Rajoy traslada a Urkullu que no habrá I+D en las políticas de paz y presos
Erkoreka resalta, sin embargo, que existe sintonía entre ambos sobre las víctimas
Ni complicidad ni comunicación. El lehendakari, Iñigo Urkullu, aprovecha los actos públicos para decirle al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo que no puede proponerle en privado, porque no le recibe.
Ambos coincidieron este martes en el acto de colocación de la primera piedra del futuro Centro Nacional de la Memoria que se va a levantar en el viejo edificio del Banco de España, en Vitoria, y, en medio de los gritos de una veintena de jóvenes críticos, se dieron la mano y cruzaron una forzada sonrisa. Pero ni media palabra.
Para intercambiar contenidos tuvieron que esperar, no a una recepción privada o a un almuerzo discreto, sino al turno de los discursos oficiales que ofrecieron en el palacio de Villa Suso junto a la exposición La mirada de la víctima que impulsó la Fundación Víctimas del Terrorismo y que había inaugurado la víspera el ministro del Interior Jorge Fernández Díez.
En ese contexto, Urkullu le pidió una nueva política más acorde con el nuevo tiempo que se ha abierto tras el fin de la violencia de ETA, y Rajoy, que habló después, le vino a decir que contra ETA solo vale la unidad sin fisuras y que si hay una “política de Estado en nuestro país” esa es la del respeto a las víctimas. Es decir, que frente a sus demandas de una política más arriesgada de reinserción y acercamiento de presos, que mejore la convivencia, no va a haber I+D en esta legislatura.
Hay que dialogar para pasar de coexistir a convivir”, dijo Urkullu
Urkullu y Rajoy se estrecharon la mano con frialdad, dejando claro que su relación atraviesa por un mal momento. Si la última vez que polemizaron, Urkullu reprochó al presidente del Gobierno que apoye el proceso de paz y de diálogo de Colombia con las FARC pero que se inhiba totalmente en Euskadi en materia de paz, este miércoles le pidió desde la tribuna “diálogo” y que se atreva a poner en marcha una “nueva política de Estado” que, de una vez para siempre, acelere el tránsito desde la “coexistencia” en Euskadi “a una convivencia real”.
Urkullu aprovechó la ocasión que le brindaba la agenda y en ese contexto, frente a un auténtico despliegue de cargos públicos del PP, entre ministros —el ex alcalde de Vitoria y ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, la de Empleo, Fátima Báñez, el de Interior, Jorge Fernández Díez— miembros del PP y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el Delegado del Gobierno, Carlos Urquijo, y el diputado general, Javier de Andrés junto al alcalde, Javier Maroto, el lehendakari pidió una nueva política para un nuevo tiempo.
Tras poner en valor que el último atentado de ETA fue hace cinco años, y han pasado más de tres desde el comunicado en el que la banda puso fin a las acciones armadas, Urkullu le recordó al presidente del Gobierno que “nuestra responsabilidad” es lograr los acuerdos básicos para “confluir, colaborar y convivir” en Euskadi. Un nuevo tiempo que “nos demanda una nueva política de Estado”, porque no es suficiente con coexistir, argumentó Urkullu, “es necesario convivir, y pasar de la coexistencia a la convivencia necesita comunicación”, demandó.
Si el pasado viernes Urkullu y la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega abrieron el camino para luchar unidos contra lo que calificaron de “recentralización” de Rajoy, este miércoles el lehendakari terminó su discurso prácticamente pidiéndole al presidente del Gobierno español Rajoy que abandone esa incomunicación que le enfrenta a la periferia: “Este día debería ser el primero de un nuevo ciclo de cooperación y acuerdo”.
El portavoz del Gobierno quiere ver que hay “otras políticas” de Rajoy
Rajoy no dejo puertas abiertas a la sorpresa y fue muy claro al asegurar cual es el camino. “Si hay una política que exige unidad y continuidad ese es el homenaje imperecedero a las víctimas”, aseguró. El último encuentro entre ambos mandatarios se produjo el pasado 15 de septiembre en la Moncloa y desde entonces Urkullu no había recibido respuesta de Rajoy.
Sin embargo, el portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, no vio unas posturas tan distantes e incluso apreció algún tipo de ventana abierta al acuerdo. Para Erkoreka existe sintonía con la Administración central en lo referente a la conveniencia de “actuar de la mano, en colaboración interinstitucional cuando se trata de dar cobertura, amparo y protección a las víctimas y también para hacer valer su derecho a la memoria”, dijo.
El optimismo del portavoz contrasta, sin embargo, con las críticas que han vertido desde su Gabinete en el sentido de que la Administración central ni siquiera ha citado al Gobierno vasco como impulsor del acuerdo para construir el Centro de la Memoria, y que además ha relegado al PNV y el PSE en todo lo relacionado con el diseño de la infraestructura y de los contenidos que va a albergar.
Erkoreka, sin embargo, cree que Rajoy no niega la posible existencia de otras políticas de Estado. “Dice que es particularmente necesaria la unidad en relación con las políticas de apoyo a las víctimas pero no niega la posible existencia de otras políticas de Estado vinculadas al fin del terrorismo y con la cobertura a sus consecuencias”, valoró.
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