Colau revoca la subida del 10% del IBI que propuso Trias
El Ayuntamiento revisará el catastro para distribuir el impuesto "de forma más justa"
El Ayuntamiento de Barcelona, que encabeza la alcaldesa Ada Colau, quiere congelar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en 2016, una medida que no depende exclusivamente del equipo de Gobierno sino que precisa la mayoría del pleno. Lo que sí hará es no aplicar el año que viene la subida del 10% que tenía prevista el anterior alcalde, Xavier Trias (CiU). Las dos medidas se enmarcan en la revisión del catastro que emprenderá el Ayuntamiento el año que viene y que el Consistorio prevé que favorezca a los barrios de menor renta.
El último catastro de Barcelona se hizo en 2001 y el objetivo final de la revisión que ahora emprende el Ayuntamiento “no es incrementar la recaudación sino conseguir una distribución del impuesto más justa”, explicó ayer el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. “Previsiblemente tendrá un impacto más favorable en los barrios más castigados por la crisis”, avanzó. En 2014 el Ayuntamiento recaudó 612 millones de euros con el IBI y este año estima que alcanzará los 633.
La revisión catastral parte de la tesis de que desde 2001 el mercado inmobiliario en Barcelona no se ha comportado de forma igual en toda la ciudad, mientras que las subidas de las tasas sí son homogéneas: las mismas para todo el mundo. En esta línea, una de las cuestiones que persigue la actualización del catastro es equilibrar “usos sobrevalorados y penalizados fiscalmente, como es el caso del pequeño comercio o las plazas de aparcamiento de particulares”, explico Pisarello. También se eximirá de pagar el impuesto a los centros sanitarios.
De forma inmediata, además de intentar congelar el impuesto, el Consistorio también aumentará las bonificaciones para colectivos “de mayor vulnerabilidad, como las familias numerosas o con hijos con discapacidad”. Madrid revisó su catastro en 2011 y otras ciudades como Zaragoza lo hicieron en 2012.
Por otra parte, el Ayuntamiento de Barcelona publicó finalmente ayer la relación de salarios y currículos de su estructura política y gerencial. Los datos arrojan una bajada sustancial de los sueldos. La mayor es la del gerente municipal, Jordi Martí, cuyo sueldo cae un 34%: de 147.767 euros anuales que cobraba en el anterior mandato, a 97.000.
Gerentes y altos cargos
Los gerentes de los ocho sectores ven como su sueldo cae un 23%: de una horquilla de 100.000 a 135.000 euros, pasan a otra que va de 85.000 a 95.000 euros. En cambio, se mantiene lo que cobran los gerentes de distrito: entre 75.000 y 85.000 euros anuales. El sueldo de los gerentes que ha fichado Ada Colau tiene interés porque el mes pasado resultó polémico. El código ético de Barcelona en Comú fijaba un tope máximo salarial de 2.200 euros al mes para todos los cargos electos y altos cargos. Pero ante la imposibilidad de fichar profesionales por este importe, el Ejecutivo decidió eximir del código ético a su cúpula técnica. De las cifras publicadas en la web Govern Obert se desprende que el 66% de los gerentes formaban parte de antiguos equipos de la cúpula municipal, aunque algunos cambian de área. El Ayuntamiento subraya que la nueva estructura “garantiza una organización municipal ágil y operativa para responder adecuadamente a las necesidades de la ciudad y al cambio de gobierno que se ha producido”.
Respecto a las gerencias de las empresas municipales, el Ayuntamiento de Barcelona ha explicado que a todos ellos se les aplicará la misma rebaja. No obstante, está pendiente de la constitución de los consejos de administración.
Barcelona autoriza el hotel en la torre Agbar, que seguirá iluminada
El Ayuntamiento de Barcelona ha autorizado a los propietarios de la torre Agbar para que sigan adelante con el proyecto de convertir el emblemático inmueble barcelonés en un hotel de lujo gestionado por Grand Hyatt a pesar de la moratoria de licencias aprobada en julio. Así lo comunicó el Consistorio al fondo de inversión Emin Capital, propietario del edificio diseñado por Jean Nouvel, en una reunión que mantuvieron el pasado jueves. La decisión del Ayuntamiento ha revocado el amago de los dueños de apagar las luces de la torre, que se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de la capital catalana.Ahora dicen que las mantendrán encendidas. La concejal de Urbanismo, Janet Sanz, negó cualquier “trato de favor” ni “excepción” y alegó que el Ayuntamiento debe darle “por imperativo legal” la licencia al tener un certificado de régimen urbanístico que solicitó el pasado 11 de junio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.