Trias promete recuperar la riba del Besòs e impulsar las Tres Chimeneas
El convergente señala con bolas amarillas los puntos de la ciudad donde el Ayuntamiento ha intervenido
Las ventanas que marcaron la campaña de Xavier Trias en 2011 y que indicaban proyectos que la candidatura de CiU tenía en mente, se han convertido en pelotas. Bolas amarillas. Esferas hinchables que en esta campaña, tras cuatro años de gestión municipal, señalan puntos de la ciudad donde el Ayuntamiento de Barcelona ha intervenido.
Ayer había cuatro en el barrio de Trinitat Nova, el más pobre de la ciudad, en Nou Barris. Señalan, como en un mapa de Google, la recuperación que se está llevando a cabo del puente de los Tres Ulls, los campos de frutales que se están habilitando, la reforma de la Casa de l'Aigua o la vivienda pública que se construye. El alcalde presumió de haber invertido en Trinitat Nova 4.000 euros por cápita durante el mandato, "cuando la media de la ciudad son mil euros". Con todo, el acto de campaña no se celebró en el centro del barrio ni participó la presidenta de la Asociación de Vecinos, Ainhoa Francoy, que cierra simbólicamente la lista.
Trias se llevó la comitiva de campaña hasta una de las vertientes de Collserola para explicar un proyecto que consiste en recuperar la fachada fluvial del Besòs. Un río que Sant Adrià recuperó hace años pero que en el lado de Barcelona "es como un cuarto de los enredos", dijo Trias.
El alcaldable explicó que la entrada de la agencia Barcelona Regional en el Consorcio del Besòs está permitiendo comenzar a definir procesos de transformación urbana a 10-12 años vista. "Colaboraremos con Sant Adriá para impulsar la transformación de las Tres Chimeneas", aseguró.
El concejal de Hábitat Urbano y número cuatro de la lista de Trias, Antoni Vives, resumió la propuesta del río como "pasar de frontera a bisagra". También confirmó la existencia de inversores internacionales interesados en una pastilla urbana que, en primera línea de mar, es el último caramelo urbanístico del Área Metropolitana. Y que la voluntad de las administraciones es planificar la zona como un conjunto: con vivienda y equipamientos y que las antiguas térmicas se conviertan en un equipamiento cultural. "La Tate Modern de Londres tendría que quedar pequeña", dijo Vives sobre el potencial del conjunto.
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