspección técnica

El Ayuntamiento anunció ayer que emprenderá un plan de revisión de edificios antiguos

F. Javier Barroso
Trabajos de desmontaje del edificio derrumbado en Tetuán.
Trabajos de desmontaje del edificio derrumbado en Tetuán.luis sevillano

El edificio que se derrumbó la tarde del martes en el distrito de Tetuán había pasado de forma favorable la inspección técnica (ITE) en diciembre de 2013. Este hecho, unido a que el inmueble que se cayó en Carabanchel el pasado 3 agosto también había pasado la ITE (en 2012) ha puesto en entredicho el valor de las inspecciones, que son realizadas por empresas privadas. El Ayuntamiento anunció ayer que emprenderá un plan de revisión de edificios antiguos de la ciudad y que corregirá el procedimiento de la inspección técnica.

La eliminación de un pilar que sostenía la fachada del número 336 de la calle de Bravo Murillo pudo ser la causa del desplome parcial del inmueble. Así lo cree el jefe del equipo de bomberos, Roberto Moreira, que estaba de guardia la tarde del martes cuando colapsó parte del inmueble. No obstante, una investigación determinará si esa fue la causa real de la caída. El edificio presentaba en la tarde del martes varias grietas y un abombamiento visible de la fachada que da a la calle de Bravo Murillo.

Los primeros en llegar al lugar la noche del martes fueron dos policías municipales que, al ver el estado del inmueble, solicitaron la presencia de los bomberos. Estos inspeccionaron el edificio y ordenaron su desalojo. En total, 43 personas. Cuando intentaban apuntalarlo, parte de la fachada se derrumbó.

Desde el primer momento, el responsable de guardia de bomberos apuntó a que había daños en la estructura y que faltaba el pilar que sujetaba parte del frontal exterior. El edificio se construyó a finales de la década de los años cuarenta del siglo pasado. Originariamente, constaba de un bajo y dos plantas, pero en 1958 se levantaron otras dos alturas.

Los concejales de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, y de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, Marta Higueras, visitaron ayer por la mañana el lugar. Ambos criticaron que hubiera pasado la inspección técnica de edificios (ITE) en diciembre de 2013 cuando, según ellos, ya existían “deficiencias visiblemente apreciables”. “Hay gente que dice que son de bastante tiempo”, mantuvo Sánchez Mato. El concejal adelantó que el Ayuntamiento pedirá responsabilidades cuando termine la investigación sobre el colapso del inmueble.

Los trabajos de desmontaje del edificio continuaron durante todo el día de ayer. Los operarios reanudaron la demolición a las nueve de la mañana. Para ello utilizaron grandes grúas. Intentan salvar la parte del edificio que da a la calle de Amalia, y que en principio no sufre daños estructurales. Moreira apuntó que es probable que los vecinos de la letra C del edificio puedan regresar a sus domicilios “en breve”. Los trabajos obligaron a cortar la circulación parcialmente en la calle de Bravo Murillo y a desviar varias líneas de la Empresa Municipal de Transportes (EMT).

Los dos concejales anunciaron que el Ayuntamiento va a iniciar a corto plazo un plan de revisión de los edificios más antiguos de la capital, en concreto de los pertenecientes a las décadas de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, para evitar que se produzcan colapsos como el ocurrido el martes en Tetuán o el registrado el 3 de agosto en la calle de Duquesa de Tamames, en Carabanchel. Ambos edificios pasaron la ITE de manera favorable en 2013 y 2012, respectivamente.

“La Administración local no puede permanecer al margen de esta realidad y pondremos en marcha, y lo haremos en breve, un plan de revisión sobre edificios que puedan tener deficiencias no detectadas por las inspecciones”, señaló Sánchez Mato.

Los ediles también anunciaron que se pretende revisar los procedimientos de las inspecciones técnicas. “Algo no está funcionando de manera adecuada en los procesos que se están aplicando ahora”, señaló el concejal de Economía y Hacienda. “Este equipo de gobierno se compromete a realizar las actuaciones necesarias para que desde el sector público municipal se inicien investigaciones de los procedimientos y luego acciones correctoras para poder realizar investigaciones en edificios de los años cuarenta y cincuenta que pueden tener defectos estructurales que las revisiones no han detectado”, añadió.

Por su parte, el secretario general del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento, Ramón Silva, criticó la privatización de las ITE —siempre han sido privadas— y de las licencias de obras. Instó a que se replantease este sistema tras los dos derrumbes de edificios. “Nos preocuparía que esto pueda ser consecuencia de una política de privatización por el Ayuntamiento de las inspecciones técnicas y de las licencias de obras, que no analizan, estudian ni informan sobre los elementos estructurales de los edificios”, sentenció Silva.

Entre los 43 desalojados de la calle Amalia hay tres bebés

Beatriz Guillén / EFE

Francisco Medina llegó ayer a su casa tras haber trabajado la noche anterior y encontró derrumbado el domicilio al que se mudó hacía cuatro meses. “No puede ser”, comentó acerca de que hubieran demolido su vivienda sin que nadie les hubiese “informado” previamente. En el interior de su piso, en el número 1 de la calle de Amalia, estaban su mujer, su hermana y su hijo, los tres desalojados el martes.

Los 43 afectados por este derrumbe son inquilinos y en su mayoría, inmigrantes. El martes por la noche, 37 de los vecinos se trasladaron a un hotel donde previsiblemente pasarán una semana hasta que el Ayuntamiento encuentre una solución para ellos. Una de las mayores preocupaciones de estos vecinos es recuperar las pertenencias que dejaron dentro de las viviendas.

Fernanda no pierde la esperanza de que al menos se salve la parte interior de su piso y pueda recoger algunos de sus enseres. Su casa se ha quedado sin cocina y ella, sin mascotas. “Tenía un conejito, dos tortugas y un perico. Estarán ahí abajo, pobrecitos”, se lamentaba mientras señalaba el montón de escombros al que han quedado reducidas parte de las viviendas de este edificio.

Dentro de las familias desalojadas se encuentran tres bebés por los que el Ayuntamiento muestra una especial preocupación. “Hemos repartido pañales, también insulina y otra medicación para la epilepsia”, dijo ayer la concejal de Servicios Sociales, Marta Higueras, que explicó que están tratando de cubrir “todas las necesidades”.

La Junta de Distrito de Tetuán pretende instalar un punto de recogida en un centro social del barrio para que los vecinos puedan llevar allí sus donaciones para estas familias.

La concejal de distrito, Montserrat Galcerán, agradeció la solidaridad de los vecinos que se acercaron ayer a las instituciones para ceder cunas para los niños, ropa y otros enseres. Una ayuda “muy importante porque los afectados tuvieron que salir con lo puesto”, indicó.

Sara Rodríguez llevaba tres años en el edificio. Tras ver a la policía en su calle, esta ecuatoriana abandonó tan rápido el piso que “casi” sale “en pijama” y “ni siquiera” pudo coger el abono transporte.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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