Munté licita el proyecto del despliegue de la historia social compartida
Un programa informático unificará los datos de los receptores de ayudas sociales
Cada catalán que reciba ayudas sociales tendrá, a partir de 2017, una historia social, un documento homólogo al historial clínico que vertebra el sistema público sanitario y que espera hacer lo mismo con los Servicios Sociales. El departamento de Bienestar Social, que preside Neus Munté, ha sacado la licitación el proyecto del despliegue informático de esta herramienta, por 300.000 euros. Se trata de una iniciativa que se arrastra desde tiempos del tripartito. “Esperamos que este sistema no tenga una mirada de control sino de atención integral”, pide Núria Carreras, decana del Colegio de Trabajo Social de Cataluña.
Las cartera de prestaciones de los servicios sociales (de 155 tipos diferentes en toda Cataluña) se la reparten los diferentes niveles de Administración y entidades del tercer sector, que hasta ahora no podían compartir información. Un trabajador social de un Ayuntamiento, por ejemplo, no sabía de manera automática si un ciudadano era beneficiario de una beca comedor o si tenía un grado de dependencia reconocido. Es decir, los expedientes de cada beneficiario se encontraban en la oficina a la que acudían y en caso de un cambio de domicilio, por ejemplo, se tenía que comenzar desde cero el seguimiento a la familia.
Este sistema de información social, cuyo nombre provisional es Hércules, agrupará digitalmente el conjunto de documentos e información relevante sobre la situación y evolución de un receptor de ayudas. La idea de Bienestar es que se use el mismo código de identificación personal (CIP) de la tarjeta sanitaria catalana, de cara a una futura integración de ambos ficheros. Las entidades recuerdan que si bien la complejidad para montar el sistema es considerable, la ley catalana de Servicios Sociales de 2007 ya preveía la creación de la historia social compartida.
Entre los datos que incluirá la historia social figuran, además de la información básica personal, documentos referente a las valoraciones sobre discapacidad y dependencia, las prestaciones y los servicios recibidos y el estado de las solicitudes hechas a los Servicios Sociales, lo que en teoría debe terminar con algunos procesos farragosos por los que tienen que pasar los usuarios.
Lograr esta “ventana única” era reivindicación histórica de las entidades del tercer sector. “Se trata de una iniciativa que va en la línea de la simplificación administrativa, evita duplicidades y, sobre todo, que ayuda a mejorar la dignidad de las personas que no tiene que ir de oficina en oficina”, explica Teresa Crespo, presidenta de Entidades Catalanas de Acción Social, ECAS.
Hércules también incluirá, una vez se consolide, alertas sobre información sensible y de carácter puntual, como denuncias por maltratos o riesgo de exclusión o incluso delincuencia. También contendrá datos no propiamente de los servicios sociales pero trascendente para el seguimiento de los derechos y prestaciones, por ejemplo, certificados laborales, declaraciones de renta, consulta del padrón o títulos de familia numerosa. De ahí que tanto las entidades como los sindicatos pidan mucho cuidado con la privacidad. “Se trata de un instrumento clave, que como todos no es neutro, pero que si se utiliza de manera correcta implica un gran paso adelante”, aseguró Carreras, que puso a disposición el Colegio de Trabajo Social para colaborar en los trabajos de implantación.
Estos datos también permitirán a las diferentes Administraciones hacer una planeación y seguimiento más acotado de los servicios sociales. Se podrá controlar en tiempo real el número de usuarios, la oferta de centros y plazas, entre otros. Crespo recuerda que hace pocos meses Bienestar también presentó un mapa de prestaciones sociales, que reúne todas las ayudas y servicios que se pueden recibir en Cataluña. Según Bienestar, en Cataluña hay 65 tipos de prestaciones de carácter económico y 90 de servicios.
“Este mapa puso en evidencia que hay criterios y condiciones diferentes según la ayuda que se da y la Administración que la otorga”, explica la presidenta de ECAS, que espera que Hércules permita “la simplificación de los procesos y armonización de las condiciones”.
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