El mitin ya no es lo que era
Los actos reducidos en campaña sustituyen a las escenificaciones de masas de hace años
"¡Qué lejos quedan esos palaus!", se lamentaba este martes en Barcelona un dirigente socialista al acabar el mitin central del alcaldable Jaume Collboni. Apenas dos mil personas acudieron al Centro de Convenciones del Fórum en la que fue única visita del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en campaña Nada que ver con aquellas 10.000 y hasta 12.000 personas que abarrotaban el Palau Sant Jordi, en los años de rosas para el socialismo español, cuando gobernaban todas las instituciones y José Luis Rodríguez Zapatero prometía que apoyaría el Estatut que surgiera del Parlament.
Aquellos llenos hasta la bandera en el Palau, de los que también hizo gala CiU, acabaron menguando después y unas lonas sustituyeron la falta de personal, hasta que los partidos desistieron de esa idea. El desencanto de la política, la pérdida consiguiente de militantes y simpatizantes y la irrupciós de nuevas fuerzas, han dado un nuevo aire a las campañas electorales. Los actos son ahora más reducidos, con apenas unos centenares de personas y en Barcelona ya no se llenan palacios de deportes ni plazas de toros, como hacía el PSUC al inicio de la democracia.
Ahora la campaña se centra más en asegurar el corte de voz para las radios o las televisiones en el informativo del mediodía, al paraguas del corsé de los bloques electorales. Son ruedas de prensa diarias en las que el candidato intenta colar su mensaje para esa jornada pero que en ocasiones derivan en réplicas y contrarréplicas a acusaciones, dimes y diretes: Periodismo declarativo que, en el mejor de los casos, se adereza con alguna promesa concreta, como la creación de tantas o cuantas guarderías o puestos de trabajo.
Los mítines se siguen reservando para la tarde, alternando espacios cerrados con las plazas en la mayoría de los casos. Solamente Ada Colau y María José Lecha, de Barcelona en Comú y la CUP, respectivamente han realizado todos sus mítines al aire libre, en las plazas, como les gusta decir, para reclamar ese espíritu asambleario del que hacen gala.
Por lo demás, las visitas a los mercados siguen siendo un clásico que se mantiene en campaña, a la búsqueda de esa foto con la gente de la calle y ese fondo de ropa interior colgada en las paradas. Y luego están los que parecen obligados actos con la gente mayor, la juventud, o los colectivos de gays, lesbianas y transexuales. La novedad de esta campaña han sido los trabajadores en huelga de Movistar, presentes en los mítines de la CUP y de BComú, como reclamo de sus planteamientos políticos.
Esta es la radiografía de la campaña realizada por las principales formaciones.
Xavier Trias, alcalde de Barcelona y candidato a la reelección por CiU ha realizado una campaña pretendidamente tranquila y de perfil bajo. Comenzando por la imagen gráfica, basada en ilustraciones de Xavier Trias. La mayor parte de los días, la jornada ha tenido dos actos: temático por la mañana y de territorio por la tarde, con una convocatoria en cada distrito. A media mañana, la candidatura, capitaneada por el primer teniente de alcalde Joaquim Forn, ha elegido marcos abiertos, con localizaciones espectaculares seleccionadas por el equipo de urbanismo.
Los actos vespertinos, en cambio, se han celebrado en equipamientos de distrito, y en muchas ocasiones las 200 o 300 sillas han quedado cortos de aforo. Solo en Sants la militancia preparó un pica-pica y refrescos para después del mitin. En cuatro ocasiones candidato de CiU ha estado acompañado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas. Ambos, además, tuvieron un diálogo con la monja Lucía Caram, más pensadao en las elecciones de septiembre y en el que la mediática religiosa mostró su apoyo al independentismo.
A Jaume Collboni, el alcaldable socialista, le gusta hablar con la gente y en muchos de sus actos de campaña ha dedicado un buen rato a pararse y conversar con el que se le acerca. Probablemente porque sabía que tenía que pelear voto a voto, el candidato socialista no ha rehuido el contacto sino todo lo contrario. Al margen del mitin central en el Fórum, la mayoría de sus actos han sido en pequeñas plazas de la ciudad con un discreto número de sillas, dos centenares como mucho. Para plantear sus propuestas y mensajes ha preferido reuniones en los centros de trabajo o incluso a pie de empresa, como hizo en el polígono de la Zona Franca con los representantes sindicales de Nissan.
Sin duda, lo más singular de su campaña han sido sus espacios televisivos en los que ha aparecido con el agua al cuello o sometiéndose a los punch de dos boxeadores. Una campaña personalista, centrada en el candidato que, voluntariamente o no, solo ha tenido la compañía de pocas caras del partido, la principal la del exalcalde Jordi Hereu, la de Miquel Iceta en algunos actos, y el acto de presencia fugaz de la diputada Laia Bonet, una de sus contrincantes en las primarias; o la de Pere Navarro.
Ada Colau empezó la campaña en la plaza del mercado de la Barceloneta y la acaba en Nou Barris, en la plaza Àngel Pestaña, en recuerdo del histórico dirigente anarcosindicalista. La alcaldable de Barcelona en Comú ha hecho gala de esta elección y no ha celebrado ningún acto en espacios cerrados, al margen de alguna rueda de prensa. El simbolismo de los espacios elegidos ha sido una constante de la candidatura durante estos días. Escogieron las puertas del Palau de la Música para presentar su propuesta de crear una oficina municipal anticorrupción y la plaza de Catalunya para su mitin central, el más numeroso.
La campaña ha sido muy personalista, tanto que las papeletas incluyen su imagen, igual que el cartel de campaña, de los que apenas se han colgado unos centenares en las farolas de Barcelona. Colau ha sido el centro de todos los actos y solo en una ocasión apareció junto a Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, y de Joan Herrera, coordinador general de Iniciativa. La nota de color de su campaña, de la que no han faltado críticas, ha sido la grabación de una canción, con su run-run, "en las calles, y en las plazas".
Alberto Fernández Díaz, candidato del PP, ha dedicado los quinces días de campaña a explicar su programa electoral. A diferencia del de otros partidos, este no se puede consultar en la web. El alcaldable ha huido de grandes actos. A excepción de la tradicional pega de carteles y del cierre de campaña, además del que celebró junto al presidente del Gobierno Mariano Rajoy, y la líder del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, en el polideportivo Nova Icaria, en Sant Martí, el candidato popular no ha celebrado ningún mitin más.
A pie de calle, con poco contacto con los vecinos y sin público, Fernández, en poco más de un cuarto de hora, ha explicado día a día a la prensa sus promesas electorales. De hecho, el candidato no acudió a uno de los actos programados el pasado domingo con el candidato del PP a la alcaldía de Badalona, Xavier García Albiol, que presenciaron más de tres mil personas y al que también fue su hermano, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Alberto dijo que prefería “pisar los barrios” de Barcelona y explicar sus propuestas culturales.
Tras ganar las elecciones primarias, el candidato republicano, Alfred Bosch, ha estado todo un año participando en pequeños actos de barrio para escuchar los problemas de los vecinos y, evidentemente, para darse a conocer. Por este motivo, la mayoría de actos organizados durante esta campaña se han centrado más en ir desglosando su programa electoral.
Bosch, que empezó y terminará la campaña en Sant Andreu, ha limitado casi todas sus apariciones a ruedas de prensa sin público y una de las notas de más color fue su intento de cocinar una coca de recapta en el restaurante Semproniana, tras recibir el apoyo de la cocinera Ada Parellada. El equipo de campaña de Bosch llega tocado al día de la votación: y es que han dormido una media de cinco horas diarias.
Carina Mejías. La campaña de la alcaldable de Ciudadanos se ha caracterizado por actos de pequeño formato. Con la excepción de grandes eventos como el mitin de ayer en el Hotel Barceló de Sants o el acto central de campaña, celebrado en el pasado sábado en el Teatro Condal, la campaña de la formación naranja se ha apoyado en encuentros con asociaciones vecinales o grupos de interés. En ellos han participado una o dos docenas de asistentes, de media.
Ejemplos de esta estrategia son la participación de la candidata en la fiesta del barrio de Porta (Nou Barris) o el desayuno informativo que mantuvo con la asociación Empresaris de Catalunya en Les Corts. Tampoco han faltado, como en las campañas del PP en Madrid, del PSOE en Málaga o de Podemos en Málaga, los paseos en bicicleta para promocionar su uso. El pasado domingo Mejías hizo uno en la Barceloneta, acompañada de los otros cuatro primeros nombres de la lista, Sonia Sierra, Marilén Barceló, Santiago Alonso y Francisco Sierra.
María José Lecha. La campaña electoral de la CUP también se ha caracterizado por pequeños actos, celebrados en las plazas de los barrios, en los que los candidatos de distrito debatían con los asistentes. Un tipo de formato muy propio de esta formación anticapitalista que defiende en su programa más espacios libres y públicos para los vecinos y vecinas catalanas.
Los actos de inicio de campaña, en Arco del Triunfo, y de campaña central, en Sant Andreu, fueron los más multitudinarios, pero siempre con un formato alejado del mítin clásico de partido, ya que la formación siempre incluye actuaciones musicales, danza y poesía en sus actos. La CUP espera cerrar campaña con un gran acto en las cocheras de Sants, en el que participarán la número de uno de Capgirem Barcelona, María José Lecha, acompañada del resto de candidatos y también los diputados David Fernández e Isabel Vallet.
Con información de Clara Blanchar, Blanca Cia, Jordi Mumbrú, David García, David Fernández y Clara Gil.
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