Un excargo del Fòrum afronta tres años de cárcel por una denuncia falsa
La Fiscalía acusa también al consejero delegado de Focus por atribuir un falso plagio a un creativo que les había demandado
El Fòrum de les Cultures fracasó como evento de masas, pero ha triunfado como culebrón judicial. Tras casi una década de acusaciones cruzadas de plagio, un excargo del Fòrum se sentará en el banquillo por denuncia falsa. La Fiscalía acusa al liquidador de la sociedad, Guerau Ruiz, y al consejero delegado de la empresa de espectáculos Focus, Daniel Ramón Martínez, de inventarse una denuncia contra el creativo que les había acusado, previamente, de copiar un espectáculo suyo y usarlo en el Fòrum. El fiscal pide, para cada uno de ellos, tres años de prisión, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso EL PAÍS.
El culebrón se remonta a 2006, cuando el creativo castellonense Joan Díaz presentó una demanda contra Forum Universal de las Culturas Barcelona SA —la empresa organizadora del evento— y contra Focus. Les acusaba de haber plagiado su proyecto Un mar de signos, que fue utilizado en el espectáculo inaugural del Fòrum de 2004 (Mover el mundo) y también en la exposición permanente Voces, homenaje a las lenguas del planeta. Díaz había registrado Un mar de signos dos años antes y se lo ofreció al Fòrum, que no le respondió. Más tarde, comprobó que le habían copiado algunas ideas; por ejemplo, la de un enorme globo terráqueo que se abría y se cerraba sobre el agua hasta convertirse en un nenúfar.
Díaz reclamó una indemnización de 4,5 millones de euros y el reconocimiento de su autoría. En el verano de 2007, un juzgado mercantil de iba a decidir si tenía razón. Pero apenas unos días antes de la vista, el consejero delegado de Focus presentó una denuncia penal contra Díaz. Lo hizo “a sabiendas de su mendacidad” y con la única “intención de obtener la suspensión” del procedimiento mercantil, según el escrito de la Fiscalía.
En esa denuncia falsa, Focus le acusaba de no ser el autor original de Un mar de signos y de haber “plagiado una serie de textos pertenecientes a terceros” que luego inscribió en el registro de la propiedad “como obra original”.
Ante la denuncia penal de Focus, un juzgado de instrucción de Barcelona abrió diligencias de investigación y paralizó la reclamación de Díaz. El Fòrum se sumó a la causa como acusación particular, alegando también que el proyecto del creativo era “en su mayor parte un plagio de obras de terceros”. Focus y Fòrum acusaron a Díaz de delitos contra la propiedad intelectual y estafa procesal. El fiscal, sin embargo, no vio delito. Finalmente, en 2011, la Audiencia de Barcelona le absolvió. Una decisión que fue ratificada, dos años más tarde, por el Tribunal Supremo.
La absolución de la Audiencia de Barcelona era algo más que eso: en su sentencia, los magistrados ordenaron que se abriera una investigación por si los responsables de Focus y Fòrum habían actuado de forma negligente. Y esa causa es la que ahora sentará en el banquillo a Ruiz y a Martínez.
La Fiscalía pide, para cada uno de ellos, tres años de cárcel: 18 meses por el delito de acusación falsa y otros 18 por el de estafa procesal. También les exige el pago de una multa de 16.200 euros a cada uno y que indemnicen a Díaz con 60.000 euros por daños morales. Focus y Fòrum figuran como responsables civiles en caso de que, si son condenados, los dos acusados no paguen. El juez ha dictado ya la apertura de juicio oral y ha obligado a los dos responsables a prestar una fianza de 80.000 euros.
Entre tanto, la demanda de Díaz se reactivó en 2012. La sentencia desestimó su reclamación de dinero, aunque fue reconocido como autor de la obra Un mar de signes.
El caso del plagio no es la única polémica en la que se ha visto envuelta la gestión del Fòrum. El año pasado, la Sindicatura de Cuentas presentó su informe sobre las cuentas del Fòrum y concluyó que hubo irregularidades en la contratación de los trabajadores, en los convenios con los patrocinadores y en la retribución de los directivos. El evento —organizado por el Ayuntamiento, la Generalitat y el Estado— costó 240 millones de euros a las arcas públicas. Se esperaban cinco millones de visitantes, pero solo acudieron 3,3.
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