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Casi 1.500 pacientes esperan más de un año para operarse en Madrid

La situación se deterioró en 2014; dos años antes solo seis personas sufrieron esa demora

e. g. sevillano

Los últimos datos de la lista de espera quirúrgica de la Comunidad de Madrid no solo muestran que la bolsa de pacientes que aguarda para operarse es la más abultada de la década, con 77.689 personas a diciembre de 2014. Además, permite comprobar cómo ha evolucionado la situación de los que rechazan la primera opción que les ofrece la Consejería de Sanidad, y que suele ser una clínica privada. Estos pacientes, que prefieren su hospital público de referencia, son penalizados con esperas 10 veces superiores. En 1.480 casos, su intervención se demora más de un año.

Esta cifra es inusualmente alta. La Consejería de Sanidad ofrece datos del estado de la lista de espera cada tres meses. En la primera mitad del año el número de personas que aguardaban más de un año era hasta tres veces inferior (551 en marzo, 845 en junio). Si nos remontamos a años anteriores, apenas había pacientes que sufrieran estas demoras. En septiembre de 2012, por ejemplo, solo había siete. En diciembre de ese mismo año, seis. En el informe de septiembre pasado, los pacientes con esperas superiores a 365 días eran 1.490. Es decir, esta situación se ha generado en el segundo semestre de 2014.

En la franja que va de los tres meses al año de espera se encontraban en diciembre 6.647 personas. Lejos, por tanto, del compromiso electoral de operar en menos de 30 días.

La propia página web en la que Sanidad permite consultar el estado de la lista de espera quirúrgica contesta a qué sucede cuando alguien prefiere ser operado en su propio hospital: “Si usted declina la opción de ser derivado, permanecerá en la lista de espera del hospital elegido, donde será atendido en función de los recursos disponibles, no siendo de aplicación el compromiso de demora máxima establecido”. Es decir, ejercer el derecho a la libre elección sanitaria penaliza con esperas cada vez más largas.

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Sobre la firma

e. g. sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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