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La fiscal recurre a las cintas donde se admiten fraudes en Terra Mítica

El empresario Moreno Carpio, uno de los grabados, alega que están “manipuladas”

Ignacio Zafra
El empresario Antonio Moreno Carpio durante su declaración. Tras él, Vicente Conesa.
El empresario Antonio Moreno Carpio durante su declaración. Tras él, Vicente Conesa.

Las fiscales del caso Terra Mítica utilizaron este lunes las cintas en las que dos empresarios admiten fraudes supuestamente cometidos durante la construcción del parque temático de Benidorm para debilitar la posición de las defensas. En las grabaciones que pudieron oírse durante el juicio, dos de los empresarios sentados ahora en el banquillo reconocen ante dos diputados socialistas que se habían “hinchado facturas” y cobrado “el doble” por trabajos, entre otras irregularidades. Antonio Moreno Carpio, uno de los empresarios grabados, que se enfrenta a una petición de 53 años de cárcel por parte del ministerio público, afirmó que las cintas habían sido “manipuladas” y se negó a responder a preguntas sobre su contenido.

Cuando terminó la audición, limitada a un fragmento de lo grabado en febrero de 2006 por los entonces diputados socialistas José Camarasa y Antoni Such, las fiscales Ángeles Martínez y Carmen García bombardearon a Moreno Carpio con una cascada de preguntas que quedaron sin respuesta y que resumen buena parte de su escrito de acusación. “¿Se concertó usted con el señor Vicente Conesa [otro empresario acusado] para confeccionar facturas que no eran ciertas y que sirvieron para que él redujera el importe a pagar por sus empresas a Hacienda? ¿Se hizo con el conocimiento y consentimiento de los directores técnico, de contratación y general de Terra Mítica? ¿Cómo pudo usted facturar cantidades millonarias si no tenía trabajadores dados de alta? ¿Con qué medios hizo zanjas si no disponía de maquinaria para ello...?”.

Aval de la justicia

El Tribunal Superior valenciano ha avalado los cambios en la regulación de los terrenos de Terra Mítica que hizo el Consell en época del expresidente Francisco Camps. La modificación permitió a Terra Mítica vender 132.000 metros cuadrados de suelo para uso hotelero y turístico en 2006 al constructor Enrique Ortiz por 85 millones de euros.

El Ayuntamiento de Benidorm presentó un recurso, ahora rechazado, argumentando que se estaba haciendo “un traje a medida de los adquirentes del suelo”.

El abogado de Moreno Carpio le preguntó a su cliente si le habían ofrecido dinero por decir las cosas que figuran en las cintas. “Yo no he participado en ninguna estafa”, dijo el acusado antes de añadir que las cintas parecían estar “manipuladas y de todo”; “prefiero callar”. En las conversaciones que los socialistas aportaron a la fiscalía hace nueve años, los empresarios Moreno Carpio y José Herrero implicaban en las irregularidades al expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana. “No se puede decir que he dado dinero a Zaplana. Pero sí hay siete personas... Pepe. Y no lo estoy inventando, no sé si estaba Zaplana, pero los señores decían que el dinero era para él”, sostenían. Más tarde, sin embargo, se desdijeron y restaron verosimilitud al contenido de las cintas. El exjefe del Consell no comparecerá en el juicio ni como testigo.

Las acusaciones de la fiscalía y de la Abogacía del Estado se basan en gran medida en los informes elaborados por Hacienda, que consideran ficticia la facturación de las empresas de Moreno Carpio y de otros implicados en la supuesta trama en torno a Terra Mítica porque no consta que tuvieran capacidad para realizar los numerosos trabajos que teóricamente efectuaron por importe de cientos de millones de pesetas de la época. Con el agravante de que algunas de las sociedades de Moreno Carpio eran presentadas “por carta” a las grandes empresas que levantaron el parque temático meses antes de que el empresario las constituyera, lo que lleva a las acusaciones a mantener que pudieron ser creadas específicamente para defraudar a Terra Mítica.

Moreno Carpio declaró que no tenía apenas trabajadores dados de alta porque había muchos inmigrantes indocumentados. “Había mucha gente sin papeles, a la que no se le podía hacer contrato, y ante la necesidad del mercado tenías que contratar, si no, no podías hacer los trabajos”, “lo hacía yo y también el resto de pequeñas empresas”.

Como ha sucedido con otros acusados en el juicio, el empresario justificó el incumplimiento de formalidades básicas de la contratación destacando la magnitud de la obra y la urgencia con que debía terminarse el parque. Así defendió, por ejemplo, que era normal facturar con acuerdos verbales. “Físicamente, un contrato con Terra Mítica no tuve. Pero sí hice trabajos. Me lo pedían los ingenieros”. Tampoco se concretaban antes de empezar, sostuvo, los precios que iba a cobrar por los servicios realizados. “Allí primero se trabajaba”.

Moreno Carpio aseguró que en Terra Mítica “se medía y comprobaba todo”. “Nunca se ha pagado una factura antes de realizar un trabajo. Ojalá”, afirmó el empresario.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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