Los Roca vuelven a hacer las Américas

Quieren mantener el compromiso. Pero también volver a empezar de cero. Salir de la zona de confort. De las listas de espera interminables que garantizan, de momento, el negocio. Arriesgarse. “Y para eso se nos ocurrió hacer una gira”, dice Joan Roca. Los hermanos Roca, propietarios del Celler de Can Roca (con tres estrellas Michelin), volverán a hacer las Américas. En verano de 2014 recorrieron varios países y ahora repiten. Así lo han explicado durante una conversación este lunes en la sede de RBA, moderada por el periodista Albert Om. ”Nos han pedido duplicar el Celler en muchos lugares. Y siempre hemos dicho que no. Es muy difícil trasladar el restaurante si no estamos nosotros. No queríamos abrir nuevos locales pero nos apetecía cocinar en otros lugares, con todo el equipo, 35 personas”, afirma el cocinero.

En verano de 2014, en la Cooking Up a Tribute con el BBVA, recorrieron seis ciudades de cuatro países del continente americano (Houston, Dallas, México DF, Monterrey, Bogotá y Lima) para elaborar casi 60.000 platos diferentes para 3.000 personas durante cinco semanas. Este año la gira se centra en Buenos Aires, Miami, Birminghan, Houston y Estambul. Jordi, el pequeño de los tres, se encuentra ahora en los Estados Unidos buscando nuevos emplazamientos. “Vamos a cada país a hacer una invasión. Cocinamos con productos de allí. De la gira volvimos todos diferentes, convivir durante cinco semanas viajando, resolviendo las complicaciones de montar un restaurante cada semana en un lugar, hizo que el equipo volviera de otra manera”.

¿Qué errores cometisteis el año pasado?, les pregunta Om. “Nos volcamos con los medios de comunicación. En Perú casi organizamos tres conferencias por día. Intentaremos hacer más ruedas de prensa y no tanto una atención uno a uno. Queremos estar más con el equipo. Queremos liderar el grupo desde la artillería”, argumenta Josep.

Antes del viaje, el 1 de junio, volverá a publicarse el famoso ranquin de los mejores restaurantes del mundo. Joan Roca reconoce que quiere volver a ser el número 1. Su hermano Josep comparte el sí. “La mañana antes de que nos dieran la noticia, me sudaban las manos. La parte más importante es ver cómo la gente participa de tu éxito, eso hace que el ranquin sea para mucha gente”. Josep añade: “En todo caso, pase lo que pase, seguiremos”. Acaban la conversación hablando, como siempre, de sus padres. Y recordando que todo el equipo acude cada día a comer al local que regentan. Aunque desde hace tres años, ya pagan.