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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Tocaba Grecia

En la sesión de control ha tocado tema identitario. En la última prevaleció lo social. Cuando se habla de una cosa no se trata la otra

Ha tocado tema identitario. En la última sesión prevaleció lo social. Cuando se habla de una cosa no se trata la otra, y así parece que uno y otro tema (que en griego significa poner) sean incompatibles. Una sesión de control es como ir al barbero (el que corta barbas, no el que vende barbos), pues se charla mayormente del partido del domingo. Tocaba esta vez Grecia, con la imagen de las urnas recorriendo el hemiciclo (palabra compuesta por dos voces griegas). Su referéndum como metáfora (más griego) de las consultas que no se pueden hacer, esto es lo que ha dejado traslucir en su intervención el eco- (prefijo griego) socialista Joan Herrera. El diputado socialindependentista Quim Arrufat, queriendo llevar la teoría a la praxis (otras dos palabras griegas), le ha pedido al President su opinión sobre el resultado del referéndum, pero Artur Mas ha respondido que de eso ya habló el día anterior y de paso le ha echado la culpa de los recortes al expresidente socialdemócrata Gerhard Schröder por ser quien empezó a practicarlos en Alemania. El pluriciudadano Albert Rivera ha tratado de conseller a Mas (aparentemente ha sido un lapsus) cuando le ha planteado la posibilidad de que se produzca un corralito en Cataluña en caso de declararse la independencia, cosa que el President ha negado rotundamente. A la diestra de Rivera se sienta su diputada Inés Arrimadas, que pregunta las mismas cosas y de la misma manera que su jefe, pero sin vocalizar.

Lo que no tiene arreglo es el grupo popular. De largo, su bancada es la que más palmas da, más carcajadas emite y más expresiones campechanas vocea (hoy ha triunfado: “¡anda ya!”). Practica (verbo griego) un humor como de Antonio Garisa, que oscila entre lo correoso y el correaje. Esta vez, Alicia Sánchez-Camacho se ha presentado ante el personal como “el verdadero partido de la oposición” y ha vuelto a insistir en lo de romper España (nombre propio que no viene, tal como se creía, del fenicio i-spanim, sino del inglés spam; al respecto, consúltense los Monty Python).

Tras la coronilla federalista de Miquel Iceta, la coleta de Núria Parlón (alcaldesa de Santa Coloma y lectora de Owen Jones). Así se ve el grupo socialista desde la tribuna de prensa. Iceta ha preguntado corto y político (política es otra palabra griega): “A 81 días del 27-S, ¿piensa presentarse a la reelección?”, Artur Mas le ha dicho que a eso no le va a responder, y a continuación ha llegado el turno de la republicana Marta Rovira, que hablando de “pobreza energética” (otra voz griega) y “emergencia habitacional” (esto ya es más que griego) se ha esforzado en mostrar las inquietudes sociales de su partido. Los de ERC cuando se ponen reivindicativos recuerdan el whisky Dyc, no su sabor de acueducto segoviano, sino su eslogan: “el whisky hecho aquí por los de allí”.

Ha cerrado el ciclo (puro griego) el diputado convergente Jordi Turull, que tiene ese aire retro de agente de J. Edgar Hoover. Turull ha arremetido contra el Estado español, al que calificó de “adversidad que nos podríamos ahorrar”. Si Iceta se interesaba por la materia de Estado, Turull lo ha hecho por los estados de la materia, que, como todo el mundo sabe, son cuatro: el estado sólido, el estado líquido, el estado gaseoso y el estado español, que es una monarquía (otra palabra griega).

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