Miradas suecas a la marginalidad
Foto Colectania expone las fotografías de prostitutas y transexuales de Christer Strömholm y Anders Petersen realizadas en los años sesenta


Después de acudir casi a diario, durante tres años, al café Lehmitz de Hamburgo, el fotógrafo sueco Anders Petersen (Estocolmo, 1944) organizó una exposición con 350 fotografías que había realizado en este local frecuentado por prostitutas y sus clientes del distrito rojo de la ciudad. El fotógrafo pidió que si alguien se reconocía podía coger la foto y quedársela. Después de unos días las paredes estaban completamente vacías; solo quedaba una foto en la que aparecía el propio Petersen. Y es que a diferencia de muchos de los fotógrafos catalanes y españoles que han tratado temas marginales como el de la prostitución —con el gran maestro Joan Colom a la cabeza—, en la que las imágenes están tomadas casi de forma clandestina, en las fotografías de Petersen los clientes del bar: trabajadores, clientes, proxenetas y prostitutas comparten momentos de camaradería, bailan, se abrazan, descansan o permanecen absortos, mirando a la cámara de frente y de forma directa, demostrando que el autor de las imágenes muestra su empatía por los protagonistas de las imágenes o incluso es uno más.
Esa es la fuerza de las imágenes que Fundación Foto Colectania expone desde hoy en La tentación de existir, abierta hasta finales de julio en Barcelona. Según Font de Mora, director de Foto Colectania, Café Lehmitz se ha convertido en una serie mítica que enseña la “manera intuitiva e improvisada” de fotografiar de Petersen, siendo una secuencia provocadora y llena de vitalidad.
Petersen, que saltó a la fama tras publicarse un libro con estas imágenes en 1978, convirtiéndose en uno de los grandes de la fotografía europea, sobre todo, tras utilizar Tom Waits una de estas imágenes, la de Rose apoyado sobre Lilly, para portada de su disco Rain Dogs, no está solo. En el primer piso de Foto Colectania se pueden ver otras imágenes realizadas por Christer Strömholm (Estocolmo, 1922-2002), que fue profesor y gran amigo de Petersen. Los dos son dos de los grandes exponentes de la fotografía sueca contemporánea, un país que no solo produce muebles que pueblan medio mundo o novelas negras de fama internacional, a la vista de las 75 imágenes que se pueden ver por primera vez en Barcelona.
En el caso de Strömholm la marginalidad es la que se vive en la década de los años sesenta en los alrededores de Place Blanche y Pigalle de París, poblado de travestís y transexuales que ejercen su profesión entre las tres y las seis de la madrugada, la hora en las que la policía cambia de turno y que inmortalizó en Les Amies de Place Blanche. “Los dos compartieron actitud hacia la vida y la intensidad en la mirada”, explicó Font de Mora, que resaltó la convergencia de los dos trabajos en “la preocupación por reflejar la complejidad humana y mantener la complicidad con las personas que retrataban”, por lo que dedicaban un mínimo de dos años a cada serie. “Son imágenes de personas con las que compartía mi vida y que creo haber llegado a comprender”, escribió Strömholm.
Además, las fotografías de Strömholm son, en cierta manera, autorretratos, según explicó su hijo Joakim: “Mi padre decía que todas las fotografías eran un reflejo de sí mismo. De hecho, también quedó en los márgenes de la sociedad tras el suicidio de su padre con una pistola cuando él era un adolescente”, asegura sobre sus antepasados.
En cuanto a la naturalidad con que posaban los personajes ante su cámara, Joakim explicó que era fruto de su generosidad “La mejor forma de hacer amigos es dar algo, por eso regalaba las copias, y así se forjó una gran familia entre el grupo de transexuales, por lo que sus instantáneas no son nada voyeur”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
La huelga de hambre de un grupo de activistas propalestinos presos añade presión al Gobierno británico
El ISIS intenta levantar cabeza en Siria
Un puñado de empresas palestinas y egipcias cobra comisiones millonarias para introducir bienes básicos en Gaza
Guerra abierta a la ‘flota fantasma’ del petróleo
Lo más visto
- Así te hemos contado las elecciones en Extremadura | El PP gana en Extremadura con 29 escaños, pero necesitará para gobernar a un Vox que crece
- Los jueces del Tribunal Penal Internacional se rebelan ante las sanciones de Trump: “No hay que ceder”
- Oona Chaplin: “Le conté a James Cameron que vivía en una cabaña en los árboles y que estaba iniciando un proyecto de permacultura con una amiga”
- Fernando Blasco, matemático: “Ganar el Gordo es más difícil que encontrar un regalo escondido en un asiento del Bernabéu”
- Manuel Bustos acepta seis meses de cárcel por cargar gastos privados a la Federación de Municipios




























































