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Fin de misión para Muñoz Grandes

El Ejército cede la gestión de la histórica residencia universitaria a una empresa

Cristian Segura
Puerta principal de la residencia. Arriba, en una imagen de archivo y abajo, actualmente.
Puerta principal de la residencia. Arriba, en una imagen de archivo y abajo, actualmente.N. P /J. S.

El capitán general Agustín Muñoz Grandes fue uno de los fascistas españoles más destacados. Comandante de la División Azul, condecorado por el Tercer Reich, ministro de Defensa, jefe del Estado Mayor y vicepresidente con Franco, Muñoz Grandes también creó la red residencias para estudiantes de familias del Ejército. En 1957 fue fundada la Residencia Muñoz Grandes en Barcelona; la Residencia Generalísmo Franco se inauguró en Madrid en 1960. El Ministerio de Defensa cambió el nombre de la primera en 2010; la de Franco, en 2011. Los antiguos alumnos del colegio mayor de la calle Capitán Arenas todavía se llaman entre ellos “muñoneros” pese a que hace ya cinco años que el recinto se rebautizó como Mateo Calabro. A partir del 1 de septiembre no quedará nada de su oscuro pasado.

Defensa cedió en 2013 al grupo Resa la gestión de estas dos creaciones de Muñoz Grandes

El Ministerio de Defensa cedió en 2013 al grupo Resa, por cincuenta años, la gestión de estas dos creaciones de Muñoz Grandes. Con sede en Barcelona, Resa ha realizado en los últimos meses profundas reformas en sus instalaciones. La nueva residencia se promociona con estos mensajes: “Estrenamos residencia universitaria en Barcelona. TODO ES NUEVO, ¡incluso el nombre! Ahora la antigua Residencia Mateo Calabro se llama Barcelona Diagonal”. Mateo Calabro fue un italiano que fundó en 1716 la primera academia militar de Barcelona. Pese aquel cambio de nombre, el interior del edificio, su decoración y recuerdos se mantenían como una reliquia del pasado. Desde la calle, cuando hacía calor y se abrían las ventanas, se podía echar un vistazo al interior con cuadros antiguos, trofeos de competiciones y algún uniforme.

Fernanda Folloner, directora de la residencia, asegura que Defensa se ha llevado todos los objetos y mobiliario que había: “Se ha mantenido la fachada, los suelos de mármol y la escalera; el resto, todo es nuevo”. Incluso han retirado la placa que en la entrada anunciaba el acceso a una residencia militar, o los emblemas de “La Muñoz” —como le llamaban los pensionistas— que se conservaban en el interior. La residencia tiene 218 plazas, 23 de las cuales están reservadas para familiares de militares. Los precios oscilan entre los 1.100 y los 1.200 euros mensuales. Para los familiares del Ejército, la cuota mensual es de 485 euros. El acuerdo de Defensa con Resa también incluye las residencias de Madrid (Residencia Vallhermoso), Valencia (Damià Bonet), Salamanca (Hernán Cortés) y Granada (Carlos V).

La inauguración de la residencia acaparó la portada de La Vanguardia

Coincidiendo con una de las estancias más largas que dedicó a Barcelona, Franco inauguró la residencia el 19 de octubre de 1957, el mismo día que presidió un consejo de ministros en el Palacio de Pedralbes. La inauguración de la residencia, que todavía no se llamaba Muñoz Grandes, acaparó la portada de La Vanguardia y una amplia selección de imágenes del acto. El dictador también inauguró en 1960 la residencia de Madrid que llevaba su nombre. El ministro de Defensa, el teniente general Antonio Barroso, dijo en el discurso: “Soy un continuador de la idea feliz del capitán general Muñoz Grandes. Surgió en el 55 y existen tres residencias finalizadas”. En Google Maps todavía aparece Muñoz Grandes como el nombre del colegio mayor de Barcelona.

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Calles y plazas

En la Comunidad de Madrid existen hasta cuatro calles y plazas con el nombre del militar franquista; en Zaragoza también hay una plaza dedicada a él. Su tumba, en el cementerio de Carabanchel, fue destrozada en febrero durante una manifestación de la izquierda radical. El cementerio es un habitual punto de encuentro de colectivos fascistas.

Capitán Arenas fue un militar caído en combate en 1921 en Marruecos, durante la guerra del Rif. Cerca de la Residencia Barcelona Diagonal, en la avenida de Pedralbes esquina paseo Manuel Girona, la comunidad de vecinos del número 22 todavía conserva un rótulo de hierro que anuncia el antiguo nomenclátor, Avenida de la Victoria, dedicado a la victoria franquista de 1939. El ayuntamiento de Barcelona aseguró en abril a EL PAÍS que solicitaría la retirada del rótulo.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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