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Sant Pau investigará el impacto socioeconómico del cáncer de mama

Cada uno de los países que participa en el estudio monitorizará a un millar de pacientes

Jessica Mouzo
La oncóloga Teresa Ramón y Cajal, ayer en el recinto modernista.
La oncóloga Teresa Ramón y Cajal, ayer en el recinto modernista.CONSUELO BAUTISTA

“El cáncer de mama afecta a la esencia de la sociedad. Lo sufren mujeres jóvenes [entre 35 y 60 años], activas laboral y socialmente, que están en edad reproductiva y son el eje de la familia, y esto creemos que tiene un impacto socioeconómico muy alto”, explica el doctor Jaume Masià, director del servicio de Cirugía Plástica del hospital de Sant Pau. Bajo esta premisa, el centro barcelonés liderará una investigación sobre el coste socioeconómico de este tumor, el más frecuente entre las mujeres. El estudio tendrá un presupuesto de 400.000 euros en España y también se hará simultáneamente en Reino Unido, Finlandia y Francia.

El Sant Pau celebró ayer unas jornadas sobre la enfermedad para recaudar fondos para financiar la investigación. “El impacto socioeconómico es alto y hay que intentar minimizarlo. A las pacientes se les desmorona su entorno emocional: como mujer, con la pareja, la seguridad que tiene en su vida sexual, incluso la capacidad de relación”, explica Masiá.

Cada uno de los países que participa en el estudio monitorizará a un millar de pacientes para evidenciar una realidad que, según Masiá, ya observan los médicos en el día a día: “Estas pacientes sufren ansiedad, depresión y pérdida de autoestima. Y esto afecta también en la educación de sus hijos y al rendimiento escolar. El cáncer tiene efectos sobre la generación actual y la siguiente”, asegura. Un estudio de la Universidad de Michigan (EEUU), apostilla el médico, concluye que el 40% de las pacientes tratadas pierde su puesto laboral.

Cáncer de mama, el más usual en mujeres

Prevalencia.Una de cada ocho mujeres lo desarrollará a lo largo de su vida.

Supervivencia. A los cinco años, el 85% de las pacientes están curadas.

Frecuencia. Se diagnostican 26.000 casos nuevos al año en España, 3.900 en Cataluña.

Factores de riesgo. La edad (más incidencia entre los 50 y los 65 años), factores hormonales (la primera regla a edad temprana o la menopausia tardía), y hábitos de vida poco saludables (obesidad o consumo de alcohol), entre otros.

Predisposición genética. El 8% de los tumores son hereditarios. Las mujeres con antecedentes familiares directos poseen un riesgo aumentado de padecer la enfermedad.

Mastectomía. La amputación parcial o total del pecho es uno de los tratamientos (junto a la quimioterapia, radioterapia y hormonoterapia, entre otros) para combatir el cáncer de mama. En un 40% de los casos, en la misma intervención se realiza una reconstrucción mamaria inmediata.

Supervivencia del 85%

“La trascendencia de este cáncer está en que afecta en unas edades donde las mujeres tienen un papel especialmente importante a nivel familiar y social”, insiste la doctora Teresa Ramón y Cajal, oncóloga del Sant Pau y experta en cáncer hereditario. El tumor de mama es el más prevalente en mujeres (afecta a una de cada ocho) y, pese a ser la primera causa de muerte por cáncer, también tiene uno de los mejores pronósticos: la supervivencia a los cinco años es del 85%. “Hay muchísimas posibilidades de tratamiento y se ha avanzado mucho. El futuro pinta bien”, asegura la doctora, bisnieta del Nobel de Medicina, tras intervenir en un ponencia de las jornadas.

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En medio del recinto modernista del Sant Pau, entre coloquios sobre el tratamiento de la enfermedad y exposiciones que dibujan la realidad de la dolencia, Teresa se arranca con un discurso de esperanza: “Es uno de los tumores donde hay más investigación realizada. Hay muchísimas posibilidades de tratamiento y se ha avanzado mucho en la detección, de ahí que tengamos las expectativas de curación tan altas”. En España se diagnostican anualmente 26.000 casos nuevos, 3.900 en Cataluña.

Además de la edad (hay más prevalencia entre los 50 y los 65 años), los factores hormonales (como la menopausia tardía), y los hábitos de vida poco saludables (obesidad o alcohol), como condicionantes de riesgo, también está la predisposición genética (un 8% de los casos). “Cuando tenemos una mujer sana y creemos que puede tener predisposición hereditaria, se deriva a un consejo genético y se decide si hacerle un estudio de los genes. Si el resultado confirma esta predisposición, hay dos opciones: hacer un seguimiento de control cada seis meses, o bien optar por cirugía preventiva”, explica. En el caso de una mujer que ha pasado un cáncer y tiene predisposición, la doctora asegura que “hay un impacto sobre su superviviencia de actuar preventivamente sobre la otra mama pero teniendo en cuenta el pronóstico del primer tumor”.

Una mastectomia profiláctica es lo se que hizo la actriz Angelina Jolie, que tenía esa predisposición genética a padecer el cáncer. Los médicos sostienen que el testimonio de la actriz ayudó a “desmitificar y desestigmatizar” esta cirugía. El especialista plástico asegura, además, que en el 40% de las mastectomías ya se hace una reconstrucción mamaria inmediata, por lo que el impacto físico y psicológico es mucho menor.

Pese a los buenos datos de supervivencia, los expertos recuerdan que la posibilidad de volver a desarrollar el tumor está ahí. “Nosotros hablamos de posibilidad de curación porque nos da mucho respeto la palabra curación”, puntualiza Teresa. “Hay dos picos de posible recaída: una precoz antes de los tres años, que ya esperas en los tumores más agresivos; y la tardía, que se puede dar en todos los tumores pero son más frecuentes en aquellos que no tienen tanta agresividad”, añade.

Con todo, las expectativas son más que halagüeñas. “En los últimos 10 años se han abierto muchas puertas de investigación. Lo que queda es trasladar los hallazgos a la práctica clínica”, apunta la oncóloga. El estudio de Sant Pau irá un paso más allá en la investigación post-cáncer. “Valoraremos el impacto socioeconómico a medio y largo plazo porque la secuela de la enfermedad va más allá: podemos tener una mujer libre de la enfermedad, pero que no está reinsertada en la sociedad. Y esto significa que no está sana del todo”, concluye Masià.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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