El Ayuntamiento de Sevilla y Cultura batallan sobre el tesoro del Carambolo

El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, está decidido a exhibir el tesoro del Carambolo —un conjunto fenicio compuesto por 21 piezas de oro de 24 quilates— en la casa consistorial, a pesar de la negativa de la Consejería de Cultura. Zoido anunció en marzo del pasado año que en 2015 mostraría el tesoro, propiedad del Ayuntamiento, durante seis meses. Pero el alcalde se ha encontrado con la negativa del Gobierno andaluz, al considerar que no se cumplen todas las condiciones de seguridad necesarias para exhibir al público el conjunto.

“Es una decisión que ha tomado la Comisión Andaluza de Bienes Muebles formada por expertos de distintas áreas y provincias que nada tiene que ver con la Junta”, precisó este martes el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Vázquez. “Es un patrimonio tan valioso que la Administración debe velar por su seguridad. Zoido tiene más interés en una exposición en vísperas de las elecciones municipales que en garantizar la integridad de este importante tesoro que tiene el patrimonio sevillano y andaluz”, afirmó Vázquez. El Ayuntamiento había planeado la muestra tras la devolución de tres de las piezas que han sido prestadas para una exposición en el Metropolitan Museum de Nueva York, que finalizó el mes pasado.

El alcalde de Sevilla no admite la negativa de la Junta y ha anunciado que ha remitido “otra vez” al consejero de Cultura, Luciano Alonso, todos los informes de la exposición. “Los de la policía y los del Ministerio de Cultura, que dejan claro que se cumple con la seguridad y que tenemos autorización. Se han cumplido con todos los requisitos, teniendo en cuenta además que se trata de un edificio que tiene vigilancia permanente y que reúne todas las condiciones de seguridad”, insiste Zoido, quien exige a Alonso “decisiones técnicas y no políticas”.

El Carambolo, salvo contadas excepciones, se guarda en la caja fuerte de un banco porque su exhibición tendría un coste de unos 150.000 euros anuales, cantidad que no puede asumir ni el Museo Arqueológico de Sevilla, en el que está depositado, ni el Ayuntamiento que es su propietario. La última vez que el público lo pudo contemplar fue en 2012 en una muestra en el Arqueológico.