Aguirre promete rebajar a la mitad el Impuesto de Bienes Inmuebles
Reducirá también los de plusvalía y obras y no cambiará el de vehículos
La presidenta del PP madrileño y candidata al Ayuntamiento de la capital, Esperanza Aguirre, promete bajar “de manera drástica” las dos principales fuentes de ingresos fiscales de la ciudad: el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos (conocido como plusvalía), que juntos aportan cuatro de cada 10 euros a las arcas locales. Respecto al IBI, el recibo de mayor cuantía para las familias, el compromiso de Aguirre se traduce en una rebaja de entre un tercio y la mitad en el próximo mandato.
Aguirre coincide con sus rivales políticos en que la presión fiscal en Madrid ha subido “de forma absolutamente insoportable” en los últimos 10 años; es decir, durante los Gobiernos de Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella. La actual alcaldesa ha congelado el IBI para 2015 y ha rebajado otros impuestos (ha eliminado, por ejemplo, la tasa de basuras, que ella misma puso en marcha en 2009). Pero nada comparable al recorte prometido por Aguirre.
La candidata del PP quiere reducir el tipo impositivo del IBI al 0,4%, el mínimo permitido por la ley estatal. En este momento, el tipo para bienes inmuebles urbanos de uso residencial es del 0,548%. Sin embargo, la mitad de viviendas (las de mayor valor catastral, por encima de 89.585 euros) tributan al 0,57124% en virtud de una ley estatal aprobada en 2013 para reforzar los ingresos locales. Este recargo se aplicará por última vez en 2015, a menos que el Ministerio de Hacienda disponga lo contrario.
Bajadas fiscales
- La candidata del PP a la alcaldía, Esperanza Aguirre promete bajar al 0,4% el tipo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles. Ahora está en el 0,548% para la mitad de viviendas (las de menor valor catastral) y en el 0,57124% para el resto (de mayor valor).
- Aguirre se compromete además a pedir al Ministerio de Hacienda una actualización del valor catastral de los pisos para adecuarlo al pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
- Esa revisión de valores catastrales afectaría también al Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos. Aguirre ha prometido además rebajar el tipo de ese tributo del 29% actual hasta el 25%.
- Aguirre reducirá el tipo del Impuesto de Construcciones del 4% hasta el 3,5% o el 3%.
- No modificará (ni al alza ni a la baja) el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica porque considera que podría afectar a la contaminación atmosférica.
Pero el IBI no es sólo una cuestión de tipo impositivo. En 2003, cuando Gallardón llegó a la alcaldía, estaba en el 0,512%. El exalcalde lo subió hasta el 0,581% (en 2009). Para contrarrestar las críticas, el Ayuntamiento aseguró que estaba por debajo de Barcelona (0,75%), Sevilla (0,84%), Valencia (0,97%) o Bilbao (0,98%).
Pero el grueso del encarecimiento del IBI se debe en realidad a la nueva ponencia impulsada por Gallardón en 2011, que revisó el valor catastral de las viviendas para adecuarlo a su precio de mercado tras casi una década de burbuja inmobiliaria.
El recibo del IBI se calcula multiplicando el valor catastral por el tipo impositivo (y aplicando beneficios fiscales, si los hay). En 2011, el valor catastral de los pisos equivalía de media al 27,5% de su precio de mercado. La ponencia remedió ese desajuste.
Además de bajar el tipo impositivo, Aguirre ha prometido revisar de nuevo el valor catastral de las viviendas, para ajustarlo en esta ocasión al pinchazo del mercado inmobiliario. Según el Instituto Nacional de Estadística, el precio de los pisos cayó un 26% en la región entre el primer trimestre de 2011 y el cuatro trimestre de 2014.
Trasladar esa bajada al valor catastral utilizado para calcular el IBI en 2016 abarataría aún más el recibo. La promesa de Aguirre se refiere a todo el mandato (hasta 2019), por lo que presumiblemente la rebaja sería gradual y variaría de acuerdo con la evolución futura del precio de la vivienda. Y no se aplicaría exactamente esa caída de precios recogida por el INE, sino la que determine en su momento el Ministerio de Hacienda. Pero estos son dos ejemplos de cómo podría reflejarse la promesa de Aguirre: una casa que en 2011 tenía un valor catastral de 60.000 euros, en 2015 ha subido a 77.000 euros. Con un tipo del 0,548%, paga 422 euros de IBI. Si se bajara el tipo al 0,4%, el recibo se quedaría en 308 euros. Pero si su valor catastral se redujera además, el recibo se quedaría en 228 euros. Otro posible ejemplo: un piso que en 2011 tenía un valor catastral de 100.000 euros, en 2015 ha subido a 128.000 euros. Con un tipo del 0,57124%, paga 731 euros. Una vez aplicada la rebaja prometida por Aguirre, el abono quedaría en 379 euros.
El impuesto de plusvalía, que también se calcula sobre el valor catastral, se vería afectado de igual manera. Además, Aguirre promete rebajar su tipo impositivo del 29% al 25%. También abarataría el Impuesto sobre Construcciones (ICIO), que se paga al realizar una obra, desde el 4% al 3,5% o incluso el 3%. No modificaría el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), que Botella acaba de rebajar un 10%, porque considera que afectaría a la contaminación atmosférica.
230 millones menos de ingresos
El año pasado, el Ayuntamiento de Madrid tramitó 1.448.765 recibos del IBI por viviendas y 676.508 por locales de uso comercial, cultural, deportivo, industrial, etcétera. La cuota íntegra total ascendió a 1.456 millones que, tras descontar beneficios fiscales, se quedaron en 1.292 millones. De esa cantidad, 712 millones correspondieron a inmuebles de uso residencial.
El tipo impositivo para pisos es inferior al del resto de inmuebles: frente al 0,548%-0,571% de las viviendas, los comercios tributan al 0,961%; y la hostelería, oficinas e industria, al 1,085%. La rebaja de tipos prometida por Esperanza Aguirre (al 0,4%) se aplicaría en principio sólo a las viviendas, aunque la rebaja de valores catastrales que se compromete a impulsar afectaría a todos los inmuebles.
El Ayuntamiento ha calculado que esa rebaja al 0,4% del IBI residencial supondría una disminución de ingresos de 230 millones en 2016. Eso, claro, sin contar con el impacto de una nueva ponencia de valores. El IBI supone un ingreso de 1.279 millones en los presupuestos de 2015, sobre un total de 4.388. El Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos, que también se vería afectado por la rebaja prometida por Aguirre, supone otros 515 millones.
Esta rebaja de ingresos se podría asumir gracias al descenso en el pago pendiente de la deuda: de 734 millones en 2015 se pasará a 442 el año que viene.
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